Quantcast
Channel: El Recetario de Lady Halcon
Viewing all 185 articles
Browse latest View live

¡Ya llegó mi AIG 2014!

$
0
0
Bueno, más bien debería decir ¡ya llegó la semana pasada! jeje pero por mi espalda, que vuelve a darme la tabarra, me he tenido que mantener un poco alejada del ordenador... El sábado experimenté lo que es pasar literalmente un día en el sofá, sin hacer nada, solo viendo la tele... ¡qué sensación más extraña! Claro que solo aguanté un día jejeje miedo me da cuando me vea mi fisio...

En fin, que me despisto de tema, que hoy he venido a contaros las cosas tan bonitas que he recibido de mi AIG2014. Mirad que paquete tan bonito recibí en casa:


Y dentro me encontré un montón de paquetitos ¡todavía más bonitos se cabe! un sobre rojo y una tarjeta con la inconfundible imagen de las manzanas de cristal ¡conocía a mi AIG!


Era nada más y nada menos que Isabel, de La Cocina de Morenisa, un blog que sigo desde hace tiempo y os recomiendo que visitéis por que tiene unas recetas riquísimas (y desde que recibí su paquete doy fe de ello, como el Luisma de Aida jaja).

Lo primero que hice fue lanzarme a leer la carta, pero me encontré con un aviso para que abriera primero los regalos... Así que fui buena, la dejé a un lado y me puse con la "ardua" tarea de sacar todos los paquetitos de la caja e incluso hacerles una foto sin caer en la tentación de ponerme a abrirlos como una loca...
 
 
Aunque eso vino luego... Podría deciros que me puse a desenvolver con mucha tranquilidad y calma todas las cosas que me había enviado Isabel... ejem... Pero más bien fue como una niña de 5 años el día de navidad jajaja :P. Menos mal que el cocinillas no estaba cerca para hacerme fotos y puedo mostraros con toda paz esta especie de selfie más artistico...
 
 
¿Vais viendo como tenía la mesa de cosas verdad? Hablando a lo bruto ¡Isabel se pasó tres pueblos con todo lo que me envió! ¡qué cantidad de cosas! Y me costó lo suyo conseguir esta foto con todo lo que recibí por que no me cabía en la mesa:


Además del DVD y el libro con recetas de la zona, se me olvidó poner los folletos que me envió para que conociera un poquito dónde vivía con su familia, Priego de Córdoba, un lugar muy bonito y al que casi me voy corriendo. Isabel, da gracias de que no tenga coche, por que después de conocer tu ciudad y lo rico que estaba todo lo que me enviaste, casi me planto en tu casa para que me adoptes jajaja.

Además de conocer Priego de Córdoba, también hemos tenido la suerte de poder probar algunos productos típicos, como unos ricos caramelos de azúcar, miel y malvavisco, unas barritas de chocolate que estaban espectaculares y el aceite con D.O. ni os cuento... Esa misma noche nos hicimos esta ensaladita rápida solo para probarlo y casi nos falta pan...
 

También recibimos un montón de cosas caseras tan ricas como estas mermeladas, que ya nos han acompañado en algún que otro desayuno:
 

Unos tarros de salsa de tomate que tenemos reservados para hacer alguna receta especial, un membrillo también casero y riquísimo, que sabe como los de antes... y suspiros de claras de huevo que duraron... eso, un suspiro...
 

A mi me encantan las manualidades y todo lo hecho a mano, así que el resto de cosas que me envió no iban a ser menos, como el simpático broche de una tortuguita hecho por ella misma. Pero lo que más nos gustó fue el delantal pintado a mano y la vela decorada con una servilleta, fruto de los talleres a los que asiste como voluntaria en una asociación de Esclerosis Múltiple y Enfermedades Raras ¡son unos verdaderos artistas!


No me olvido del último bote, una cosa que tenemos que hacer entre las dos, pero eso lo dejamos para otro día ;).


De nuevo, Isabel, muchísimas gracias por todo, nos han encantado todos y cada uno de los regalos que hemos recibido :).

Risotto de boletus, níscalos y conejo

$
0
0
El plato que os traemos hoy podría deciros que es un 2x1. Realmente son dos platos diferentes, casi podríamos decir que un primero y segundo juntos, pero su combinación queda riquísima.
Ya os he comentado más de una vez que a mi el otoño me encanta por un montón de cosas, pero sobre todo me gusta por todos los ingredientes que nos trae esta estación. La calabaza, los boniatos, las castañas, los piñones... ¡y las setas! Creo que no hay otra estación con unos productos que sepan tanto a ella ¿verdad? Parece que todos tienen un sabor como a bosque, a tierra... Y es una delicia... puede ser que sea una locura mía, pero yo soy feliz comiendo todas esas cosas en otoño jajaja.
Así que cuando fuimos a comprar y vi los níscalos, me lancé directamente a ellos. Al principio los iba a hacer sencillos, con ajito y perejil a la plancha, que es un plato rápido, sencillo y que me encanta. Pero luego vimos los boletus y el cocinillas entró en acción "¿qué te parece hacer un risotto con estas setas?" Y desde que descubrí mi pasión por el risotto no le puedo decir que no...

Y el acompañarlo con conejo fue casi por casualidad. No se nos ocurría qué podíamos preparar como segundo, lo vimos y nos preguntamos ¿quedará bien todo junto? 
Se puso a ello y el resultado fue delicioso. Durante un día lluvioso comimos un risotto de lo más otoñal y suave, acompañado de un conejo al ajillo que le da un toque de vidilla al plato. Os recomiendo que lo probéis, os hará sentir que tenéis el otoño en vuestro plato. Y si el conejo no os gusta mucho, podéis cambiarlo por pollo. Seguro que también estará muy bueno.

 Ingredientes (para 4 personas)
  • 4 cazos justitos de arroz especial para risotto (240 gr. aprox.)
  • 500 gr. de conejo troceado
  • 190 gr. de boletus
  • 140 gr. de níscalos
  • 6 ajos
  • 1 cebolla
  • 1 l. de caldo de pollo
  • 75 gr. de mantequilla
  • Tomillo y romero (al gusto)
  • Sal y pimienta
  • Aceite de oliva
  • Brandy
 Preparación

Para que no se os quede fría una de las dos partes de este plato, os recomiendo que las hagáis más o menos a la vez. Ya veréis que es muy fácil.

Antes de todo, comenzamos limpiando los boletus y los níscalos. La manera más fácil es coger un pincel de la cocina y "cepillar" con suavidad la parte interior del sombrero de la seta. Para limpiarla por fuera, puedes pasarle con cuidado un paño húmedo y secarla con una servilleta de papel. Por si tenéis alguna duda, os dejo el enlace a un vídeo en el que lo explican fenomenal :).
Una vez que los boletus y los níscalos estén bien limpios, córtalos a rodajas junto con la cebolla. Tritura también los seis ajos y reserva todo.

Salpimienta el conejo. En una sartén a fuego medio-alto vierte un buen chorro de aceite y, cuando esté caliente, añade el conejo troceado. Dale la vuelta de vez en cuando para que se vaya haciendo por ambos lados.
Cuando la carne empiece a estar dorada, añade todos los ajos triturados y un puñado pequeño de tomillo y romero. Remueve, espera a que los ajos estén dorados y añade un chorrito de brandy y de agua para que los ajos no se quemen.
Deja que se haga unos minutos para que el alcohol se evapore y se termine de hacer la carne. Retira la sartén del fuego y ya tenemos hecho el conejo :).

Vamos a preparar el arroz para la segunda parte de nuestro plato. 

En un cazo o en el microondas calienta el caldo para tenerlo preparado ya que lo tenemos que añadir caliente. Reserva.

En una sartén a fuego medio añade un chorro de aceite de oliva y 3/4 de la mantequilla, espera a que se derrita y añade la cebolla troceada y un poco de sal. Cuando empiece a estar dorada y blanda, añade los níscalos y los boletus.
Deja que se hagan durante unos 5 minutos aproximadamente, removiendo de vez en cuando con cuidado. Cuando empiecen a estar blandos, añade el arroz, remueve y añade parte del caldo, un cazo por cada cada persona (en nuestro caso fueron 4 cazos). Ves removiendo para que el arroz absorba el caldo.
Sigue añadiendo el caldo poco a poco, un par de cazos cada vez que el caldo se reduzca y sin dejar de remover con movimientos suaves y envolventes.

Por último, añade el resto de la mantequilla y remueve unos 5 minutos más hasta que se deshaga por completo y el caldo se evapore, quedando una salsa espesa. Antes de retirar la sartén del fuego rectifica de sal si hiciera falta.
Ya solo queda emplatar poniendo una ración de arroz y unos trozos de conejo en cada plato.

Bizcocho de calabaza y semillas de lino

$
0
0
La receta que os traigo hoy podríamos considerarla un básico de nuestra cocina, pero modernizado jeje. Y lo considero un básico por que cuando llega el otoño, el bizcocho de calabaza siempre aparece por casa (¡y varias veces!).
Y es que es un bizcocho tan sencillo y jugoso que es dificil no prepararlo en cuanto aparece la calabaza en nuestra cesta ecológica. Tiene un sabor muy suave, que a todo el mundo le gusta y sorprende. Así que cuando fue el cumpleaños de mi cuñado, no lo dudamos ni un segundo y llevamos este bizcocho para merendar con toda la familia. De ahí que solo os muestre dos fotos escasas, no me dio tiempo a hacer más jeje.

Pero como era un día especial, quería darle un toque diferente, así que me puse a buscar por la despensa y encontré unas semillas de lino dorado que habíamos comprado en verano y que todavía no había usado... ¡esta era mi oportunidad! La verdad es que apenas modificó el sabor del bizcocho y podría decir que ni se notaban, no sé si fue por que puse pocas o por que realmente no tienen mucho sabor... Habrá que seguir investigando con ellas.
También preparé lo que iba a ser una crema de castañas para rellenar el bizcocho... Pero aunque de sabor quedó muy rica, no llegó a cuajar y quedó más bien como una salsa... Así que aunque la veáis en la foto no os pongo la receta ¡no todo nos sale perfecto! ;) jajaja.

Este bizcocho yo no lo hago muy dulce, así que si sois muy golosos y os gustan los bizcochos que sepan a azúcar, tendréis que añadirle más azúcar blanco a las cantidades que os pongo a continuación o sustituir el azúcar moreno por blanco.

 Ingredientes para el bizcocho (para un molde de 22 cm)
    • 3 huevos
    • 150 gr. de azúcar blanca
    • 100 gr. de azúcar moreno
    •  1 yogur natural
    • 125 ml. de aceite
    • 375 gr. de harina
    • 1 sobre de levadura (16 gr.)
    • 250 gr. de calabaza cocida aprox.
    • 2 cucharadas soperas de semillas de lino dorado 
     Preparación

    Pon a precalentar el horno a 180ºC, calor arriba y abajo.

    Engrasa el molde con mantequilla o aceite y espolvorea un poco de harina hasta que todos los bordes queden bien cubiertos. Yo suelo cubrir las paredes con papel de hornear pero no es necesario, podéis simplemente engrasar todos los bordes.
    Mezcla todos los ingredientes poco a poco en un recipiente siguiendo más o menos el orden de la lista y bátelos con una cuchara de madera o con la ayuda de una batidora eléctrica hasta obtener una masa líquida y uniforme.

    Vierte la masa dentro del molde.
    Mételo en el horno y déjalo unos 45 - 60 minutos (según tu horno), hasta que veas que está dorado. Puedes comprobar si está bien hecho pinchándolo con un palillo de madera, si éste sale limpio es que ya está listo.

    Pon el molde sobre una rejilla y deja que se temple durante 15 minutos aproximadamente. Pasado este tiempo, si el molde no está muy caliente, desmolda el bizcocho y deja que se enfríe por completo sobre la rejilla.

    Puedes comerlo tal cual o acompañarlo con una salsa de castañas, chocolate, frutos secos ¡lo que más te guste!

    Paté de mejillones

    $
    0
    0
    Seguro que a más de uno os va a tocar celebrar alguna comida en casa durante estas navidades y, como nosotros, debéis estar buscando como locos recetas originales y ricas con las que sorprender a los invitados ¿verdad?
    ¿Y si os decimos que durante nuestra búsqueda hemos dado con una receta original, rica y, encima, mega fácil para un aperitivo? ¡No se puede pedir más! Y no es abrir una lata y listo, aunque podríamos decir que casi... jejeje.

    Después de varios años preparando comidas durante las navidades hemos aprendido que, como no elijas bien los platos, te puedes complicar y pasar muuuuchas horas en la cocina, para que luego no luzcan tanto tus platos por que has avasallado a tus invitados con veinte mil cosas...
    Así que nuestra norma suele ser preparar un buen plato principal, da igual lo complicado que sea, y acompañarlo con algún aperitivo sencillo, original y que no requiera de mucho tiempo para poder disfrutar de la comida tranquilamente.

    Y con esa idea os traemos este paté de mejillones. Os aseguramos que tardaréis cinco minutos en prepararlo, lo único malo es que va a tardar el mismo tiempo en desaparecer, por que está riquísimo. Tiene un suave toque a mejillones, pero no sabe en exceso y el resto de ingredientes hace que tenga un sabor de los que se quedan en la boca y te hacen repetir una y otra vez.
    Además, tiene una textura ideal tanto para untar sobre tostadas de pan como para dippear, así que cada uno lo puede comer a su gusto.

    Nosotros hemos hecho una versión más sencilla y rápida a base de una buena lata de mejillones y surimi de cangrejo, pero si tenéis tiempo también podéis prepararlo con mejillones naturales hervidos y carne de cangrejo, seguro que también queda delicioso.

     Ingredientes (para 2 terrinas de 10 cm. aprox.)
    • 1 lata de mejillones en escabeche
    • 4 palitos de surimi de cangrejo
    • 4 quesitos
    • 2 cucharadas soperas de mayonesa
     Preparación

    La preparación no tiene mucho misterio... Solo tienes que colocar todos los ingredientes en un picadora y picarlos hasta que tengan la consistencia que más te guste. Puedes dejar pequeños trocitos o picar todo por completo.
    Puedes guardar el paté en el frigorífico en una fiambrera o en el mismo bol tapado con papel film para que no se reseque.

    De viaje navideño por Dresden y receta navideña: Glühwein

    $
    0
    0


    ¡Hola a todos!

    Me ha costado unos cuantos días pero ¡al fin he podido sentarme tranquilamente para mostraros cómo fue nuestra escapada a Dresden en Alemania! Esta vez fuimos con una única idea: disfrutar de los mercadillos navideños y de su ambiente, nada de prisas corriendo de un lado a otro para vez museos y monumentos (que alguno vimos, pero a nuestro ritmo). Aunque después de ver las fotos casi podría deciros que lo nuestro fue un tour gastronómico, no paramos de comer en tres días jajaja.


    Y es que Dresden tiene, nada más y nada menos que ¡doce mercadillos navideños! Sí, sí, habéis leído bien, doce situados casi todos en el casco histórico, cada uno con su propio nombre y estilo y en los que venden comida y bebida durante todo el día ¡un peligro!. Además, como curiosidad, según ellos, el mercadillo central es el más antiguo de Alemania puesto que en 1434 ya se hablaba de él. Vamos, el paraíso para los que, como yo, les encanta la navidad :).


    Así que nada más llegar nos fuimos directos al mercadillo principal, el Dresden Striezelmarkt, en busca de algo de comida. Nos decidimos por unas salchichas que nos dieron buena pinta, por que nuestro alemán es nulo jaja, unas bratwursts vom bauernhof con trocitos de patata. Estaban tan ricas (o teníamos tanta hambre...) que solo hicimos esta foto de refilón jajaja.


    Pero tranquilos, que aquí os traigo otra foto para que veáis el tamaño que solían tener las salchichas ¿pequeñitas verdad? jaja Además, casi todas las hacían a la brasa así que os podéis imaginar el sabor taaan rico que tenían.


    Y continuamos probando el vino tinto caliente o Glühwein. Nos sorprendió mucho su sabor a especias y la verdad es que entendimos por qué estaba todo el mundo tomándolo en todos los mercadillos ¡conseguía quitarte el frío sin esfuerzo! jajaja. Nos quedaba probar algo dulce, así que el chocolate lo probamos en forma de brocheta ¡las fresas estaban espectaculares!


    La verdad es que es precioso simplemente pasear entre los puestos. Nunca había visto tiendas tan decoradas y con tantos detalles, que al final no sabías si mirar los tejados o lo que vendían jaja.


    Y el ambiente festivo que se respiraba era tremendo. Todos los puestos llenos de gente reunida, comiendo y bebiendo mientras paseaban entre las tiendas. Y nosotros no íbamos a ser menos, así que también probamos una mezcla de buñuelos de vino y otros de pasas con azúcar que estaban riquísimos ;).


    Aunque a simple vista lo parecía, las comidas saladas no solo consistían en salchichas (pero casi... jaja). Pudimos encontrar algunos puestos de empanadillas, pizza, paninis, comida vegetariana, oriental o estos panes hechos a mano y rellenos con queso y bacon que estaban riquísimos.


    Una cosa que nos gustó del Dresden Striezelmarkt fue que estaba lleno de actividades, sobre todo para niños, como un cuenta cuentos o talleres para hacer galletas, máscaras y artesanías. Vamos, que podías pasar perfectamente el día y no aburrirte ni un minuto :).


    En el August Markt, con puestos de comida más "internacional" tuvimos la oportunidad de probar un bollo húngaro, el baumstriezel, que lo preparaban enrollando una fina cinta de masa en unos cilindros de madera untados con mantequilla. El resultado era un bollo hueco, suave y muy rico al que le podías poner la cobertura que más te gustase, en nuestro caso las nueces, y nos lo comimos en un plis casi sin darnos cuenta jajaja.


    ¡Y no podía faltar el ponche de huevo! Encontramos un puesto en el que únicamente vendían ponches preparados en cazuelas de cobre y no pudimos resistirnos. No lo habíamos probado antes, así que elegimos el tradicional. Lo encontramos rico, con un sabor parecido a las natillas con un punto de alcohol... aunque al final nos llenó demasiado ¡y eso que compartimos una taza!


    También vimos estas delicias de manzana en el mercado medieval, pero nuestros estómagos ya estaban más que llenos... Viendo las fotos ahora nos arrepentimos de no haberle dado un bocado a una :(.


    Así que ya os podréis imaginar que, el Christstollen, su dulce típico navideño con pasas y fruta escarchada, nos lo trajimos bajo el brazo para disfrutrarlo tranquilamente en casa jeje.


    Es un lugar muy recomendable para visitar en estas fechas. Si alguna vez tenéis la oportunidad no os lo perdáis, estoy segura de que os encantará. 

    Y aquí me despido de vosotros hasta la próxima ;)




    Vino caliente especiado o Glühwein


    Y ahora vamos a por la receta de este vino especiado


     Ingredientes
    • 1 botella de vino tinto afrutado
    • 2 ramas de canela
    • 1 anís estrellado
    • 1 hoja de laurel
    • 4 clavos
    • 1 rodaja de naranja o limón
    • 80 gr. de azúcar moreno
    • 1 pizca de jengibre
     Preparación

    Para preparar esta receta es muy importante que el vino nunca llegue a hervir ya que puede cambiar su sabor y acabar amargando al perder el alcohol. Comenzamos. 

    En una olla a fuego lento añade un poco de vino, lo justo para cubrir el fondo. Añade las ramas de canela, el anís estrellado, la hoja de laurel, los clavos, el jengibre y la rodaja de naranja.
    Remueve y deja que se cocine durante 5 minutos aproximadamente. Añade el azúcar y remueve. Cuando humee, baja el fuego al mínimo y déjalo al fuego una media hora.

    Retira del fuego y ajusta el sabor añadiendo más azúcar si hiciera falta. Retira las especias y cuela el vino.
     Servir bien caliente.

    Polvorones caseros para celebrar el año nuevo

    $
    0
    0
    ¡Buenos días y feliz año nuevo!
    Esta tenía que ser la última entrada del 2014, pero los últimos días del año fueron una auténtica locura y no he podido terminarla hasta hoy... Ni siquiera pude dejaros por aquí un mensajillo para felicitaros las fiestas ¡cachis! Aunque si os pasasteis por la página de Facebook pudisteis ver alguna cosilla... :)

    Me dio rabia porque pasaron las primeras fiestas casi sin enterarme. Este año he sentido poco yuyu navideño y el cambio del año ha llegado sin previo aviso... Así que no llegué a tiempo para mensajes navideños, ni últimas reflexiones del año (¡con lo que me gusta acabar así el año!), ni lista de nuevos propósitos...
    Pero, aunque sea en la recta final de las fiestas, no quería quedarme sin deciros que espero que las estéis disfrutando muchísimo, tanto por la compañía de los que tenéis a vuestro alrededor como por la rica comida que compartáis ;). Y también espero que este 2015 venga llenito de muchas cosas buenas y podamos seguir compartiendo muchísimas recetas. Por que somos un montón ¡y esto tiene que seguir creciendo! ;)

    Así que este año, supongo que por intentar aumentar mi yuyu navideño, me empeñé en preparar algunas de las recetas más típicas para esta época. Desempolvé mi lista de "recetas pendientes" y me lancé a probar... ¡los polvorones!
    Ya los he hecho tres veces estas navidades y dudo mucho de que los vuelva a comprar en el súper, no os digo más jaja. Son tan fáciles de hacer y están tan ricos que merece la pena invertir una hora en hacer estas delicias. Además, salen un montón por lo que con una hornada (o dos... ejem...) puedes tener cubiertas gran parte de las fiestas, por que están tan buenos que gustarán a todo el mundo.

    No os lo penséis más y preparad vuestros propios polvorones ¡todavía estáis a tiempo para dejárselos a los Reyes Magos! ;).

     Ingredientes (para 27 unidades)
    • 125 gr. de manteca de cerdo
    • 10 gr. de mantequilla
    • 250 gr. de harina
    • 75 gr. de azúcar glass + otro poco para espolvorear por encima
    • 60 gr. de almendra molida cruda
    • 1/2 cucharada pequeña de canela en polvo
    • 1 pizca de sal
    • 1 cucharada sopera de anís (optativo)
     Preparación

    Pon a precalentar el horno a 180ºC.

    Extiende la harina y la almendra molida sobre una bandeja, métela al horno y deja que se tuesten durante 15 minutos aproximádamente, hasta que ambas tengan un ligero tono tostado, removiendo de vez en cuando para que se hagan por igual. Procura que no se tuesten demasiado, ya que si no el polvorón amargará.
    Pasado este tiempo, retira la bandeja del horno y deja que la harina se enfríe.

    Una vez que esté fría, sobre la misma bandeja o en una superficie lisa, junta la harina y la almendra y añade el resto de ingredientes. Comienza a amasar con la palma de las manos para mezclar los ingredientes. En diez minutos aproximádamente la masa pasará de una especie de copos sueltos a otra más homogénea, aunque algo quebradiza. Cuando puedas hacer una bola con la masa, estará lista.

    Para trabajar mejor te recomiendo que cojas la mitad de la masa y hagas una especie de churro con un diámetro de unos 3 - 4 cm. Córtalo en rodajas, más o menos anchas, según el tamaño que quieras para tus polvorones. Nosotros los hicimos con trozos de unos 20 gr. ya que no nos gustan muy grandes.
    Pon sobre la bandeja del horno un papel vegetal para cocinar. Con cada trozo de masa haz una bola, aplástala un poco dándole la forma que más te guste y ponla sobre el papel de la bandeja. 
    Repite estos pasos con el resto de la masa.

    Mete la bandeja en el horno unos 10 minutos con calor arriba y abajo y termina la cocción con 2 minutos de grill para que acaben teniendo un tono dorado. Vigila los polvorones durante el horneado ya que según el tipo de horno puede que tarden menos tiempo en dorarse y si nos pasamos se pueden hacer demasiado y amargar.

    Pasado este tiempo retira la bandeja del horno, espolvorea un poco de azúcar glass por encima y deja que se templen para que se compacten un poco. Pásalos a una rejilla para que acaben de enfriarse y, si los quieres más dulces, puedes espolvorear más azúcar o pasar la parte superior de cada uno por un cuenco con azúcar glass hasta cubrirlo por completo.
    Puedes empaquetarlos individualmente con papel de seda o guardarlos directamente en una lata de metal. Se mantienen en perfecto estado durante una semana aproximádamente (aunque es difícil que duren tanto jeje).

    Manzanas rellenas de arroz

    $
    0
    0
    ¿Cómo han terminado las fiestas? ¿Os han sabido a poco o habéis acabado hartos de tanta comida y reunión familiar? jeje
    Nosotros, como ya os comenté en la entrada anterior, nos encontramos con que de repente era nochebuena, navidad, fin de año... Inmersos en el trabajo, parecía que las fiestas llegaban de repente y sin previo aviso, así que nos hemos quedado con las ganas de disfrutarlas un poquito más ¡ays, habrá que esperar! Pero de lo que sí hemos acabado hartos, pese a que este año han sido más ligeritas, es de la comida.

    Hay tanta comida taaaan rica y durante taaaaantos días que es difícil no comer mucho ¿verdad? Aunque este año puedo decir que, con mis 34 años recién cumplidos, he aprendido a comer ¡yeeeeaaaah! Vale, la frase así tal cual suena mal, pero todo tiene una explicación. Para mi, pasar alguna parte de las fiestas navideñas mala del estómago por alguna comilona era tan habitual como la visita de Papa Noel o los Reyes Magos. Vamos, que no faltaba ni un año... Peeeero esta vez ¡llegué sana y salva hasta el día de mi cumpleaños en reyes!
    Hasta mis padres estaban alucinados jajaja. Os aseguro que es muy triste celebrar tu cumple año tras año con una sopita y arroz mientras a tu alrededor todos se ponen hasta las trancas de cosas ricas y deliciosas.
     
    ¿Y cómo lo he conseguido? Siendo sincera, realmente no sé muy bien cómo lo que he hecho, pero es verdad que entre fiesta y fiesta hemos comido cosas más ligeritas e igualmente ricas como las que os traigo hoy.
    Por que no podemos pasar de una mesa llena de delicias a un triste plato de acelgas. A mi me lo pones entre las fiestas o al finalizarlas y no me entra si no va acompañado de un plato de langostinos en la mesa (aunque luego no los pruebe... pero ahí tienen que estar, por la costumbre...) y unos polvorones de postre.

    Así que estas manzanas rellenas de arroz con bonito y gambas puede ser una buena terapia de choque para desengancharse de las comilonas navideñas o para sorprender a nuestros invitados con una comida diferente y muy sabrosa, ya que lo podemos usar como primer plato poniendo media manzana o plato único con la manzana entera.
    Pero lo mejor de todo es que es una receta súper sencilla, que no requiere de mucho esfuerzo y el resultado es espectacular. 
     
    El plato os quedará más o menos dulce según la manzana que escojáis. En nuestro caso elegimos unas de estilo golden, que tienen un sabor intermedio. La combinación de los diferentes arroces le da un toque más divertido, pero lo podéis hacer con cualquier arroz que tengáis en casa. También podéis usar gambas frescas en vez de las congeladas, pero era las que teníamos en casa :). 

     Ingredientes (para 4 personas)
    • 4 manzanas grandes
    • 100 gr. de gambas peladas y congeladas
    • 75 gr. de bonito en aceite
    • 100 gr. de arroz (el nuestro es una mezcla de arroz largo, rojo y salvaje)
    • 1 cebolleta
    • 1 cucharada de margarina
    • Cebollino
    • Aceite de oliva
    • Sal y pimienta
     Preparación

    Descongela las gambas, trocéalas y reserva.

    En un cazo cuece el arroz hasta que esté tierno, pásalo a un bol y reserva.

    Pela y pica la cebolleta.
    Añade la cucharada de margarina a la sartén, espera a que se deshaga y añade la cebolleta. Rehógala hasta que empiece a tener color (un poco menos que las nuestras, que haciendo las fotos se me pasó un poco jeje), añade las gambas troceadas y remueve.
    Añade el arroz, salpimienta, remueve y saltéalo durante un par de minutos. Retíralo del fuego y deja que se temple.
    Una vez que se haya templado el arroz, añade el bonito desmenuzado y el cebollino picado y remueve para que se mezclen bien. Reserva hasta que vaciemos las manzanas.
    Lava bien las manzanas y córtalas por la mitad. Con la ayuda de un cuchillo quita el corazón con las pepitas y vacía el resto de la manzana con una cuchara para crear una especie de cuenco. Procura no dejar los bordes muy finos ya que se romperá. La manzana que retires puedes añadirla troceada al arroz.
    Pon a precalentar el horno a 200ºC, calor arriba y abajo y prepara una bandeja para el horno con una hoja de papel para cocinar.

    Rellena las manzanas con la mezcla de arroz y usa un espray o un pincel para pintarlas con un poco de aceite. Colócalas sobre la bandeja y mételas en el horno entre 15 - 30 minutos, según las quieras más o menos blandas.
    Puedes acompañarlas con un poco de salsa cóctel o mayonesa y adornarlas con un poco de cebollino.

    Crema rápida de chocolate negro- Reto #elasaltablogs

    $
    0
    0
    ¡Buenos días!

    Ya estamos en el último domingo del mes así que, después de un parón por las fiestas navideñas, volvemos a la carga con nuestra pandilla de El Asalta blogs.
    Mira que siempre tenemos un mes por delante para cometer nuestra fechoría, pero por una cosa o por otra se nos pasan los días volando y acabamos pasándonos por la cocina de nuestra víctima la última semana para decidir que le pispamos ... Y, claro, a veces se nos complican las cosas...

    Sobre todo esta vez, que apuramos hasta el viernes para elegir la receta que íbamos a preparar el sábado y nos encontramos la cocina de Isa, del blog Azúcarglass, hasta los topes, incluso un ladronzuelo se tomó la molestia de hacernos un selfie de grupo y colgarla en nuestra guarida...
    Nosotros estamos por el fondo ¡os lo aseguro! jajaja. Al menos teníamos el consuelo de que no éramos los únicos que llegábamos tarde este mes. Pero claro, con tanta gente de un lado para el otro e intentando que Isa no se diera cuenta de que habíamos pasado por ahí (cosa que dudo que lo consiguiéramos, menos mal que estaba fuera de casa, si no la matamos de un susto), apuntamos alguna cosa mal...
    Por que nuestro robo consistía en esta deliciosa tarta fácil de flan de chocolate, pero como en casa solo somos dos, quise hacer una versión mini y presentarla en moldes individuales... Además, cambié el chocolate con leche por chocolate negro para que a mi cocinillas le gustara más... Demasiados cambios y al final la lié parda, por que el resultado dista mucho del flan que tenía en mente. Y por apurar hasta el último día, ya no tuve tiempo de repetirlo ¡qué rabia! Así aprenderé para la próxima vez.
    Aún así estoy contenta con el resultado por que he descubierto otro postre súper sencillo y rápido, no me llevó ni media hora prepararlo todo, aunque luego hay que esperar un par de horitas para catarlo. Y si sois amantes del chocolate es vuestro postre ideal, por que esta crema de chocolate tiene un sabor tan intenso que hasta te quita el sentío ;).

    Isa, ha sido un placer pasearme por tu cocina y descubrir auténticas delicias ¡fue difícil escoger solo una! Y siento haberla liado con la que me llevé... solo puedo decir que espero que te guste esta nueva versión de tu postre jajajaja.

     Ingredientes (para 5 unidades)
    • 250 ml de nata
    • 125 gr. de chocolate negro
    • 1/2 sobre para hacer flan
    • 2 cucharadas soperas de azúcar blanco
    • 6 galletas estilo "maría"
     Preparación

    Prepara los moldes colocando las galletas en el fondo y reserva.
    En un cazo a fuego medio añade unos 200 ml de nata y el chocolate troceado y remueve para que se vaya deshaciendo poco a poco.
    Mientras añade el preparado para flan en un recipiente y vierte el resto de nata poco a poco para que se mezcle bien. Añádelo al cazo junto con el azúcar y no dejes de remover, ya que se cuajará.
    Lleva la mezcla a ebullición y retira el cazo del fuego.
    Reparte la mezcla entre los moldes que preparaste antes con la galleta en el fondo y deja que se templen unos diez minutos.
    Pasado este tiempo, mete los moldes en el frigorífico como mínimo un par de horas para que el relleno acabe de cuajar bien. 

    Y ya solo queda disfrutar de esta delicia.

    Idea para San Valentín last-minute: Pretzels cubiertos de chocolate

    $
    0
    0
    ¡Creo que he encontrado la receta perfecta para San Valentín!
    ¿Unos snacks cubiertos de chocolate? ¿Tú estás loca? Sí a lo primero y a lo segundo... mucha gente opina que también jajaja. En fin...

    Desde que vivo con el cocinillas (y ya es más de una década), cada año he intentando encontrar alguna receta sencilla, que quede bonita, que le guste y que sea compatible con montar un cumpleaños... Como veis, lo de que sea sorpresa ya me lo salto por que el cocinillas tuvo el acierto de nacer un día después de San Valentín y os podréis imaginar como hemos pasado muchas veces el día previo a su cumpleaños ¿verdad?
    Sí, en la cocina... Que podrá parecer muy romántico pasar un rato cocinando juntos, pero cuando al día siguiente tienes varios invitados y te has tirado una tarde preparando comida, galletas, pastel o lo que se nos haya ocurrido para celebrar su cumpleaños, lo que menos te apetece al acabar es ponerte a cenar a la luz de las velas... Más bien acabamos tirados cada uno en un sofá comiendo cualquier cosa  jajaja.

    Así que cuando encontré esta idea en Pinterest vi el cielo abierto ¿Sólo necesito pretzels, chocolate y corazoncitos? ¡Es la receta ideal para mi San Valentín!
    Y os puedo decir que el "ensayo" ha sido todo un éxito. Al cocinillas le ha encantado y yo los he preparado en un plis. Además, tienen la decoración justa para que no entre en colapso por tanto corazoncito ñoño jaja y encima ¡están riquísimos! Si estos snacks son un vicio por sí solos, cubiertos de chocolate ni os cuento...

    Por cierto, os recomiendo que hagáis de más por que siempre acaba alguno con el chocolate mal puesto, no nos gusta como ha quedado y... ejem... vamos, que desaparecen misteriosamente mientras los vas preparando :P.  

     Ingredientes
    • 50 gr. de chocolate negro para postres
    • Un puñado de snacks salados tipo pretzels o palos
    • Sprinkles para decorar
     Preparación

    Comenzamos derritiendo el chocolate poco a poco en el microondas o al baño maría. Te recomiendo que utilices un recipiente alargado si también vas a hacer los snacks en forma de palo, ya que será más fácil cubrirlos con chocolate.

    Pon un papel para hornear sobre un plato o una bandeja para ir colocando los pretzels cubiertos de chocolate para que se sequen. Esto ayudará a que no se peguen al plato.
    Una vez que el chocolate esté derretido, sólo tenemos que meter el pretzel en el chocolate para cubrir la mitad.
    Si no tenemos un recipiente alargado podemos utilizar una cuchara o espátula para cubrir los alargados.
    Seguimos añadiendo la decoración que queramos...
    Y lo ponemos sobre la bandeja para que el chocolate se seque. Y repetimos estos pasos con cada uno.
    Con el frío que hace estos días el chocolate se secó rapidísimo, pero si ves que tarda en secarse (te darás cuenta por que el chocolate deja de estar brillante) ponlos un rato en el frigorífico.

    Como únicamente hemos derretido el chocolate, puede que en algún momento comience a espesar un poco y sea difícil trabajar con él. Si te pasa esto, vuelve a meterlo unos segundos en el microondas y volverá a estar listo.

    Tarta de galletas y crema de queso

    $
    0
    0
    ¡Hola a todos!

    Ya estamos de vuelta tras un pequeño descanso... No nos hemos ido de vacaciones ni nada por el estilo (ojalá) si no más bien hemos pasado por unas semanas no muy buenas y mi mente me pedía un respiro. La abuela del cocinillas nos dejó de repente y fueron unos días tristes... Y esta vez, ante el estrés del momento, me dio por la costura en vez de la repostería... cosa que de vez en cuando agradezco, ¡por que si no no hay manera de mantener a raya a mis michelines!
    Así que por ese motivo he desaparecido tantos días, estaba liada entre telas e hilos haciendo neceseres, bolsos y demás cachivaches jajaja. Pero hoy, con este día casi primaveral, parece que la energía ha vuelto. El primer día que puedes abrir todas las ventanas de la casa y disfrutar de una brisa especial que anuncia que la primavera se acerca es casi mágico ¿verdad? A mi me activa un montón, al menos hasta que aparece la astenia primaveral :P.

    Bueno, la receta que os traigo hoy está más que rica. La preparé para el cumpleaños del cocinillas tras un tira y afloja sobre la tarta que le apetecía para celebrarlo. Ya sé que pensaréis que el cumpleañero es el que tiene que decidirlo, pero es que él quería una tarta de san marcos y yo probar otra del libro "Home Sweet Home" de The Hummingbird Bakery... Así que me senté a su lado con el libro, le dije que lo revisáramos juntos y que si no encontraba ninguna que le gustara, le prepararía la suya.
    ¿Quizá jugué con un poco ventaja, no? ¿quién va a decir que no a sus tartas? jajaja. Pues tras mirar el libro, casualmente... ejem... eligió una que me apetecía mucho probar por que tenía una pinta espectacular, la tarta de galletas y cookies. Al final hice varias modificaciones sobre la receta original, sobre todo cambiar los ingredientes de la crema por que me fue imposible encontrar mascarpone y rebajar la cantidad de azúcar. Si llego a poner el kilo que añaden en el frosting estoy segura de que habríamos muerto por sobredosis de azúcar glass... Y tuve el gran fallo de no sacar la mantequilla con suficiente tiempo, así que no se deshizo lo suficiente en el frosting, pero con los invitados a punto de llegar la tuve que usar tal cual salió...

    Pese a que parece pesada y densa, es una tarta muy suave y entra como si nada. A mi me encantó la combinación de los trozos de galleta en el bizcocho con el frosting, nunca me imaginé que quedaría tan rico. Y todos los invitados cuando la probaron la consideraron una de las mejores tartas que han probado... Ahí lo dejo ;).

     Ingredientes para el bizcocho
    • 110 gr. de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
    • 280 gr. de azúcar
    • 320 gr. de harina
    • 4 cucharadas pequeñas de levadura
    • 1 cucharada pequeña de sal
    • 320 ml. de buttermilk (o 320 ml. de leche y 3 cucharadas de zumo de limón)
    • 4 huevos medianos
    • 135 gr. de galletas con chocolate, las nuestras fueron estilo "Chips Ahoy"
    • Un chorrito de Amaretto
     Ingredientes para el frosting
    • 100 gr. de azúcar glass (aprox.)
    • 200 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
    • 200 gr. de crème frâiche
    • 300 gr. de queso de untar 
    • Unas galletas para decorar
       Preparación

      Si no tienes buttermilk puedes prepararlo en casa mezclando la leche a temperatura ambiente con zumo de limón o vinagre. Remueve bien para que se mezcle y déjalo reposar mientras preparas el resto de los ingredientes. En unos 10 minutos verás que comienza a cuajar.

      Pon a precalentar el horno a 170ºC, calor arriba y abajo. Engrasa con un poco de mantequilla y harina el molde o los moldes que vayas a usar para que el bizcocho no se pegue. Yo utilicé un único molde de 21 cm. de diámetro x 15 cm. de alto.

      Con la ayuda de una batidora, mezcla la mantequilla a temperatura ambiente y el azúcar hasta que se mezcle bien y te quede una masa homogénea. Continúa añadiendo poco a poco el resto de ingredientes "secos" (harina, sal y levadura) hasta que la masa tenga una consistencia parecida a la arena. 
      En otro bol, bate a mano los huevos y mézclalos con el buttermilk. Con la batidora a velocidad media, añádelo muy poco a poco a la mezcla anterior de ingredientes secos y bátelo hasta conseguir una masa suave y esponjosa. Si hiciera falta, para la batidora de vez en cuando y separa la masa de los bordes con la ayuda de una espátula.
      Trocea las galletas en trozos más o menos pequeños, añádelos a la masa y mézclalo a mano.
      Si vas a usar varios moldes, divide la masa en partes iguales y vértela en los moldes. Mételos en el horno durante 30 - 35 minutos aproximadamente o hasta que el bizcocho esté dorado y si lo pinchas con un palillo éste salga limpio. Si lo vas a hornear en un único molde, tardará aproximadamente una hora.

      Una vez que el bizcocho está horneado, deja que se enfríe por completo sobre una rejilla sin sacarlo de su molde. Si vas a continuar con la tarta al día siguiente, puedes envolver el bizcocho en papel film y meterlo en la nevera. Esto también hará que la miga se haga más firme.

      Para preparar el frosting, comenzamos mezclando la mantequilla a temperatura ambiente con el azúcar glass con la ayuda de una batidora a velocidad baja. Es muy importante que la mantequilla esté pomada, si no no se deshará bien y te quedará pequeños trocitos como a mi. Continuamos añadiendo poco a poco la crème fraîche y luego el queso de untar. Cuando esté todo bien mezclado aumentar la velocidad al máximo y batir hasta que sea una crema esponjosa y suave.

      Ahora ya solo nos queda montar la tarta. Si tienes un bizcocho alto, hay que cortarlo en dos o tres trozos iguales. Colocamos el primer bizcocho sobre la bandeja y cubrimos los trozos que quedan al descubierto con un poco de papel para cocinar, así evitaremos que se manche.

      Si queréis podéis mojar los bizcochos con un poco de licor Amaretto como yo o con un almíbar, aunque no es muy necesario ya que el bizcocho es bastante esponjoso. Colocamos unas 3 ó 4 cucharadas de crema sobre el bizcocho y lo extendemos uniformemente hasta llegar a los bordes. 
      Repetimos estos pasos hasta que nos quedemos sin bizcochos.

      Ya solo queda cubrir la tarta con el resto de la crema y decorarla a tu gusto. En nuestro caso rodeamos la base con mini galletas y en la parte superior pusimos unas cuantas troceadas.

      Bizcocho de lavanda y mandarina

      $
      0
      0
      ¡Buenas tardes!

      No lo he podido evitar y repetimos dulce...
      Y ya sé que ha comenzado el buen tiempo y con él las intenciones de empezar una dieta para lucir el bikini sin michelines el próximo verano... Pero es que este bizcocho quedó taaaaaan esponjoso y taaaaan rico que no puedo quedármelo solo para mi más tiempo... ¡tengo que compartirlo y gritarlo a los cuatro vientos! Además, siempre es mejor darnos un capricho con algo sano hecho en casa que con cualquier bollería industrial ¿verdad?
      ¿Os he convencido ya para que lo probéis? Puedo continuar intentándolo... Por que su sabor es delicioso; combina a la perfección el cítrico de la mandarina con el suave y fresco aroma de la lavanda, que nunca la había probado y me sorprendió muchísimo. Y tiene una miga tan blandita y esponjosa.... Vamos ¡que me ha encantado! Y no solo a mi...
      Por que este bizcocho lo preparé cuando vinieron unos amigos a casa a merendar y celebrar nuestros cumples. Empezamos con una rodaja generosa y acabamos repitiendo todos por que nos la habíamos terminado casi antes de dar el primer sorbo al café. Incluso se llevaron encantados el trocito que había sobrado. Así que al día siguiente ¡tuve que hacer otro para nosotros!
      Es lo malo de estas cosas tan ricas una vez que las descubres, a veces cuesta desengancharte de ellas... Sobre todo si tardas tan poco tiempo en hacerlas, nunca tienes una escusa para decir que no ;).

       Ingredientes (aprox. 8 - 10 raciones o menos... jeje)
      • 3 huevos
      • 250 gr. de azúcar
      • 125 ml. de leche
      • 375 gr. de harina
      • 80 ml. de harina
      • 2 cucharadas pequeñas de levadura en polvo
      • 1 cucharada pequeña de lavanda seca 
      • Ralladura de una mandarina
       Preparación

      Vierte la leche y las flores de lavanda en un cazo y lleva a ebullición a fuego lento. Retira el cazo del fuego y deja que que repose unos 30 minutos para que se enfríe y se aromatice bien la leche.
      Pasado este tiempo puedes colar la leche para retirar las flores de lavanda, como hice yo, o dejarlas si quieres notarlas en el bizcocho. Y ya podemos comenzar a preparar el bizcocho.

      Pon a precalentar el horno a 180ºC, calor arriba y abajo y engrasa el molde con un poco de mantequilla o aceite y harina. Yo utilicé un molde alargado de 30 cm. pero puedes prepararlo en uno  redondo de unos 21 cm.

      Este bizcocho no tiene mucha complicación, solo tenemos que ir añadiendo y mezclando los ingredientes poco a poco hasta conseguir una masa homogénea. El orden no importa mucho, pero yo suelo comenzar batiendo los huevos, luego añado el azúcar y a partir de ahí voy combinando ingredientes líquidos y sólidos más o menos siguiendo el orden de la lista de ingredientes para que sea más fácil mezclarlos, sobre todo si es a mano.

      Una vez que hayas añadido todos los ingredientes líquidos y sólidos, solo nos queda limpiar bien la mandarina, rallar la piel y añadirla a la masa. Si quieres decorar el bizcocho con ella, no te olvides de reservar un puñadito.
      Vierte la masa en el molde que engrasaste antes y mételo en el horno entre 35-45 minutos o hasta que la parte superior tenga un tono dorado y si lo pinchas con un palillo éste salga limpio.

      Deja que el molde unos 20 minutos sobre una rejilla y, pasado este tiempo, desmolda el bizcocho y colócalo sobre la rejilla para que se enfríe por completo (si puedes resistirte... el primero no aguantamos y cayó templado jeje). Antes de servir puedes decorar con un poco de azúcar glass, ralladura de mandarina y flores secas de lavanda.

      ¡Ah! Y si queréis que os dure más de una sentada, mantenedlo a buen recaudo... Hasta los gatos se asomaron cuando hacía las últimas fotos... ;)

      Potaje de cuaresma con garbanzos, bacalao y espinacas

      $
      0
      0
      ¡Buenas tardes!

      Ays, estamos al límite de la celebración de la cuaresma, pero no quería quedarme sin traeros esta receta tan rica y, sobre todo, tan típica de esta época.


      Cuando la marca de productos congelados La Sirena se puso de nuevo en contacto con nosotros para que probáramos distintos productos de bacalao durante la cuaresma no lo dudamos ni un segundo, ¡nos encantó la idea! Y no tardaron nada en enviarnos todo esto. Si nos seguís por Instagram, ya visteis el adelanto :):


      Como podéis ver, no hemos pasado hambre esta cuaresma jajaja. Además de las cuatro variedades de bacalao, recibimos tres salsas, un paté de aceitunas y harina para fritura. Todo muy rico (ya os enseñaremos más adelante alguna receta más), excepto la salsa de romesco, que ya la conocíamos y no nos gusta su sabor pero claro, es que mi padre hace una que está espectacular jeje. Y todo ello acompañado por un bonito colador (sí, ¡los coladores también pueden ser bonitos si son rojos! jaja).


      Así que con todo esto delante nos preguntamos ¿y ahora qué preparamos? Se nos ocurrieron varias recetas pero de repente nos dimos cuenta de que nunca habíamos preparado la maaaaaas típica ¡el potaje de cuaresma! Sí, habéis leído bien, en casa nunca habíamos preparado un potaje... La principal razón es que al cocinillas el potaje no le acaba de convencer y a mi no me van mucho los platos de cuchara, sobre todo si son legumbres, pero nos queríamos quitar la espinita de no tener esta receta en el blog... Así somos nosotros jajaja.


      Y es que, al menos yo, una vez que me doy cuenta de que no he preparado una cosa tan sencilla en mi vida, tengo que hacerlo ¡y más teniendo un blog de cocina! Creo que hay platos que no pueden faltar, sobre todo si son tan tradicionales como este ¿verdad? Y después de haberlo preparado, la verdad es que nos animaremos a comerlo más de una vez. 

      Primero, por que nos gustó mucho su sabor, el bacalao estaba espectacular y el toque del majao de pan nos encantó. Y, segundo, por que nos pareció mucho más fácil prepararlo de lo que teníamos pensado, así que es un buen plato calentito, que no requiere de mucho tiempo y que te llena de energía. 


      Antes de pasar a la receta quiero dar las gracias a La Sirena por haber confiado una vez más en nosotros y, sobre todo, por su trato tan cercano ¡muchas gracias!

       Ingredientes (para 4 personas)
      • 250 gr. de bacalao desmigado congelado La Sirena
      • 500 gr. de garbanzos cocidos
      • 300 gr. de espinacas
      • 1 cebolla morada
      • 2 dientes de ajo
      • 1 l. de caldo de pescado o agua
      • 1 cucharada pequeña de pimentón de la Vera ahumado dulce
      • 1/2 cucharada pequeña de cominos
      • 2 rebanadas de pan
      • 3 huevos
      • Aceite de oliva
      • Sal y pimienta
       Preparación

      Un día antes coloca el bacalao directamente sobre una fiambrera con rejilla o un colador y deja que se descongele poco a poco en el frigorífico. Si vas a usar garbanzos secos, tendrás que ponerlos en remojo.

      Si, como nosotros, utilizas garbanzos cocidos de bote, colócalos en un colador y límpialos con agua hasta eliminar todo el líquido de conserva. Si vas a usar garbanzos secos, deberás cocerlos y escurrirlos (no tires el caldo por que lo podremos aprovechar después). Reserva.


      En un cazo pon a hervir tres huevos. Cuando estén cocidos, deja que se templen y quítales la cáscara. Reserva.

      Corta el ajo a rodajas y pica la cebolla. En una sartén a fuego medio vierte un chorro de aceite y, cuando esté caliente, añade los ajos. Cuando empiecen a estar dorados, añade la cebolla, una pizca de sal y remueve de vez en cuando. Esperaremos a que la cebolla esté tierna y transparente para añadir una cucharada pequeña de pimentón. Remueve enseguida para que se mezcle bien y no se queme. 


      En cuanto el pimentón se haya repartido bien añade el bacalao desmigado y vuelve a remover. Cocínalo unos 2 - 3 minutos para que coja color, pero no tiene que estar completamente hecho.


      En una cazuela o parisien a fuego medio añade los garbanzos bien escurridos y el sofrito anterior con el bacalao. Remueve para que se mezclen bien los ingredientes. 


      Añade las espinacas y el comino. Si ves que las espinacas no te caben todas a la vez puedes remover un poco y añadirlas en dos tandas, ya que con el calor reducen su tamaño muy rápido. 


      Cubrimos con caldo o agua, salpimentamos y dejamos cocer unos 15 minutos a fuego medio.


      Mientras se cuece podemos preparar el majado de pan frito y huevo que le dará un sabor muy rico.

      Para ello trocea las dos rodajas de pan y fríelas en una sartén con un poco de aceite. Una vez que el pan esté dorado, lo colocamos en un recipiente junto con la yema de un huevo y un poco de caldo de la cazuela.


      Trituramos bien con la ayuda de una batidora hasta conseguir una pasta (te quedará más o menos líquida según la cantidad de caldo que hayas puesto) y lo añadimos al potaje.


      Remueve bien, rectifica de sal si hiciera falta y deja que cueza unos 5 minutos más a fuego lento. 


      Sírvelo bien calentito acompañado del huevo duro.


      Bizcochitos de té con especias (sin lactosa) - Reto #elasaltablogs

      $
      0
      0
      ¡Buenos días!

      ¿Otra vez tú por aquí? ¡Sí! Es que es el último domingo de marzo y ya sabéis lo que toca, tengo que mostraros el resultado de mi último botín... Todos los que pertenecemos a El Asalta Blogs somos muy discretos (ejem...) entrando en cocinas ajenas y robando recetas a diestro y siniestro ¡pero luego nos encanta alardear de lo que nos hemos llevado!


      Y este mes no iba a ser menos. Nuestra víctima fue Iratxe, del blog Gallecookies. Y teniendo un blog con ese nombre, os podréis imaginar todas las delicias dulces que nos podemos encontrar en él ¿verdad? ¡Es el paraíso! Aunque no os llevéis a engaño, por que alguna que otra vez también se cuela una rica receta salada.

      Así que, con lo que me gusta a mi el dulce, este hurto fue difícil... Me asomé más de una vez por su cocina, rebuscaba entre cajones y alacenas, seleccionaba algunas recetas pero al final me despistaba y me iba con las manos vacías. Y es que con las artimañas que utilizó Iratxe no fue para menos... Primero lo intentó con una tortuga (supuestamente) ninja, que me entró tal ataque de risa, que hizo que me fuera con las manos vacías...


      La segunda vez que fui había contratado a un chico como personal doméstico, supuestamente para vigilar la cocina y cocinarle... No sé qué tal lo hará, yo solo recuerdo verle recostado sobre la encimera con la camisa abierta y un bote que ni recuerdo de lo que era... ni tampoco recordé llevarme mi botín...

      Y el resto de ladronas no se quedaron atrás. Algunas de ellas enviaron a ladrones de guante blanco en su lugar, y de los que quitaba el "sentío": Matt Bomer, Antonio Banderas... Uff! No sabía yo que en esta banda se jugaba tan fuerte...


      En fin, que perdí la cuenta de las veces que pasé por Gallecookies¡pero al fin lo conseguí! Y es que cuando vi estos bizcochos de té con especias supe que tenían que ser míos sí o sí por que ¡soy adicta a ese té! El sabor del chai, con sus especias, y una pizca de leche me vuelve loca. Cada sorbo me parece diferente.

      Así que me ha encantado descubrir estos bizcochitos. Son ligeros, suaves y especiados, ideales para el desayuno o la merienda, ya que se parecen un poco a los bizcochos de soletilla y sin mojar el leche o café a veces se hacen un poco densos. Pero me encantó su miga blandita y esponjosa, es una delicia abrirlos, sobre todo por el aroma que desprenden.


      Iratxe, muchas gracias por dejarnos pasar por tu cocina, que sé que alguna vez te hacías la despistada si nos veías ;) ¡ha sido todo un placer!

       Ingredientes (aprox. para 16 unidades)
      • 5 huevos medianos
      • 190 gr. de harina
      • 120 gr. de azúcar
      • 1 cucharada pequeña de levadura
      • 1 vaso de agua
      • Té indio especiado (1 filtro infusor bien lleno o dos sobres de té)
      • 1 cucharada pequeña de canela
      • 1/2 cucharada pequeña de jengibre
      • 1/2 cucharada pequeña de clavo molido
      • 1 pizca de sal
      • Unas gotas de concentrado de vainilla
       Preparación

      Pon a precalentar el horno a 180ºC, calor arriba y abajo. Si vas a usar moldes, engrásalos con un poco de aceite y harina.

      Comenzamos tamizando la harina y la levadura. Reserva.

      Separa las claras de las yemas. Con la ayuda de una batidora monta las claras a punto de nieve con una pizca de sal y, cuando empiecen a estar firmes, añade la mitad del azúcar. Sigue batiendo hasta que esté bien integrado y las claras estén bien firmes. Reserva.


      Mientras se montan las claras podemos preparar nuestro té calentando un vaso de agua en el microondas o hirviendo el agua en un cazo. Debe quedar un té bastante concentrado para que le dé sabor al bizcocho, así que llena bastante el infusor.


      Con la ayuda de una batidora, bate las yemas de los huevos y añade 10 cucharadas de té bien caliente. No dejes de batir por que si no el huevo se podría cuajar. Sigue añadiendo el resto del azúcar, la vainilla, el jengibre, el clavo y la canela...


      Y sigue con la harina, añadiéndola poco a poco para que se integre bien. Acabarás teniendo una masa bastante espesa, con una textura parecida a la masa de galletas. No pasa nada ¡vamos bien!


      Con la ayuda de una espátula despega la masa de los bordes. Añade las claras montadas y mezcla hasta que te quede una masa más líquida y uniforme. Si te cuesta mezclarlo a mano puedes usar una batidora de varillas a la velocidad más baja.


      Reparte la masa entre los moldes y hornéalos durante 25 - 30 minutos o hasta que al pincharlos con un palillo éste salga limpio.

      Déjalos unos 10 minutos en el molde para que se temple. Pasado este tiempo desmóldalos, deja que se enfríen por completo sobre una rejilla y ¡ya podemos merendar!


      Batido de fresa y plátano

      $
      0
      0
      ¡Qué rápido se ha pasado esta semana santa! Bueno, sé que hay algunos suertudos a los que todavía os queda un día de fiesta, pero los de la menda ya han llegado a su fin :(.


      Como no solemos viajar en semana santa, los días previos siempre pienso veinte mil planes para hacer durante estos cuatro días... Y al final me lío con cualquier cosa, se me pasan las horas que ni me entero (ojalá pasen igual de rápido mañana en el trabajo, ays) y no llego ni a un cuarto (o menos) de lo que se me había ocurrido ¿os pasa lo mismo a vosotros?

      Así que mis planes para cocinar algunas cosas para el blog se han ido al traste... Sobre todo por que los dos primeros días me los he pasado con una especie de alergia repentina que me da de vez en cuando y con la que no paro de estornudar y moquear durante todo el día y, claro, no es plan de meterse en la cocina así ¿verdad? Y los dos días siguientes se han esfumado sin darme cuenta.


      En fin, que habíamos comprado un montón de ingredientes que han acabado en el congelador para más adelante, pero el batido que os traemos hoy no nos lo podíamos perder por que ¡nos encanta! Os prometo que jamás pensé que le sacaría tanto partido a la batidora de vaso. 

      Se la regalé a mi cocinillas por su cumple un poco a regañadientes, pensaba que iba a ser un trasto más pero cayó por que le hacía taaaanta ilusión... Y desde entonces no hemos parado de probar batidos de frutas para merendar ¡y me encanta!


      Lo mejor de todo es que no requiere de mucho esfuerzo ni tiempo en la cocina, así que es ideal para esos días en los que no paras mucho por casa o te puede la pereza, pero te apetece un buen desayuno o merienda. Nosotros solemos hacer una jarra llena para tener batido durante toda la semana :).
       
      Y no puede ser más sano por que solo lleva fruta, leche y un poquito de azúcar. Como siempre, lo podéis adaptar a vuestros gustos utilizando otro tipo de leche o zumo para aclararlo o la cantidad de azúcar, que siempre hay más o menos golosos ;). Si lo acompañáis de unas galletas ya tenéis la merienda completa.


       Ingredientes (para aprox. 1,5 litros de batido)
      • 500 gr. de fresas
      • 3 plátanos
      • 1/2 litro de leche semidesnatada
      • 3 cucharadas soperas de azúcar de caña sin refinar
       Preparación

      La preparación en súper fácil.

      Solo tenéis que lavar bien las fresas, quitarles las hojitas y meterlas en la batidora. Seguimos pelando los plátanos (intenta quitar todas las hebras), los cortamos en trozos y también los metemos en la batidora.

      Le añadimos la leche y una cucharada de azúcar.

      El resto del azúcar te recomiendo que lo añadas al final, cuando se haya triturado todo y lo pruebes, ya que según esté la fruta el batido sabrá más o menos dulce.

      Si no tenéis batidora de vaso lo podéis preparar perfectamente con una batidora de brazo. Nosotros no lo colamos por que las pepitas de las fresas apenas se notan, pero si no te gustan lo puedes colar.

      Guardar en el frigorífico hasta que lo vayáis a tomar.


      Quiche de bacalao, peras y queso curado de oveja con la mejor masa quebrada de Jamie Oliver

      $
      0
      0
      Seguro que al leer el título de la entrada muchos habréis pensado "¡Hala! Ya vuelve a exagerar una receta de su queridísimo Jamie Oliver..."¡pues no!
       

      Aunque, después de probarla, bien podría haberle puesto este título... Pero no, esta vez no ha sido culpa mía la exageración del nombre, si no del propio Jamie. Y es que, como este chico se puede permitir todo lo que quiera y no tiene abuela, en su libro "En casa con Jamie" le dio por titular la receta "La mejor masa quebrada salada" y con ese nombre ¡quien se puede resistir a probarla!


      Así que volví a revivir mi amor-odio por la masa quebrada... Y es que a mi, que me encanta amasar, me sigue costando preparar esta masa. Me acaba más o menos saliendo, pero no le cojo el punto y siempre acabo dejándola reposar en la nevera con la misma cara de pocos amigos.

      Por eso, cuando vi esta receta, me lancé a por ella sin pensarlo dos veces... y el resultado fue más o menos el mismo. Incluso me quedó más quebradiza que las otras veces y no sé si fue por la manteca, por que ésta estaba fría, por que amasé de menos o de más, o por que intenté seguir la receta y comencé la masa con la KitcheAid... Pero me fue imposible estirarla con el rodillo y acabé estirándola directamente sobre el molde.


      Aún así su sabor es riquísimo y por ello tiene el título bien merecido... Aunque al principio, como no estamos habituados a cocinar con manteca, el primer bocado a la masa nos supo a polvorón jajaja en fin, cosas de la falta de costumbre a ciertos sabores...

      Y sobre el sabor de toda la quiche, nos ha encantado, sobre todo reposada de un día para otro. Comenzamos pensando en el bacalao a tacos que nos envió La Sirena, que está delicioso y además viene muy bien preparado para este tipo de recetas, y poco a poco añadimos el resto de ingredientes hasta dar con una combinación de sabores muy rica. La pera le da un toque dulce muy suave así que añadimos un queso curado de oveja para contrarrestarlo y que no quedara muy empalagosa.

      Son de esos platos que sabes que repetirás, por que están riquísimos. Y yo tengo la excusa de seguir practicando la masa quebrada para acabar queriéndola con todo mi corazón ;).

       Ingredientes para la masa quebrada
      • 250 gr. de harina + un poco más para espolvorear
      • 100 gr. de manteca de cerdo
      • 25 gr. de queso curado de oveja
      • 1 huevo
      • 2 cucharadas soperas de leche semidesnatada
      • 1 pizca de sal
       Ingredientes para el relleno
      • 350gr. de tacos de bacalao al punto de sal de La Sirena
      • 2 peras conferencia medianas
      • 1 cebolla morada
      • 4 tomatitos cherry
      • 1 cucharada sopera de mantequilla
      • 1/2 vaso pequeño de brandy
      • 100 gr. de queso curado de oveja
      • 250 ml de nata
      • 150 ml. de leche
      • 1 huevo
      • Aceite de oliva
      • Sal y pimienta
         Preparación

        El día antes pon a descongelar los tacos de bacalao de La Sirena sobre una rejilla para que los jugos de la descongelación se queden aparte y métela en el frigorífico hasta que lo vayas a usar.


        Comenzamos preparando la masa quebrada.

        En un bol añade la harina, la manteca, el queso rallado y una pizca de sal y comienza a mezclar poco a poco con los dedos, sin llegar a amasar, hasta conseguir una masa que parezcan migas pequeñas.


        Añade el huevo y la leche y mezcla suavemente hasta conseguir que la masa se una, pero nunca llegues a amasar. Haz una bola, enharínala y cúbrela con papel film. Deja que repose en el frigorífico como mínimo media hora.  


        Mientras reposa la masa podemos continuar preparando el relleno.

        Limpia bien los tacos de bacalao quitándoles la piel y córtalos en dados más pequeños. Lava, pela y corta a dados la pera, reservando 4 rodajas finas si quieres decorar con ella, y pica la cebolla.


        En una sartén a fuego medio-fuerte añade un chorro de aceite y una cucharada de mantequilla y, cuando ésta se derrita, añade la cebolla. Póchala y añade la pera troceada.


        Dale unas vueltas para que se mezcle con la cebolla y la mantequilla, añade medio vaso de brandy y flambea. 


        Una vez que termine el flambeado, deja que se haga unos minutos para que reduzca un poco la salsa. Si no quieres flambear, simplemente tendrás que dejarlo un poco más al fuego para que el alcohol se evapore. 

        Añade el bacalao, remueve y deja que se haga unos tres de minutos. Retira del fuego y reserva.


        Cuando la masa haya reposado lo suficiente, pon a precalentar el horno a 180ºC, calor arriba y abajo.

        Engrasa el molde donde vayas a preparar la quiche con un poco de mantequilla o aceite, esto ayudará a que la masa se despegue mejor a la hora de servir.
        Saca la masa que guardaste en el frigorífico y, sin amasar, cubre el molde con ella. Puedes estirarla previamente con la ayuda de un rodillo sobre una superficie enharinada o estirarla directamente sobre el molde, como hice yo. En ambos casos tienes que procurar que te quede el mismo grosor por todos los lados. 

        Pincha la masa con la ayuda de un tenedor para que no se hinche y métela en el horno unos 15 - 20 minutos para que se cueza.


        Con cuidado, y procurando no añadir la salsa, añade el relleno y cubre con él toda la superficie de la masa.


        En un bol aparte, bate un huevo y mézclalo con la leche, la nata y el queso cortado a trozos pequeños o rallado, según te guste te guste. Vértelo sobre el relleno hasta llegar al borde de la masa.


        Por último, puedes decorar la quiche con las rodajas de pera que habíamos reservado antes y cuatro tomatitos cherry cortados por la mitad.


        Mételo en el horno hasta que veas que el relleno está cuajado y tiene un tono dorado, en nuestro caso fueron 55 minutos. Antes de servir puedes espolvorear un poco de perejil picado y añadir un chorrito de aceite de oliva virgen extra.



        Pasta con salsa de tomate y tofu - Receta vegetariana

        $
        0
        0
        Mi cocinillas nunca deja de sorprenderme... Pero empezaré desde el principio...

        Yo tengo una amiga vegana, y cada vez que quedo con ella y me cuenta los beneficios de ese tipo de dieta os aseguro que me convence. Además, está estudiando nutrición, con lo que sabe llevar una dieta bastante equilibrada, te explica mil cosas sobre cada alimento y sé que, si me dejara en sus manos, lo haría fenomenal...

        Pero luego pienso en que no comería las deliciosas hamburguesas, el jamón, el chorizo, el fuet... y sé que no podría hacerlo por que, simplemente, me encantan. O quizá sí que acabaría siendo vegetariana, pero tendría que incluir estas cuatro cosas en mi dieta, por que podría pasar más o menos sin el resto ¿cuela? jajaja (mi amiga se debe estar tirando ahora mismo de los pelos, vaya cuatro cosas he elegido...)


        En fin, que de esas charlas alguna cosa retengo, me apunto ideas de productos que quiero probar, algunos caen pero otros, con el día a día, se me pasan o van quedando para cuando tenga tiempo, como el tofu... Hasta que aparece el cocinillas en escena, que alguna que otra vez se ha tragado las charlas con mi amiga o mis venadas sobre querer hacer una semana libre de carne por que Jamie Oliver lo comentó un día por Facebook¡con recetas incluidas! jajaja.
         
        Así que cuando este fin de semana fuimos a comprar, comenzamos a cotillear estantes a ver qué encontrábamos y entre ellos apareció el paquetito del tofu firme. Yo lo vi, miré al cocinillas de reojo y me callé, por que ya sabéis que sin receta no me atrevo a probar estas cosas, pero mi cocinillas me dijo "cógelo" y yo, con los ojos como platos, "¿el qué? ¿el tofu? ¿y cómo lo preparamos?" y terminó con la frase que, sin saber por qué, siempre me convence "algo se me ocurrirá".


        ¡Y menuda ocurrencia! Me dejó alucinada con el sabor de este plato. Es verdad que el tofu no sabe a nada, pero le da una textura diferente al plato y hace que salgas un poco de la rutina de pasta con carne o pasta con verduras. Y supo utilizar una buena combinación de sabores para que acabara sabiendo a gloria. Añadió un toque dulce con la salsa de tomate frito de La Sirena que nos quedaba (menos mal que aquí combina bien, por que se pasa un poco con el dulzor...) y un condimento italiano que nos trajimos de nuestro viaje por Italia que, siento deciros, no sé exactamente que lleva por que perdí la etiqueta... Huele a tomate seco, ajo, orégano y un par de hierbas más.


        Os podéis imaginar lo rico que estaba, ¿verdad? Y lo mejor de todo es que este plato no se tarda nada en hacer. Así que, tras comerlo, hemos decidido que vamos a incorporar el tofu a nuestra dieta para comerlo de vez en cuando y ya tenemos un par de recetas más en mente. ¡Y a mi ya me queda menos para convencer al cocinillas de una semana sin carne! :P jaja.

         Ingredientes (para 4 - 5 personas)
        • 300 gr. de pasta de verduras
        • 400 gr. de tofu firme
        • 1 bote de salsa de tomate frito con aceite de oliva La Sirena
        • 140 gr. de guisantes en conserva (1 lata pequeña)
        • 1 cucharada pequeña de condimento italiano
        • Un puñado de sésamo
        • 30 gr. de margarina vegetal
        • Aceite de oliva
        • Sal y pimienta blanca
         Preparación

        En un cazo u olla pon a calentar agua con un poco de sal  y, cuando empiece a hervir, añade la pasta. El tiempo de cocción será según el tipo de pasta que estés cocinando, así que te recomendamos que sigas las instrucciones del paquete. Una vez cocida la pasta, escúrrela y reserva.

        Coge el tofu, escurre el exceso de líquido y sécalo un poco con un papel de cocinar. Córtalo en trozos más o menos grandes según te guste.


        Pon un buen chorro de aceite de oliva en una sartén, espera a que se caliente y fríe durante 3 - 4 minutos el tofu con una pizca de pimienta blanca.


        Pasado este tiempo, añade el bote de salsa de tomate, el condimento italiano y el sésamo...


        Y continuamos añadiendo los guisantes bien escurridos. Remueve para que todo se mezcle bien y deja que cueza unos cinco minutos. Añade la margarina y remueve hasta que se deshaga. 


        Por último, añade la pasta, remueve y déjalo cocer cinco minutos más.


        Puedes añadir un chorrito de aceite de oliva antes de servir.

        Galletas saladas de morcilla - Reto #elasaltablogs

        $
        0
        0
        Hoy madrugamos un poquito para traeros una receta, podríamos decir que totalmente contraria a la de la semana anterior jeje.


        Pero una vez más puedo echar las culpas a otros (jeje), más concretamente al reto de El Asalta Blogs y a la víctima de este mes, Con un par de guindillas, un blog no apto para amantes de la buena comida por que os volveréis literalmente locos. Su índice de recetas ¡parece una enciclopedia de comida rica! y las otras secciones no se quedan atrás. Os recomiendo que paséis por sus crónicas viajeras si os gusta viajar, están genial.


        Si ya habéis echado un vistazo al blog del Capitán Rábano (no me he vuelto loca, es el nick de la persona que está detrás) os imaginaréis que sudé la gota gorda para seleccionar una única receta ¿verdad? Ya me extrañaba que esta vez el anfitrión no pusiera trampas para despistarnos... Tuve que ir varias veces hasta su cocina, revisaba todos los rincones y seleccionaba unas 20 posibles recetas... una locura.


        Hasta que un día miré el calendario para ver qué domingo tocaba publicar y lo decidí en un santiamén... 26 de abril / Nota en el calendario: "The pig's day"... anda, si coincide con el fin de semana que vamos a pasar con los amigos... ¡YA LO TENGO!

        Es que justo este fin de semana tenemos una mega barbacoa con los amigos cuyo ingrediente único y principal ya os habréis imaginado ¿no? ¡el cerdo! Como veis, nos rodeamos de gente de buen comer jajajaja. Así que como el plato principal ya estaba más que decidido, me fui directa al índice de recetas para ver si podía preparar algún aperitivo original que, por supuesto, llevara cerdo y di con estas galletas de morcilla. Esto es de lo más curioso ¡me las llevo!


        Para poder preparar las fotos tuve que hacer un "esfuerzo" y preparar unos días antes una hornada de prueba ¡qué ricas están! Nos gustaron mucho más de un día para otro, ya que al principio el sabor de la morcilla es bastante fuerte. Es un aperitivo ideal tanto para comerlo solo como para acompañarlo con un queso de untar o unos tomatitos, os aseguro que la combinación está de vicio. Y, lo mejor de todo, es que no tardas nada en prepararlas ¡estas caerán más de una vez!

        Muchas gracias Capitán Rábano por abrirnos las puertas de vuestra cocina, ha sido un placer pasearme por todas las recetas ¡y llevarme más de una para probar!

         Ingredientes (para aprox. 30 galletas)
        • 175 gr. de morcilla de cebolla
        • 125 gr. de harina
        • 50 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
        • 1 cucharada pequeña de sal
        • Sésamo para decorar
         Preparación

        Pon a precalentar el horno a 180ºC, calor arriba y abajo.

        Quítale toda la piel a la morcilla y añade la carne, la harina, la mantequilla a temperatura ambiente y la sal en un bol, si lo vas a mezclar a mano, o en la batidora.


        Mezcla todos los ingredientes hasta conseguir una masa homogénea.


        Estira la masa entre dos hojas de papel vegetal para cocinar con la ayuda de un rodillo hasta que te quede una lámina muy fina, de menos de 5 milímetros de grosor.


        Corta la masa en rectángulos o cuadrados. Os recomiendo que utilicéis un cortapizzas (si lo tenéis) y os olvidéis de los cortapastas o cuchillos, ya que la masa es muy fina y blanda y no se corta bien.


        Coloca una hoja de papel vegetal para cocinar sobre la bandeja del horno y, con la ayuda de una espátula, pon las galletas un poco separadas entre sí. Espolvorea un poco de sésamo por encima de cada una.


        Hornea las galletas entre 15 -20 minutos. Pasado este tiempo, déjalas sobre una rejilla para que se enfríen por completo ¡y listo!


        Muffins salados de jamón de york, queso y dátiles

        $
        0
        0
        Inauguramos mayo casi a mitad de mes ¡no tenemos perdón!

        Pero es que este año mayo ha venido acompañado de muy buen tiempo, un montón de cumpleaños, salidas con la familia, los amigos y... Vamos, que nos hemos liado... Tanto, que apenas hemos tocado la cocina desde la última receta que publicamos...

        Bueno, para el día a día sí que ha entrado mi cocinillas en la cocina pero, pese a que está muy rica, esa comida no nos queda tan glamourosa como para que aparezca en el blog. Sí, habéis leído bien, soy yo la que tiene un blog de cocina pero es él el que cocina todos los días, soy una chica lista jajajaja (no comentéis mucho este punto, no quiero que se me acabe el chollo :P).


        En fin, que viendo que se pasaban los días sin darme cuenta, tuve que ponerme firme a mi misma y decirme "¡De esta semana no pasa!". Pero últimamente la carga de trabajo ha aumentado y yo solita me he metido en otros tantos berenjenales durante mi tiempo libre... Así que mi hiperactividad (y parte de pereza) no me permitía estar mucho tiempo en la cocina. 

        "¿Qué hago?" El cocinillas votaba por algo dulce, pero a mi el cuerpo me pedía salado... Y pensando en dulce-salado no sé cómo lo hice, pero de repente me acordé de los muffins salados que preparé hace tiempo. ¡Ya tenía la solución! Decidí darle un día de vacaciones al cocinillas y le dije que esa noche hacía yo la cena y en una media hora ya la tenía lista.


        Vamos, que es una receta que nos apañar más de una cena ahora que llega el buen tiempo ;). La idea de estos muffins me la inspiró una empanada que preparó una amiga cuando fuimos a comer a su casa. Me encantó la combinación de sabores y estos muffins han acabado siendo igual de ricos. No son nada pesados y cuando te encuentras un trocito de dátil ¡sabe a gloria!

        Aún así os recomiendo que, si los preparáis para cenar o comer, los acompañéis de alguna ensalada o algo ligerito que os ayude a cambiar de sabor y no se os haga tan pesado.

         Ingredientes (para 6 - 8 unidades)
        • 140 gr. de harina
        • 1 huevo
        • 4 lonchas de jamón de york
        • 60 gr. de queso Emmental + un poquito más para rallar
        • 3 dátiles grandes
        • 1/2 cucharada sopera de levadura en polvo
        • 125 ml. de leche
        • 3 cucharadas soperas de aceite de girasol
        • 1/8 de cucharada pequeña de sal
         Preparación

        Pon a precalentar el horno a 200ºC, con calor arriba y abajo. Prepara las cápsulas o, si no vas a usarlas, engrasa los moldes con un poco de mantequilla o aceite para que no se peguen. 

        Trocea el queso, el jamón de york y los dátiles. El tamaño de los trozos será a tu gusto, pero procura no hacerlos muy grandes para que se repartan bien por la masa. Reserva.


        En un bol añade la harina, la sal y la levadura. Reserva. 

        En otro bol bate el huevo, añade la leche y el aceite y remueve. Haz un volcán en el centro del bol con la harina y vierte los ingredientes líquidos.


        Añade el queso, el jamón de york y los dátiles y remueve poco a poco y con movimientos envolventes con la ayuda de una cuchara de madera. Solo tienes que mezclar los ingredientes, así que procura no batir mucho la masa y no te preocupes si quedan grumos, en los muffins es normal.


        Reparte la masa entre los moldes o cápsulas y ralla un poco de queso por encima. 


        Mételos en el horno durante 15 - 20 minutos. Puedes dorarlos un poco más poniendo la opción de grill entre 1 - 2 minutos más.

        Pasado este tiempo, déjalos unos 5 minutos sobre la bandeja del horno y luego déjalos que se templen un poco sobre una rejilla. Fríos también están riquísimos :).


        Tarta de fresas - Strawberry shortcake

        $
        0
        0
        ¡Ya era hora de que apareciéramos con una receta dulce! ¿verdad?

        Pero es que, pese a que mayo lo tenemos llenito de cumpleaños (no hay semana en la que no haya alguno que celebrar) acabamos celebrándolos fuera de casa o nos pillan lejos... Y lo de enviar la tarta por correo no me convence mucho :P jajajaja. Además, con lo despistada que soy, seguro que siempre llegaría tarde... 

        En fin, ya sé que podría preparar los dulces y tartas para nosotros dos y que haríamos la mar de felices a nuestros michelines, pero prefiero alimentarlos con otras cosas (que ideas no me faltan) y meter la menor cantidad de azúcar a mi cuerpo, que luego me hago análisis y me pega algún que otro susto...


        Así que, cuando el fin de semana pasado mi suegra nos invitó a comer en su casa para celebrar su cumpleaños, no lo dudé ni un segundo y le dije que de nuevo iban a ser mis conejillos de indias por que ¡el postre lo llevaba yo! (pobres, que paciencia tienen jeje). 

        Hablando con el cocinillas me dijo que le apetecía que el pastel llevara alguna fruta, así que con esa idea me fui directa a uno de mis libros favoritos de tartas, "The Clandestine Cake Club - Cookbook", y elegí la que os traigo hoy por que me pareció original y tenía ganas de probar una masa diferente (por eso tampoco tiene muchas fotos, ¡no me dio tiempo!).


        El resultado fue una tarta con un sabor muy rico, pero un poco seca por que el bizcocho es del estilo de los scones ingleses. Bueno, mejor dicho, no debería decir del estilo por que realmente es un scone enorme jajaja. Y un poco soso, todo hay que decirlo...

        Aún así me gustó la idea y el resultado, además de que es una tarta muy rápida de preparar. Pero me pega más para disfrutarla durante una merienda con un rico té o café que para comerla de postre y celebrando un cumple, por que se hace un poco densa. Se me está ocurriendo que en versión individual tiene que ser una delicia... ¿Os animáis? ;) 

         Ingredientes para bizcocho (para un molde de 20 cm.)
        • 280 gr. de harina
        • 50 gr. de azúcar glass + un poco más para decorar
        • 1 cucharada pequeña de levadura
        • 85 gr. de mantequilla fría
        • 1 huevo
        • 100 ml. de leche
        • Extracto de vainilla
         Ingredientes para relleno
        • 400 gr. de fresas (aprox.)
        • 400 ml. de nata 
        • 1 sobre de espesante
        • 3 cucharadas soperas de azúcar glass
        • Extracto de vainilla
           Preparación

          Pon a precalentar el horno a 200ºC, calor arriba y abajo. Engrasa el molde con un poco de mantequilla o aceite y harina y reserva.

          Tamiza la harina, la levadura y el azúcar glass y mézclalo. Añade la mantequilla a dados y mezcla los ingredientes con los dedos, hasta conseguir una textura parecida a las migas de pan.


          Añade el huevo, la leche y el extracto de vainilla (al gusto) y mezcla todo a mano o con la ayuda de una batidora hasta conseguir una masa elástica y algo pegajosa.


          Ponla en el molde y estírala bien con los dedos o una cuchara para que se pegue bien a las paredes del molde (procura que te quede algo más lisa que a mi jajaja).


          Mételo en el horno unos 20 - 25 minutos o hasta que pinches el centro de la masa con un palillo y éste salga limpio. Coloca el molde sobre una rejilla, espolvorea azúcar glass por encima y deja que se temple. En cuanto puedas, desmóldalo y deja que el bizcocho se enfríe por completo sobre la rejilla.

          Mientras se hornea el bizcocho, podemos comenzar a preparar el relleno.

          Limpia las fresas y córtalas en trozos más o menos grandes, según te guste. Ponlas en un bol, añade una cucharada sopera de azúcar glass y remueve para que se reparta bien. Mételas en el frigorífico para que se maceren hasta que el bizcocho esté frío.


          Con la ayuda de una batidora vamos a preparar la crema chantilly. Monta la nata con unas gotas de extracto de vainilla y el azúcar glass a tu gusto (yo le añadí un par de cucharadas soperas). Puedes añadir el espesante para que aguante un poco más. Reserva en el frigorífico hasta que vayas a rellenar la tarta.

          Con la ayuda de un cuchillo de sierra, corta por la mitad el bizcocho. Cubre el bizcocho inferior con las fresas que tenías macerando en la nevera, incluido el zumo que puedan tener. Así ya tiene una pinta espectacular ¿verdad?


          Ya solo queda añadir por encima la nata montada cubriendo todas las fresas y, por último, la parte superior del bizcocho. Si quieres puedes añadir un poco más de azúcar glass por encima.

          Jambalaya - Reto #elasaltablogs

          $
          0
          0
          Hoy es el último domingo del mes, así que vengo a mostraros el robo perpetrado. Esta vez fue en casa de Anaïs y ¡me acompañó hasta el cocinillas!


          Pero he de confesaros que jugué con ventaja para convencer al cocinillas y más de un día merodeé por la cocina de Anaïs, Mi madre no cocina. No os estoy hablando de mi madre (aunque podría), si no que es el simpático nombre de su blog ¡qué alegría me dio encontrar a alguien con una madre parecida a la mía! jajaja. 

          En fin, que me voy por las ramas que no debo... La verdad es que me paseé varios días por su blog, elegía a hurtadillas alguna deliciosa receta para el fin de semana, pero me despistaba con algún plan y al final se me olvidaba... Y vuelta a empezar... Hasta que llegó el sábado, pillé al cocinillas, le planté delante las tres recetas que más me habían gustado durante mis incursiones y le dije "¿qué te apetece comer hoy?"     


          En cuanto nombré "jambalaya" a él se le iluminó la cara y a mi me temblaron las piernas... ¿Qué es eso? Un plato típico de la gastronomía cajún, con pimienta, cayena... ¡decidido, hoy comemos jambalaya! Así que, sabiendo que la había liado por que yo elegí esta receta más que nada por que me pareció exótica pero pensando que mi cocinillas se iba a apiadar de mi por la cantidad de picante que lleva, fuimos a comprar los ingredientes que faltaban. Y, por primera vez, dejé en sus manos la participación en el reto, que raro se me hizo...

          Por si tenéis curiosidad, el origen de este plato se sitúa en Nueva Orleans (Estados Unidos). Su nombre proviene del francés "jambon" (jamón) y "ya", que en varios lenguajes del África significa arroz. No existe una receta realmente "oficial", aunque se sabe que tiene influencias tanto españolas, por que se cree que es el intento de los españoles por crear una paella, cambiando el azafrán que no tenían por tomate, como francesas, por las especias traídas desde el caribe francés. Así que en la actualidad, la palabra jambalaya ha acabado describiendo a los guisos de arroz, con carne, salsa picante y lo que ellos llaman la santísima trinidad y que es la base de la comida cajún: cebolla, pimiento verde y apio.


          Después de probarlo, he de decir que tienes que ser muy valiente y que te guste el picante. Mejor dicho, tienes que ADORAR el picante. El plato está rico y yo, pese a que no me gusta mucho el picante, me comí un bol entero... pero también he de deciros que a partir de la segunda cucharada no notaba mucho los sabores jajaja. En cambio el cocinillas disfrutó de lo lindo, aunque acabó confesando que este plato picaba mucho. 

          Respecto a la receta de Anaïs, hemos hecho algunas variaciones cambiando el pollo por carne de cerdo y añadiendo chorizo, para intentar darle el toque ahumado de la original andouille, y piña, que rebuscando los orígenes de este plato vimos que en algunas recetas la incluían.

          Así que, si tenéis ganas de probar la cocina sureña pero no os gusta mucho el picante, podéis reducir la cantidad de especias cajún o solo añadirle un toque picante con la especia que más os guste. Pero os recomiendo que no os perdáis este plato, prepararlo es todo un placer ¡cómo huele!


          Muchas gracias Anaïs por habernos dejado entrar en tu cocina y traernos un pedacito de esta gastronomía, nos ha encantado descubrirla.

           Ingredientes (para 4 - 6 personas)
          • 400 gr. de carne de jamón fresco
          • 4 salchichas
          • 1 chorizo ahumado (estilo asturiano) 
          • 300 gr. de gambas congeladas (también podéis usar gambones o langostinos)
          • 1 cebolla
          • 1 pimiento verde
          • 2 tomates maduros
          • 2 ramas de apio
          • 2 rodajas de piña
          • 3 vasos pequeños de arroz de grano largo vaporizado
          • 6 vasos pequeños de caldo de pollo o agua
          • 3 cucharadas pequeñas de especias cajún
          • Aceite de oliva y sal
           Preparación

          Para obtener la mezcla de especias cajún seguimos las indicaciones de Anaïs y mezclamos esto (os sobrará, así que mejor hacer la mezcla en un bote para guardar lo que sobre):
          • 1/2 cucharada de ajo en polvo
          •  2 cucharadas de tomillo
          • 1 cucharada de orégano
          • 1 cucharada de cebolla en polvo
          • 1 cucharada y media de cayena
          • 2 cucharadas de pimienta negra
          • 2 cucharadas de pimienta blanca
          Pica la cebolla, el apio y el pimiento y trocea el tomate y la piña. Reserva.
          Sala y corta la carne de cerdo a tacos y las salchichas a trozos. En una cazuela a fuego medio-alto vierte un buen chorro de aceite y, cuando esté caliente, añádelas a la sartén.


          Corta el chorizo a rodajas y, cuando la carne empiece a estar dorada, añádelo a la cazuela. Remueve para que se mezcle bien y deja que se haga un poco el chorizo.


          Retira la carne de la sartén, baja un poco el fuego, añade la cebolla, el pimiento y el apio sobre el mismo aceite y salalas. Si hiciera falta puedes añadir un poco más.


          Deja que se pochen las verduras, removiendo de vez en cuando para que no se peguen y, cuando veas que la cebolla está blanda y transparente, añade de nuevo la carne que has retirado antes junto con el tomate y la piña.


          Añade las especias cajún, remueve bien para que se repartan y deja que se haga durante 10 minutos aproximadamente.


          Pasado este tiempo nuestro guiso irá cogiendo forma...


          Añadimos el arroz y el caldo de pollo (2 vasos de caldo por 1 de arroz) y dejamos cocer unos 15 minutos a fuego medio-lento para que se haga el arroz y reduzca un poco el caldo.


          Por último, añadimos las gambas y dejamos cocer otros 5 minutos más o hasta que el arroz esté en su punto. Corrige la sal si hiciera falta.


          Retiramos del fuego y dejamos reposar unos 5 minutos más antes de servir.


          Viewing all 185 articles
          Browse latest View live