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Channel: El Recetario de Lady Halcon
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Lubina al horno con patatas

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Tras la potente receta de la semana pasada, hoy venimos con un plato mucho más ligero, quizá demasiado si lo comparamos con el Jambalaya jaja.


Aunque parezca mentira, esto es una primicia ya que es la primera lubina que preparamos en casa. Cada vez que íbamos a la pescadería intentaba convencer al cocinillas para coger una por que, teniendo un blog de cocina, ¡es una receta casi obligatoria! Para mi es como parte del fondo de armario ¿no creéis? jajaja. Pero no le convencía, pensaba que el sabor no le iba a gustar, que iba a tener muchas espinas, que era muy lioso... Hasta que un día le pillé con la guardia baja y aceptó que nos lleváramos un par de lubinas para casa, aunque un poco a regañadientes.

Y el resultado, como veis, no pudo ser mejor. Quedó una lubina tierna y jugosa, las patatas en su punto... Vamos, fue una delicia y me dijo que no le importaría repetir jeje ¡menos mal!


Ya sé que a partir de ahora encender el horno nos va a apetecer cada vez menos, pero como es un plato que prácticamente se hace solo, tampoco importa mucho meterlo al horno y salir corriendo de la cocina (que fue lo que hicimos nosotros). No nos tenemos que preocupar de darle la vuelta, meter vino a mitad de la cocción ni nada por el estilo, solo controlar que no se nos pase y listo.

Aunque algunas recetas meten unos minutos antes las patatas para que se hagan un poco y luego ponen encima la lubina, nosotros optamos por bajar la temperatura de cocción y alargar el tiempo, así nos evitábamos estar pendientes del horno y aguantar el sofocón del calor.


Como veis, al cocinillas le costó aguantar la sesión de fotos... ;)

 Ingredientes (para 2 personas)
  • 2 lubinas de ración
  • 3 patatas grandes
  • 2 cebollas moradas
  • Un puñado de perejil
  • 1 cabeza de ajo + 5 ajos
  • Aceite de oliva
  • Sal y pimienta
 Preparación

Pon a precalentar el horno a 180ºC, calor arriba y abajo.

Lava bien las patatas, por que no les quitaremos la piel, y córtalas en rodajas de medio centímetro aproximadamente. Vierte un buen chorro de aceite para cubrir el fondo de la bandeja donde lo vayas a hornear y coloca las patatas encima. Salpiméntalas.


Pela y corta las cebollas en rodajas y añádelas sobre las patatas. Quita los dientes de la cabeza de ajos, pártelos por la mitad y distribúyelos por la bandeja.


En un mortero mezcla el perejil picado, 5 dientes de ajo restantes y una pizca de sal, y machácalo un poco.


Aunque es mejor y más fácil que el pescadero limpie las lubinas, como hicimos nosotros, si las tienes enteras tendrás que limpiar las vísceras, las aletas y las agallas. La cabeza también se la podéis quitar. Realiza unos cortes sobre el lomo para que se hagan mejor.


Colócalas en la bandeja sobre las patatas, añade por encima el ajo y perejil que habías mezclado antes en el mortero y un chorro de aceite.


Mete la bandeja en el horno durante 45 minutos - 1 hora hasta que el pescado esté hecho. El tiempo variará según te guste el pescado más o menos hecho.


Tarta de galletas oreo, queso crema al chocolate y naranja

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¡Buenas noches y felicidades a todos los Juanes y Juanas y en especial a mi padres! A los dos sip, que hoy es el santo de mi papi y su aniversario de bodas, casi ná jeje :).¡Al fin puedo traeros la receta de esta deliciosa tarta con un nombre que parece el resumen de todos los ingredientes que lleva! Pero es el único título que me ha salido a estas horas... jaja.


Entre que me lío yo sola con cualquier cosa (últimamente me pasa muy a menudo jaja), que el verano me pide que descanse de tanto ordenador y un cambio de operador de internet que me ha tenido un día sin conexión (ya, no empezamos bien...), parecía que no os iba a traer nunca esta receta. Ha sido de esas veces en las que piensas "mañana lo acabo en un ratito" y parece que ese mañana no llega nunca jaja.


La preparé el fin de semana pasado para celebrar el cumpleaños de mi suegro y fue un triunfo total. Pero claro, cuando mezclas chocolate y naranja es fácil conseguirlo ¿verdad? Al menos para mi sí. En cuanto escucho esa combinación sé seguro que va a estar rico ¡es que me encanta! 

Pero lo más importante es que a mis conejillos de indias, perdón, al cumpleañero y al resto de la familia también les gustó mucho y disfrutamos un montón comiéndola.


Al final me decanté por preparar un bizcocho de toda la vida, pero cambiando el yogur por leche y el aceite de oliva por aceite de girasol, lo que hizo que el bizcocho quedara igual de esponjoso pero con un sabor más suave para que resaltaran las galletas oreo ¡y lo conseguí!

Y la idea del relleno y la cobertura fue del cocinillas. A mi al principio no me convencía mucho mezclar queso crema y chocolate, pero cuando lo probé tuve que darle la razón... era la mezcla perfecta para ese bizcocho. Además, me encantó que no hiciera falta añadirle más azúcar por que el bizcocho ya había quedado bastante dulce ¡es una crema que utilizaré más veces!


Por cierto, descubrimos (con lo poquito que quedó) que de un día para otro está todavía más rica :). 

 Ingredientes para el bizcocho (aprox.10 - 12 raciones)
  • 3 huevos
  • 125 ml. de leche 
  • 125 ml. de aceite de girasol
  • 250 gr. de azúcar
  • 375 gr. de harina
  • 2 cucharadas pequeñas de levadura en polvo (o un sobre)
  • 80 gr. de galletas oreo minis
  • Ralladura de 1/2 naranja
 Ingredientes para el relleno y la cobertura
  • 400 gr. de queso de untar (estilo Philadephia)
  • 150 gr. de chocolate negro para repostería (52% de cacao)
  • 100 gr. de chocolate negro para repostería intenso (64% cacao)
  • 2 cucharadas soperas de nata
  • 6 gotas de extracto de vainilla
  • Ralladura de naranja para decorar
     Preparación

    Pon a precalentar el horno a 180ºC, calor arriba y abajo y engrasa el molde con un poco de mantequilla o aceite y harina. Yo utilicé un molde redondo de 20 cm.
    Trocea las galletas. Lava bien la naranja y ralla la mitad de la piel sin llegar a la zona blanca. Reserva.

    Poco a poco ves añadiendo y mezclando los ingredientes del bizcocho hasta conseguir una masa homogénea. El orden no importa mucho, pero yo suelo comenzar batiendo los huevos, luego añado el azúcar y a partir de ahí voy combinando ingredientes líquidos y sólidospara que sea más fácil mezclarlos, sobre todo si es a mano. 

    Una vez que la masa sea homogénea, añade la ralladura de la naranja y las galletas troceadas y remueve poco a poco para que se mezclen bien.


    Pon la masa en el molde y mételo en el horno entre 45 min y 1 hora, o hasta que el bizcocho esté dorado y, si lo pinchas con un palillo, éste salga limpio.

    Deja el molde sobre una rejilla hasta que se temple. Cuando puedas tocarlo sin quemarte desmolda el bizcocho y colócalo sobre la rejilla para que se enfríe por completo.

    Para preparar el relleno y la cobertura solo tienes que derretir los chocolates en el microondas y mezclarlos con el queso de untar y el extracto de vainilla. La nata la utilicé para la parte de la cobertura, ya que la vi un poco seca, pero es opcional.

    Una vez que el bizcocho está frío, lo cortamos por la mitad.


    Cubre la superficie del bizcocho inferior con el relleno.


    Tápalo con el otro bizcocho, apretando un poco con los dedos para que se unan bien.

    Ya solo nos queda cubrir la tarta con el resto de la crema y, si quieres, rallar un poco más de naranja para adornar.

    Pastel salado de verduras, bacon y chistorra - Reto #elasaltablogs

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    ¡Buenos días! Hoy es el último domingo de junio, así que toca una entrada algo más madrugadora de lo habitual para mostraros el resultado taaaan rico de nuestro último asalto.

    Además, es una entrada muy especial por que con esta llegamos a la número 300. Madre del amor hermoso, jamás pensé que iba a tener tantas recetas y cosas que contar jejeje ¡y lo que nos queda! ;).
    Pero volvamos a nuestro tema principal... Este mes la víctima ha sido Aranzazu, del blog El baúl de las delicias, un nombre muy acertado por que ¡menudas delicias guarda!


    Nos recorrimos unas cuantas veces su cocina hasta decidirnos por esta receta, por que tiene un montón de platos diferentes y con una pinta de estar muy ricos. Menos mal que ya no estaba muy concurrida por que, una vez más, lo dejamos para el último día... 

    Me levanté el sábado por la mañana tan tranquila, desayuné y viendo un programa de cocina me vino a la cabeza que todavía no había elegido la receta de este mes.... De repente, me dio un vuelco el corazón cuando a mi misma me pregunté "¿Mañana qué día es?" y vi en el móvil que era el último domingo de junio... O_O ¡nunca aprenderé! 


    Como con estos calores yo no soy persona, volví a coger al cocinillas por banda y le pedí que me ayudara con el plato que íbamos a comer ayer. Y, como ya os he comentado antes, tras dar un montón de vueltas, seleccionar unas cuantas e ir descartando otras tantas, nos quedamos con este pastel de verduras, bacon y chistorra y salimos corriendo a comprar lo que nos hacía falta.

    Prácticamente hemos mantenido los mismos ingredientes que la receta original, y solo hemos añadido la mozzarela en lugar del queso de cabra que proponía Aranzazu, que seguro que también está riquísimo y lo probaremos la próxima vez.


    Pese a que estábamos a casi 40ºC (y no tenemos aire acondicionado en casa) elegimos esta receta con horno por que nos pareció sencilla, rápida y con una combinación de sabores muy buena ¡y menudo acierto fue! 

    Además, creíamos que iba a ser más pesada por el tema de la chistorra y el bacon, pero fue todo lo contrario, el sabor es muy suave con la mezcla de las otras verduras y con tanto queso ¡es que entra sola!


    Muchísimas gracias Aranzazu por abrirnos las puertas de tu cocina, ha sido todo un placer asaltarte ;)

     Ingredientes (para 4 - 6 personas)
    • 200 gr. de chistorra
    • 200 gr. de bacon
    • 200 gr. de mezcla de 5 quesos para gratinar
    • 4 huevos medianos
    • 200 ml. de nata espesa para cocinar
    • 250 gr. de champiñones cortados a tacos
    • 1 calabacín grande
    • 1 cebolla
    • 250 gr. de mozzarella fresca (2 bolas)
    • Sal y pimienta 
    • Orégano
    • Nuez moscada
    • Aceite de oliva
     Preparación

    Corta la chistorra, el bacon y las verduras a tacos grandes, de esta forma conseguirás que no se deshagan durante la cocción ni se mezclen tanto los sabores. 

    Pon a precalentar el horno a 220ºC, calor arriba y abajo.

    En una sartén vierte un chorro de aceite y, cuando esté caliente, añade la chistorra y el bacon.


    Cuando estén hechos, retíralos de la sartén y reserva en un plato. Quita un poco de aceite de la sartén si ves que te hay en exceso y añade la cebolla.


    Cuando la cebolla comience a estar blanda y transparente, añade el calabacín, salpimienta y remueve de vez en cuando para que no se pegue.


    Espera a que el calabacín coja color y esté blando para añadir los champiñones. Remueve y deja que se hagan unos minutos.


    Añade de nuevo el bacon y la chistorra, remueve para que se mezclen y retira la sartén del fuego.

    Para el resto de la masa, bate en un bol los huevos, añade un poco de pimienta, sal y nuez moscada y remueve.


    Añade la nata y la mezcla de quesos y vuelve a remover para que se mezcle todo bien. Reserva.


    En una bandeja para el horno añade las verduras, la chistorra y el bacon y repártelo cubriendo todo el fondo.


    Vierte por encima la masa de huevos, queso y nata procurando que cubra todo. Da unos pequeños golpes para que se cuele bien por todos los rincones.


    Ya solo queda cortar la mozzarela en rodajas y cubrir con ella la superficie de toda la bandeja. Si quieres puedes añadir un poco de orégano y un chorro de aceite de oliva.


    Mételo en el horno 30 minutos aproximadamente o hasta que el queso esté dorado y la masa bien cuajada. Si quieres darle un poco más de color, pasado este tiempo puedes poner un poco el grill. 


    Tarta de fondant del pollo Pepe y la pequeña oruga glotona

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    Hoy me asomo con otra rica tarta, esta vez para celebrar el segundo cumpleaños de la hija de unos amigos, Laia.


    ¡Qué rápido pasa el tiempo! Si parece que fue ayer cuando su mamá me propuso para su primer cumpleaños la tarta de MIC¡lo que me costó el muñequito! Y pese al esfuerzo me quedó un MIC... digamos que fofisano, como se lleva de moda ahora jajaja. En fin, al menos a la peque le encantó.


    Y este año volví a caer en la trampa y le pregunté qué personajes le gustaban a Laia... Y su respuesta fue: el pollo Pepe, la pequeña oruga glotona y las mariposas. Menos mal que me lo dijo por whatsapp, por que habría flipado con mi cara de ¿eso que es? ¿y como meto yo todo eso en una tarta? jajaja. Es lo que tiene no tener peques en casa, que todo te suena a chino.


    Así que de nuevo me puse a investigar quienes eran estos dos personajes ¡y resulta que son súper famosos entre los pequeños! Menos mal que encontré un montón de dibujos que me sirvieron de inspiración y el resto ya fue fruto de una divertida tarde con el fondant ¡me lo pasé mejor que un niño pequeño con la plastilina! jajaja. El pollo Pepe, como no, también me salió fofisano... Pero lo mejor de todo es que Laia los reconoció y le encantó su tarta de cumpleaños. Así que ¡misión cumplida!


    El bizcocho quedó muy jugoso y suave. Quise hacerlo un poquito diferente del tradicional y le añadí mermelada de moras ¡qué delicia! Y como no quería que quedara muy dulce, rebajé la cantidad de azúcar para compensar el dulzor del fondant. Así que si queréis preparar esta tarta sin la decoración, os recomendaría que añadieseis un poco más de azúcar y, como siempre, la mermelada que más os guste.

     Ingredientes para el bizcocho (molde de 20 cm.)
    • 3 huevos medianos
    • 100 gr. de azúcar
    • 1 yogur 
    • 125 ml. de aceite de girasol
    • 375 gr. de harina
    • 10 gr. de levadura en polvo (o 1 sobre Royal)
    • 125 gr. de mermelada de moras de zarza

     Ingredientes para el relleno y la cobertura
    • 400 gr. de queso de untar (estilo Philadephia)
    • 150 gr. de chocolate negro para repostería (52% de cacao)
    • 100 gr. de chocolate negro para repostería intenso (64% cacao)
    • 2 cucharadas soperas de leche
    • 6 gotas de extracto de vainilla 
    • Fondant
       Preparación

      Pon a precalentar el horno a 180ºC, calor arriba y abajo y engrasa el molde con un poco de mantequilla o aceite y harina. Yo utilicé un molde redondo de 20 cm.
       
      Poco a poco añade y mezcla los ingredientes del bizcocho hasta conseguir una masa homogénea. El orden no importa ya que es un bizcocho sencillo. Yo suelo comenzar batiendo los huevos con el azúcar y luego voy combinando ingredientes líquidos y sólidos para que sea más fácil mezclarlos, dejando para el final la levadura y la mermelada. Verás que el color de esta masa es un poco raro, pero que no te engañe, está muy rico jeje.
       
       
      Pon la masa en el molde y mételo en el horno entre 45 min y 1 hora, o hasta que el bizcocho esté dorado y, si lo pinchas con un palillo, éste salga limpio.
       
      Deja el molde sobre una rejilla hasta que se temple. Cuando puedas tocarlo sin quemarte desmolda el bizcocho y colócalo sobre la rejilla para que se enfríe por completo. 
        
      Para preparar el relleno y la cobertura derrite los chocolates en el microondas y mézclalos con el queso de untar (si puede ser no muy frío) y el extracto de vainilla. Si quieres que el chocolate de la cobertura quede un poco más cremoso, añádele las cucharadas de leche.
      Una vez que el bizcocho está frío lo cortamos por la mitad, cubrimos la superficie del bizcocho inferior con la mitad del relleno y ponemos encima la otra mitad del bizcocho, presionando con los dedos de forma suave para que se asiente bien.
       
       
      Cubrimos el bizcocho con el resto de relleno hasta que todos los bordes queden rectos. 
       
      Podemos comerla tal cual, que también está riquísima, o decorarla con fondant, según la ocasión ;).
       
       

      Ensalada campera y Smoothie de nectarina y naranja

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      Hoy os traigo una receta de las que llamo salvavidas, por que es un plato que nos puede salvar alguna comida o cena cuando viene el calorazo y no queremos ni mirar la cocina.


      Vale, hay que cocer un par de cosillas, pero es un detalle menor, por que no hace falta que estemos muy pendientes de ellas. Basta con poner las cazuelas, programar el temporizador y salir corriendo de la cocina, con él en la mano, claro... Por que si nos lo dejamos en la cocina (que soy una experta en hacerlo) no adelantamos mucho...

      El resto es lavar las verduras con agua bien fresquita, que eso ahora da mucho gusto, y trocear cuatro cosillas. Así que además de rápida es muy nutritiva, ya que al no cocinar parte de los ingredientes conservamos todos sus nutrientes. Sobre todo si son productos de calidad, que esta ensalada la preparamos con las verduras de nuestro grupo de consumo ecológico y fue una delicia, con un sabor espectacular. Lástima que han tenido una plaga de topillos y no nos van a poder servir en un tiempo ¡les vamos a echar de menos! :(.


      ¿Ya te he convencido para que este verano te prepares un montón de veces esta ensalada campera? ¿No? Pues se me ocurren más cosas... Es un plato único, con lo que te evitas estar más tiempo en la cocina, es ideal para llevarla en la fiambrera al trabajo o cualquier excursión que tengas por que lo tienes ya todo cortadito, y no lleva salsas "peligrosas" con el calor... Y, como todas las ensaladas, la puedes adaptar a tus gustos cambiando una verdura por otra. Eso sí, la patata tiene que ser la base, si no ya nos vamos a otro tipo de ensaladas.

      Nosotros, además, acompañamos esta ensalada campera con un zumo o smoothie (como se dice ahora) de nectarina y naranja súper fresquito, que os dejo también los ingredientes por si os apetece, y unas cerezas de postre. Vamos ¡conseguimos un menú de lo más veraniego! :).


      Perdonadme por no tener fotos del paso a paso, pero este calor me fríe el cerebro y no caí en hacerlas... pero es muy facilita, no "sus preocupéis" ;).

       Ingredientes (para dos personas)
      • 2 patatas grandes
      • 1/2 pimiento verde
      • 1 tomate grande
      • 1/2 cebolla
      • Un puñado de aceitunas negras
      • 2 huevos 
      • Bonito del norte en aceite de oliva
      • Aceite de oliva virgen extra
      • Sal y pimienta
       Preparación

      Lava bien las patatas y cuécelas en una olla con abundante agua y un poco de sal. Estarán listas cuando las pinches con un palillo y la patata no se quede enganchada a él. Retíralas del fuego, escurre el agua y deja que se templen.

      Mientras se cuecen las patatas también podemos preparar los huevos duros en otra cazuela con abundante agua y una pizca de sal. La sal la añadimos para que nos ayude a quitar la cáscara con más facilidad. Una vez que hayan cocido unos 10 minutos aproximádamente, retíralos del fuego. Si los pones bajo el grifo con abundante agua fría y les das unos golpecitos, verás como la cáscara sale casi sola :).

      Ya solo nos queda lavar bien el pimiento verde y el tomate, pelar la cebolla y las patatas cocidas y trocearlo todo, más o menos grande según te guste. 

      Colócalo en una fuente o plato donde lo vayas a servir, añade el bonito bien escurrido, las aceitunas negras, un chorrito de aceite de oliva virgen extra y salpimienta. Remueve para que todo se mezcle bien y, por último, añade el huevo duro troceado.


      Y como es una receta tan facilita, os dejo también los ingredientes del zumo de nectarina y naranja. Es un zumo que está riquísimo además de que refresca un montón y aporta muchos nutrientes y vitaminas. Y lo mejor de todo, como ahora es la época de las nectarinas y están en su punto justo, lo más seguro es que no necesites añadir azúcar al zumo ¡más sano y natural no puede ser!


        Ingredientes para el smoothie (1,5 litros de zumo aprox.)
      • 3 naranjas
      • 3 nectarinas
      • 1 vaso grande de agua
      • Cubitos de hielo al gusto
      Y para hacerlo tenemos que sacar el jugo de tres naranjas, lavar bien las nectarinas, quitarles el hueso central y cortarlas en trozos. Añádelo en una batidora de vaso (o licuadora) junto con el agua. Si lo quieres todavía más fresquito, añade los cubitos de hielo y pícalos en la batidora hasta que se deshagan.    

      Cinnamon Rolls o Rollos de Canela - Reto #elasaltablogs

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      ¡Buenos días! Hoy venimos a traeros la última receta de la temporada del reto El Asalta Blogs¡qué rápido ha pasado!


      Y como no podía ser de otra manera, teníamos que terminar a lo grande. Nuestro objetivo era robarle una deliciosa receta a la maestra de todos los asaltadores, la que ha sabido robar con más maestría y quedar en primer lugar... "casi ná"¿verdad? Cuando lo vi hasta me temblaron las piernecillas de las medidas de seguridad que nos podríamos encontrar... Que fueron muchas, no voy a negároslo, pero como veis conseguimos superarlas todas.


      Por que pese a ser la más fuerte, yo creo que Elvira dejó algún que otro huequillo para que nos coláramos en su cocina, Así se come en Granada. Si no no entiendo cómo pude llevarme esta rica receta con todo el descaro. Bueno, esta y unas cuantas más, por que tiene un montón de recetas y todas ellas riquísimas ¡no os las podéis perder!


      Así que después de dar unas cuantas vueltas y cotillear algún que otro armario dimos con estos rollos de canela. ¡No nos lo podíamos creer! Era una de nuestras recetas pendientes que siempre, por una cosa o por otra, acabábamos por dejarla para más adelante... ¡y ya no teníamos excusa! Además, este fin de semana por aquí ha "refrescado" algún grado, así que encender el horno no parecía un suplicio tan grande como en otros días más calurosos... (ejem... esto es parte de nuestro autoconvencimiento...)


      En fin, que estos rollos de canela nos han gustado aún más de lo que nos habíamos imaginado. Su aroma mientras lo preparas y horneas es espectacular y su sabor especiado... ¡uff, te transporta al séptimo cielo! Eso sí, es un poquito denso, no sabemos si por que me pasé un poco con la cocción o por la masa que elegí, que modifiqué un poco la receta de Elvira y seguí las indicaciones de mi Jamie y sus Swedish Sexy Bun (con ese nombre cualquier le dice que no... jeje).

      Elvira, ha sido todo un placer robarte y descubrir deliciosas recetas ¡enhorabuena por ser la ganadora!

       Ingredientes
      • 2 huevos medianos 
      • 1 pizca de sal
      • 200 gr. de azúcar blanca
      • 50 gr. de mantequilla sin sal + un poco más para hornear
      • 820 gr. de harina (aprox.) + un poco más para espolvorear
      • 375 ml. de leche
      • 7 gr. de levadura fresca 
      • 20 semillas de cardamomo o 1 cucharada pequeña de cardamomo molido
      • 1 cucharada de azúcar moreno
       Ingredientes
      • 200 gr. de azúcar moreno
      • 4 cucharadas soperas de canela en polvo
      • 20 gr. de mantequilla
      • 1 huevo
         Preparación

        Calienta un poco la leche, añade la levadura fresca desmigada y remueve para que acabe de deshacerse. Reserva.

        Si tienes las semillas de cardamomo, muélelas en un mortero y reserva.

        Bate bien los dos huevos con una pizca de sal.  Añade el cardamomo molido y el azúcar blanco y bate para que se mezcle todo bien.

        Derrite 50 gr. de mantequilla sin sal en el microondas (con 30 seg. será suficiente), añádela a la masa y mezcla.

        Continúa añadiendo la leche con la levadura, remueve y añade la harina poco a poco. No eches toda la cantidad de golpe ya que según vaya la masa admitirá más o menos cantidad de harina. Una vez amasada, tienes que conseguir una masa uniforme, con un toque pegajoso, pero que no se quede enganchada en los dedos.

        Tapa el bol con un trapo y déjala reposar 1 hora aproximádamente, hasta que doble su tamaño. Pasado este tiempo, enharina la superficie donde vayas a trabajar y estira la masa con la ayuda de un rodillo hasta conseguir un rectángulo.

        Para el relleno, derrite 20 gr. de mantequilla en el microondas y, con la ayuda de un pincel, cubre toda la superficie de la masa.


        En un bol mezcla el azúcar moreno con la canela y espárcelo por toda la superficie, apretando un poco para que se pegue bien a la masa y el relleno no se caiga.


        Ya solo nos queda hacer un rollo con la masa....


        Y cortarlo en rodajas más o menos anchas según lo grandes que los quieras. Yo las hice de unos 3 - 4 cm.


        Si quieres que la parte de abajo también tenga un toque tostado, sobre el papel vegetal para hornear coloca unas pizcas de mantequilla y un poco de azúcar moreno. Coloca los rollitos encima y deja que reposen tapados unos 30 minutos, verás como aumentan su tamaño.

        Pon a precalentar el horno a 180 ºC, calor arriba y abajo. Si quieres, puedes pintarlos con un huevo batido o un poco de leche para que se doren más fácilmente.


        Hornea los rollitos durante 30 minutos aproximádamente, hasta que la superficie esté bien dorada.

        Deja reposar para que se enfríen, si puedes... ¡y a disfrutar!

        Paté de berenjena o Baba ganoush

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        ¡Hola a todos, ya estamos de vuelta! Como me he liado con agosto... Mi idea era cogerme unos días de descanso blogueril, que siempre vienen bien, pero se me fue de las manos ¡y al final se ha convertido en un mes!


        Lo peor de todo es que no vuelvo con las pilas cargadas por que todavía no nos hemos ido de vacaciones (aunque ya nos queda muuuuuy poquito jejeje), pero es verdad que estos días de desconexión mentalmente me sientan fenomenal y hacen que vuelva con más ganas, como si fuera una vuelta al cole ;). Sí, yo era de las que le molaba volver al cole para ver a los amigos y estrenar estuche nuevo jajaja.

        Y que mejor manera de volver que con una receta sana, rica y rápida, de las que te pueden salvar más de una cena cuando no te apetece liarte mucho en la cocina. Bueno, siempre que todo te salga bien...


        Porque creo que parte de mi desconexión fue causada por esta receta... Sí, este sencillo paté de berenjenas hizo que mi mente y mi cuerpo me pidieran unas vacaciones por que su preparación no pudo estar más accidentada...

        Comencé quemándome un dedo y encima de la forma más tonta. Fui a sacar la bandeja del horno y no sé cómo coloqué los paños pero acabé apoyando un dedo directamente sobre el asa de la bandeja ¡casi me cargo la comida! Menos mal que la encimera no está lejos del horno jajaja. Así que tras maldecir y gritar unos minutos me tocó dejar al cocinillas con todo y correr a la farmacia en busca de alguna crema para las quemaduras por que eso no dejaba de dolerme...

        No era grave, y me lo corroboró la cara de la farmacéutica cuando me presenté con mi cara de pena, le enseñé el dedo y me dijo que con la crema en un par de días estaría bien, pero es que escocia taaaaanto... Soy un poco quejica, lo sé, pero por suerte casi nunca me he quemado cocinando y no estoy acostumbrada... ays :(.


        Con crema puesta y dedo vendado, seguimos preparando la receta... Colocamos todo en el vaso de la picadora, hago la foto y cuando nos ponemos a triturar, nuestra picadora decide que ya no quiere trabajar más... Casi lloro ¡yo solo quiero comer un poco de paté de berenjenas! ¿Y ahora qué?

        Pues a cambiar de bote y buscar otra manera de triturarlo. Casi me pongo a rezar a San Judas Tadeo por que esto se estaba convirtiendo en una causa imposible. Menos mal que con la batidora de brazo también quedó un paté fenomenal. Palabrita. Y si no os lo creéis mirar el resultado:


        Así que si obviáis estos pasos (os lo recomiendo), os aseguro que no se tarda nada en prepararlo y está riquísimo. Además, puede ser un buen aperitivo si tienes invitados a casa por que lo puedes preparar con antelación y dejarlo en la nevera. El nuestro tiene un sabor bastante suave pero si lo quieres más fuerte puedes cambiar el pimentón dulce por el picante o añadir más ajo.



         Ingredientes
        • 2 berenjenas medianas
        • 3 cucharadas de Tahini (o sésamo para prepararlo)
        • 1 cucharada pequeña de comino en polvo
        • 1 diente de ajo
        • Zumo de 1/2 lima
        • Aceite de oliva
        • Agua 
        • Pimentón de la Vera dulce
        • Sal
         Preparación

        Pon a precalentar el horno a 190ºC, calor arriba y abajo.

        Lava bien las berenjenas, córtalas por la mitad a lo largo y colócalas sobre una bandeja para el horno con un chorro de aceite en el fondo. Haz unos cortes en forma de rejilla en la pulpa de la berenjena para que se ase mejor. Añade sal y un chorro de aceite sobre cada una.


        Mételas en el horno unos 45 minutos o hasta que veas que las berenjenas están muy tiernas y la pulpa tiene un color oscuro. Deja que se templen.

        Mientras se asan las berenjenas podemos continuar preparando la salsa Tahini. Nosotros seguimos las indicaciones de Javi Recetas, que lo explica fenomenal, pero os dejo los 4 pasos básicos a continuación.

        Para tostar el sésamo, colócalo en una sartén amplia y dóralo a fuego medio-alto durante 5 minutos aproximadamente.


        Deja que se enfríe, añádelo al vaso de la picadora eléctrica junto con una pizca de sal y un par de cucharadas de agua o aceite y pícalo hasta conseguir una pasta. Mientras lo vas picando puedes añadir más cucharadas de agua o aceite hasta conseguir la consistencia que más te guste. Reserva.

        Una vez que se hayan templado las berenjenas separa la piel de la pulpa con la ayuda de una cuchara.


        Añade la pulpa de la berenjena en el vaso de la picadora junto con un diente de ajo, una cucharada pequeña de comino en polvo, el zumo de media lima o limón y tres cucharadas de salsa Tahini.


        Tritura todo hasta conseguir la textura de un puré espeso y homogéneo. Mételo en el frigorífico para que se enfríe hasta que lo vayas a consumir.

        Antes de servir añade por encima  un poco de pimentón y un buen chorro de aceite de oliva virgen extra y acompáñalo con cualquier tipo de pan, pita, bastoncillos, nachos, etc. que más te guste.

        Crema de brócoli - Reto #elasaltablogs

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        Ahora ya sí que sí ¡estamos de vuelta! No quería haber desaparecido tanto tiempo, pero esta vez me pilló el toro y no pude preparar nada antes de irnos de vacaciones a Estados Unidos... (en Instagram podréis cotillearlas un poquito).


        Así que, pese al jet lag que todavía me tiene loca y no deja que me duerma hasta las cuatro de la mañana, hemos querido hacer nuestra entrada triunfal de septiembre con una nueva receta robada. ¡Sí, el temido Asalta Blogs ha vuelto! jejejeje.

        ¿Y quién ha sido nuestra víctima esta vez? Pues Bea, del blog Bea, recetas y más, una delicia tanto para el gusto como para la vista, por que tiene unas recetas ríquisimas acompañadas de unas fotazas chulísimas. Al menos yo me he quedado embobada mirando unas cuantas...


        Y pese a la cantidad de recetas que tiene en el blog esta vez no tardé mucho en decidirme por que en mi mente solo había una idea: quiero algo con verduras. Por una vez lo tenía así de claro jajaja. Y es que, al menos yo, he vuelto tan harta de carne, patatas, pasta y pizza que necesito una especie de "desintoxicación" y solo me apetece verde...

        Así que en cuanto vi esta crema de brócoli no lo dudé ni un segundo y me la llevé corriendo. Y estoy segura de que Bea ni se dio cuenta, que con el lío de las vacaciones casi se me pasa y acabé eligiéndola y preparándola anoche... Cada vez apuramos más y algún mes la vamos a liar jajaja.


        La receta la hemos mantenido más o menos tal cual, solo hemos eliminado la leche de soja por que con el propio caldo de la cocción conseguimos la textura que nos gustaba. Es todo un acierto el toque de pimentón, le da un sabor ahumado que hace que cada cucharada te sepa a poco. Ahora que se acerca el frío ¡la repetiremos fijo!

        Bea, ¡ha sido todo un placer pasear por tu blog y robarte esta rica receta! ;)


         Ingredientes
        • 1 kg. de brócoli
        • 1 cebolla mediana
        • 1 puerro grande
        • 2 zanahorias
        • Sal y pimienta blanca molida
        • Pimentón picante de La Vera 
        • 1 pastilla de caldo
        • Agua
        • Aceite de oliva
         Preparación

        Lava bien todas las verduras y córtalas en trozos medianos.

        En una olla a fuego medio-alto vierte un buen chorro de aceite y, cuando esté caliente, añade la cebolla, el puerro y una pizca de sal. Remueve de vez en cuando para que no se pegue.


        Cuando la cebolla comience a estar transparente añade la zanahoria y el tronco del brócoli. Remueve de vez en cuando.


        Rehógalo durante 5 minutos aproximadamente y añade el brócoli. Salpimienta y añade una pizca de pimentón picante (o dulce) de La Vera, a tu gusto. Remueve.


        Rehógalo otros cinco minutos, cubre todo con agua y disuelve una pastilla de caldo. También puedes usar caldo si ya tienes hecho.


        Tapa la olla y deja que cueza a fuego fuerte unos 10 - 15 minutos, hasta que el brócoli esté tierno.


        Una vez que esté todo cocido, ya solo nos queda triturar las verduras con la ayuda de una batidora de vaso o de brazo. Pero antes de triturarlo todo te recomiendo que quites el caldo y lo vayas añadiendo poco a poco hasta que consigas la textura que más te guste. Y lo que te sobre de caldo ¡no lo tires! puedes preparar una rica sopa con él :).


        Rectifica de sal o pimienta si hiciera falta y ya podemos servir. Puedes acompañarlo con un poco de brócoli crudo rallado, virutas de jamón, picatostes, etc.


        Para realizar esta receta hemos utilizado la cacerola de 24 cm. de la batería Opera de Vitrinor-Magefesa, que está fabricada en acero esmaltado vitrificado. Por el momento nos ha ido fenomenal, ya os iremos contando :).


        Calamares encebollados con salsa verde

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        Últimamente aparecemos cada 15 días, pero os prometo que la culpa no es nuestra. Bueno, vale, quizá un poco sí jajaja.


        El principal motivo es que hemos tenido un verano y una vuelta de vacaciones bastante moviditos, sobre todo en el trabajo... Han sido muchas horas trabajando casi sin descansar y además, en mi caso, aterricé en el trabajo después de las vacaciones sin jefa por culpa de unos recortes. Recortes en un departamento en el que éramos dos... Os podéis imaginar la locura que puede ser eso ¿no? ¡Yo todavía estoy recuperándome de la impresión!


        Así que entre semana hemos estado cocinando más bien poco y cuando llegaba el fin de semana solo nos apetecía estar tirados en el sofá, a no ser que tuviéramos algún plan que nos levantara de él... Y eso también implicaba no cocinar por que ya nos encargábamos de que fueran fuera de casa jejeje. De ahí que hayamos desaparecido algunas semanas... ¿Veis como toda la culpa no es nuestra? :P


        Y en un día que nos apetecía disfrutar un poco de comida casera, surgió este plato. Cuando fuimos al súper a por las anillas de calamar (bueno, en nuestro caso fueron de pota) iba a ser un simple plato de calamares encebollados... Pero a estas alturas ya conocéis al cocinillas, se lió la manta a la cabeza y se atrevió a mezclar dos platos en uno: los calamares encebollados y los calamares con salsa verde. Yo, en mi papel de pinche, acaté órdenes con mi característica cara de flipi y pensando qué más había en la nevera... por si las moscas...


        Pero el resultado fue un plato muy rico, rápido y con ese toque casero que tanto nos apetecía. Y la salsa... uff, qué delicia, casi cayó una barra de pan, no os digo más... 

        Con la llegada del otoño esperamos que se calmen más las cosas y aparecer todas las semanas ¡que si no os echamos de menos! Ays, ya se nos olvidaba, ¡felicidades a todas las Pilares! :)

         Ingredientes (para 2 personas)
        • 500 gr. de anillas de calamar
        • 250 gr. de chirlas
        • 2 cebollas
        • 1 ajo
        • Perejil fresco
        • 1 cucharada sopera de harina
        • 1/2 pastilla de caldo de pescado
        • 1 vaso pequeño de vino blanco
        • Sal y pimienta
        • Aceite de oliva
         Preparación

        Corta en juliana las cebollas y el ajo.

        En una sartén a fuego medio-alto vierte un buen chorro de aceite y, cuando esté caliente, añade las cebollas y el ajo.


        Cuando la cebolla esté transparente y comience a tener un toque dorado, baja el fuego a medio y añade una cucharada sopera de harina. No pares de remover para que no se queme...


        Y continúa añadiendo un vaso pequeño de vino blanco. Remueve y deja que cueza un par de minutos.


        Mientras picamos un poco el perejil y lo añadimos a la sartén.


        Seguimos añadiendo las chirlas bien lavadas y la pastilla de caldo disuelta en un vaso de agua caliente. Dejamos que cueza 2 - 3 minutos.


        Y ya es el momento de añadir las anillas de calamar o pota. En unos 3 minutos comenzarán a cambiar de color y textura. No te recomendamos que los cuezas más de 5 minutos ya que el calamar podría ponerse duro. Rectifica de sal y déjalo reposar unos 5 minutos más antes de servir. 


        Olían tan bien que solo me dio tiempo a hacer una foto rápida a la sartén de la batería Champagne de Vitrinor-Magefesa con la que preparamos esta receta mientras el cocinillas servía los platos jeje.


        Pizza casera vegetariana con espárragos

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        ¡Cómo se nota que ya estamos en pleno otoño! Hemos empezado a tener días nublados, otros con lluvia, otros con viento, algún que otro día algo más caluroso y vuelta a empezar...


        Pero yo estoy feliz, por que me encanta el otoño. Me encanta la lluvia, las alfombras de hojas, la primera vez que siento el olor de las castañas recién hechas mientras voy por la calle y saber que dentro de poco volverán los abrigos, las bufandas, los jerseys ¡y el frío! me vuelve loca... Supongo que será por que nací en pleno invierno, por que la verdad es que conozco a poca gente a la que le guste estas dos estaciones, más bien se las pasan gruñendo...


        Pero sobre todo me gusta el otoño cuando llega ese momento en el que me siento en el sofá, después de cenar, dispuesta a desconectar viendo alguna serie, me tapo con la mantita y mis dos gatos aparecen como por arte de magia encima del sofá (y de mi) para que les dé su sesión diaria de mimos... Vale que a veces me siento un poco esclavizada por que no me dejan parar ni un segundo, que en cuanto les quito la mano de encima se giran para mirarme con los ojos entrecerrados y sueltan algún maullido que a mi me suena a "¿pero qué haces? ¡sigue!". Aún así, me mola :).


        Y encender el horno sin dudarlo ni un segundo ¡es toda una delicia! Más de tres meses esperando a que llegara ese momento en el que te preguntas ¿qué hago para comer? y sin que te entren los siete males ni sudores fríos solo por pensar en encender el horno dices ¡una pizza! Y te pones a preparar la masa con una sonrisa de oreja a oreja, por que en otoño da gustito encender el horno y notar el calorcillo mientras preparas las cosas ¿verdad?


        Y así es como este año hemos abierto la veda del horno, por que la del otoño ya la abrimos la semana pasada con un rico cocido jaja. Esta vez decidimos ser un poco más buenos y nos decantamos, bueno, mejor dicho me decanté (por que el cocinillas quería echarle pavo...), por una pizza vegetariana de masa fina ¡y qué gran acierto! Casi sin pensar en los ingredientes hemos conseguido una mezcla muy sabrosa y suave, de las que te saben diferente a cada bocado y te la acabas casi sin darte cuenta. 


        Así que esta es otra recetilla rápida y bien rica que nos puede sacar más de un apuro. Además, como solo lleva vegetales, nos podemos dar el capricho de comernos una pizza sin sentirnos muy culpables ¿verdad? Al menos es lo que me ha pasado a mi :P.


         Ingredientes para la masa
        • 250 gr. de harina especial para pizza (que lleva levadura)
        • 125 cl. de agua tibia
        • 54 cl. de aceite de oliva suave
        • 1 pizca de sal
         Ingredientes para el relleno
        • Tomate triturado para la base
        • 12 espárragos verdes frescos
        • 8 tomates cherry
        • 3 champiñones grandes
        • 1 trozo de pimiento rojo
        • 1 bola de mozzarella fresca
        • Sal y pimienta 
        • Orégano seco
        • Aceite de oliva virgen extra
           Preparación

          Con la ayuda de una batidora o a mano, mezcla la harina, el agua, el aceite y la sal hasta conseguir una masa homogénea y un poco chiclosa, pero sin que llegue a pegarse totalmente a los dedos. Deja que repose en un bol tapada con un trapo durante 30 minutos.


          Pasado ese tiempo pon a precalentar el horno a 200ºC, calor arriba y abajo.

          Cubre la bandeja del horno con una hoja de papel para hornear y estira la masa con la ayuda de un rodillo o con las manos, dejando un pequeño reborde por todo el contorno. Añade tomate triturado cubriendo toda la superficie de la masa. 


          Limpia bien todas las verduras y córtalas en rodajas finas o trozos no muy grandes, así conseguirás que todos los ingredientes se hagan a la vez y que la pizza no tarde mucho tiempo ;). Nosotros comenzamos poniendo el pimiento rojo, los champiñones y los tallos de los espárragos verdes.


          Continuamos añadiendo la mozzarella cortada en rodajas, los tomatitos cherry cortados por la mitad y las puntas de los espárragos. Antes de meter la pizza en el horno salpimienta y vierte un chorro de aceite de oliva por encima.


          Mete la pizza en el horno unos 30 minutos aproximadamente o hasta que veas la masa dorada y las verduras estén hechas.

          Antes de servir vierte un chorro de aceite de oliva virgen extra y espolvorea un poco de orégano por encima.

          Boston Cream Donuts - Reto #elasaltablogs

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          Ya estamos en el último domingo de octubre (¡jo, como pasa el tiempo!) pero no nos podemos quejar de este fin de semana porque, además de tener una horita más, todos los ladronzuelos de El Asalta Blogs mostramos nuestro botín ¡y eso mola un montón!


          Además, me puse taaaaan contenta cuando encontré esta receta que salí con ella por la puerta principal sin ni siquiera pestañear. Y, os soy sincera, no sé si Gloria (la víctima de este mes) se dio cuenta de mi presencia cuando estuve revolviendo por su cocina... Si estaba en casa quizá sí, no sabéis lo abarrotadas que suelen estar las cocinas asaltadas el último sábado de cada mes... Somos unos adictos a la adrenalina... algunos nos llaman cronoyonkis... que le vamos a hacer... Menos mal que vamos teniendo más o menos suerte y las cosas salen bien jeje.


          Gloria es la cocinillas que está detrás de Cocinar con amigos (¡a lo mejor por eso había tanta gente por su cocina!), un blog que conocí el año pasado gracias a este reto y que está llenito (solo tenéis que ver el índice para daros cuenta de la cantidad que hay) de recetas riquísimas con unas fotos que te dicen "¡Cómeme!". 

          Y como ya sabía a donde iba y me conozco, que empiezo a buscar y acabo con 20 recetas favoritas en mis manos y sin saber por cual decidirme, esta vez me acerqué con una idea clara en mi mente "este reto toca dulce, que hace meses que no publicamos nada con azúcar" ;).  


          Dudé entre algunos bizcochos y tartas pero en cuanto vi estos Boston Cream Donuts no me pude resistir. Además, en casa llevábamos mucho tiempo queriendo preparar donuts, así que me he quitado una gran espinita que tenía clavada. ¡Y menudo descubrimiento! Nunca pensé encontrar una receta tan rica y que se pareciera tanto a los originales... Ya estoy pensando en nuevos rellenos y combinaciones jeje.


          De la receta original solo hemos cambiado un par de cosillas, añadiendo un poco de leche a la masa y a la cobertura de chocolate y quitando el azúcar de ésta última por que los iba a decorar con azucarillos. Y la crema pastelera también la hemos hecho a nuestra manera.  

          Gloria, ha sido todo un placer robarte y pasearme por tu blog, espero que te guste nuestra versión :).


           Ingredientes para los donuts (para 11 unidades)
          • 250 gr. de harina de fuerza
          • 35 gr. de azúcar
          • 5 gr. de sal
          • 8 gr. de levadura fresca
          • 2 huevos medianos
          • Ralladura de medio limón
          • 75 ml. de agua
          • 30 ml. de leche
          • 65 grs. de mantequilla sin sal pomada
          • Aceite de girasol para freír
           Ingredientes para el relleno
          • 2 yemas de huevo
          • 40 gr. de azúcar
          • 1/2 rama de canela
          • 1 trozo de cáscara de limón
          • 1 gota de concentrado de vainilla
          • 250 ml. de leche
          • 25 gr. de maicena
            Ingredientes para la cobertura
          • 125 gr. de chocolate negro para repostería
          • 1 cucharada pequeña de mantequilla sin sal
          • Leche
          • Sprinkles para decorar
             Preparación

            En un bol bate los dos huevos y añade la harina, el azúcar, la sal, el agua, la levadura y la ralladura de limón. Bate unos 10 minutos, hasta que todos los ingredientes estén bien integrados.


            Continúa añadiendo poco a poco la mantequilla y la leche y sigue amasando hasta conseguir una masa homogénea y un poco pegajosa.


            Cubre con papel film y deja que repose la masa en el frigorífico como mínimo 1 hora y como máximo 12 horas. Lo más sencillo es dejarla reposar durante la noche, como hicimos nosotros.

            Haz unas bolas de unos 45 gr., aplástalas un poco como si fueran unas hamburguesas y colócalas sobre papel de hornear para que reposen 1 hora más. Si la masa sigue estando un poco pegajosa, como me pasó a mi, no te olvides de espolvorear un poco de harina sobre el papel y tus manos, así evitarás que se pegue.


            Mientras reposan los donuts puedes seguir preparando la crema pastelera.

            Disuelve la maicena en medio vaso de leche y reserva. En un bol pon las yemas de huevo y el azúcar y bate hasta que te quede una mezcla homogénea.

            Vierte el resto de la leche en un cazo y añade la rama de canela y la piel del limón. Deja que se cueza a fuego medio pero sin que llegue a hervir durante unos 10 minutos. 


            Retira la canela y la cáscara de limón y baja un poco el fuego. Añade el medio vaso de maicena y leche que teníamos reservado y remueve con cuidado para evitar que se formen grumos.

            Cuando esté a punto de hervir, retira el cazo del fuego y añade la mezcla de yemas y azúcar sin dejar de remover ya que con el calor es muy fácil que el huevo se cuaje. Una vez que se haya mezclado todo vuelve a poner el cazo a fuego lento y sigue removiendo hasta que la crema se espese prestando atención para que no se pegue en el fondo. Una vez espesada retira del fuego y reserva para que se enfríe.
            Cuando la masa haya reposado, freímos los donuts en abundante aceite de girasol a fuego no muy fuerte por que es muy fácil que se quemen jeje.


            Colócalos en una rejilla con unas servilletas de papel para que absorban el exceso de aceite y se enfríen.


            Cuando los donuts y la crema pastelera estén fríos, podemos rellenarlos con la ayuda de una boquilla cilíndrica o una jeringuilla grande inyectándolos directamente. Parece que no, pero el relleno entrará sin problemas :) Siento no tener fotos de este paso, pero se me olvidó hacerlas! (en el blog de Gloria lo veréis fenomenal).

            Ya solo queda derretir el chocolate junto con la mantequilla y un poco de leche. La cantidad de leche dependerá de la textura del chocolate, yo lo voy ajustando hasta conseguir la consistencia que más me gusta para cubrir los donuts.

            Deja que se temple el chocolate y sumerge en él la mitad del donut. Decora con unos sprinkles y mételos en la nevera para que se acaben de enfriar.


            Para realizar esta receta hemos utilizado el cazo de la batería Opera y la sartén de la batería Champagne de Vitrinor-Magefesa, que está fabricados en acero esmaltado vitrificado y nos van fenomenal ¡qué pena que no las descubriéramos antes!

            AIG 2015

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            ¿Un miércoles por aquí? ¡Sí! Y el motivo es ¡Que ya está aquí el AIG! Este año casi me lo pierdo, que entre las vacaciones y la vuelta al trabajo me despisté por completo... Menos mal que la organizadora de este año, Jess de Decogalletas, fue buena y amplió el plazo de inscripción para que entráramos todos los rezagados jeje ¡Mil gracias!

            Y es que después de cuatro años participando en el AIG, para mi se ha convertido en el preámbulo de las Navidades. El apuntarme, pensar y buscar los regalos, enviar el paquete... Me avisa de que las navidades ya están cerca ¡y me encanta!  

            Por si no lo conocéis, AIG son las siglas de Amigo Invisible Gastronómico y funciona más o menos como el amigo invisible de toda la vida, solo que en este participamos blogs relacionados con la gastronomía y tienes que esperar una eternidad para saber quién es tu AIG por que, hasta que no recibes el paquete en tu casa, ¡no lo sabes! Bueno, a lo mejor he exagerado con lo de una eternidad, pero a mi me lo parece jajajaja. Si queréis saber un poquito más sobre como va, podéis verlo aquí.


            En fin, que me enrollo como una persiana y esto tendría que estar dirigido a mi AIG. Pues sigo sin variar mucho respecto a los años anteriores, somos así de simples y nos gusta todo jaja. A mi me encanta el chocolate y cualquier cosa dulce aunque, como puedes ver en el blog, tampoco dejamos de lado los platos salados jeje. Y la combinación de dulce-salado también nos gusta. Así que como ves (y nuestros michelines así lo demuestran) no le hacemos ascos a nada jajajaja.

            Ya sé que lo que te he contado hasta ahora no ayuda mucho... Voy a pensar más... Siempre estoy buscando cosas para decorar en las fotos como paños, mantelitos, servilletas, etc. o detallitos que le den algo de gracia al plato. Me encanta todo lo casero y artesano, las manualidades, los gatos... Vamos, que cualquier cosa me gustará jajaja.

            ¡Ah! y por casa no tenemos ninguna alergia, por que mi supuesta intolerancia a la lactosa todavía no está confirmada...

            El logo de este año ha sido ha sido creado por Alejandra de Alejandra’s Scrap y Estefanía de Desserts & Dulces.

            Feliz semana :)

            Cupcakes rústicos de calabaza con frosting de queso y canela

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            Pensaba que no había pasado tanto tiempo desde la última vez que os traje unos cupcakes, pero mirando las recetas resulta que fue hace dos años¡he alucinado!


            La verdad es que he preparado unos cuantos desde entonces (nunca tantos como me gustaría) pero al final, por una cosa u otra, no me convencían y no los publicaba. Y casi casi tampoco os traigo estos...

            Los preparé este fin de semana para una comida familiar en casa. Quería preparar un postre otoñal y para mi eso significa que tiene que llevar calabaza. Así de simple. No sé por qué lo de postre otoñal lo relaciono solo con las calabazas y no con las castañas, boniatos, etc. Puede que sea por la tarta que me recuerdan todos los años y que no he vuelto a preparar por que siempre me gusta probar y cocinar cosas nuevas cuando vienen (de ahí que me la pidan todos los años, pobres, jajaja).


            El caso es que comencé preparando la crema para el frosting, que me quedó espectacular. Sabor, consistencia, color, megacalorías por gramos ¡no le faltaba de nada! Seguí preparando el bizcocho de las bases con mi querida calabaza y la masa en crudo estaba ya muy rica. Para hornearlas utilicé unas cápsulas muy monas y otoñales que me habían regalado y, aunque al salir del horno estaban perfectos, en cuanto les hice un par de fotos empezaron a bajar y despegarse todas.


            Que disgusto me llevé :(. Los iba a servir igual por que no me daba tiempo a preparar otra cosa (lo de cronoyonki no es solo para El Asalta Blogs jaja) pero aunque el cocinillas insistía, no quería hacerles fotos porque las bases estaban feas feas... Así que con mi cara de pena cogí el primer cupcake con la cápsula medio caída, le puse el frosting y lo coloqué sobre la bandeja sin ella. Lo miré y me dije "Oye, pues no queda tan mal... No son tan finos, pero con este toque rústico molan". Al acabar la bandeja decidí hacerles unos fotos, por si acaso, aunque seguía sin estar muy convencida... 


            Hasta que los probé ¡AY MADRE DEL AMOR HERMOSO, COMO PUEDE ESTAR UNA COSA TAN RICA! No recuerdo si el primer bocado me dejó sin palabras y si dije de todo, pero de lo que sí que me acuerdo es que pensé "¡esto va directamente al blog sí o sí, da igual como hayan quedado las fotos, esta receta no la puedo perder!". Me comí dos y me hubiera comido veinte más por que el sabor me pareció espectacular. Creo que la combinación de la calabaza, la canela y el queso es perfecta y nada pesada y el toque que le dimos con el sésamo garrapiñado que encontramos en el mercado medieval de Alcalá de Henares fue el remate final. 


            Además, el bizcocho quedó muy suave y esponjoso, de los que entran solos y el cuerpo te pide más... Y sin papelitos que molesten y te entretengan entre un cupcake y otro ¡al final hasta vi un acierto que se estropearan las cápsulas! jajaja. 

             Ingredientes para la base (14 unidades)
            • 150 gr. de calabaza
            • 150 gr. de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
            • 150 gr. de harina
            • 150 gr. de azúcar moreno
            • 2 huevos medianos
            • 3 cucharadas soperas de leche
            • 1 y 1/2 cucharada pequeña de levadura
            • 1/2 cucharada pequeña de concentrado de vainilla
            • 1/2 cucharada pequeña de canela en polvo

             Ingredientes para el frosting
            • 400 gr. de queso de untar estilo Philadelphia
            • 175 gr. de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
            • 1/2 cucharada pequeña de canela en polvo
            • 4 cucharadas soperas de azúcar glass
            • Sésamo garrapiñado
             Preparación

            Corta la calabaza a trozos y cuécela con abundante agua hasta que esté blanda. Escúrrela y reserva en un plato hasta que se enfríe.


            Mientras se enfría podemos continuar con el frosting, que es muy fácil :).

            Con la ayuda de una batidora eléctrica a velocidad media-alta bate los 175 gr. de mantequilla hasta que quede una crema suave. Añade el queso de untar, la canela y el azúcar glass y sigue batiendo hasta que la crema sea homogénea y todos los ingredientes estén bien integrados. Puedes parar de vez en cuando la batidora para separar la crema de los bordes con la ayuda de una espátula si ves que se queda muy pegada en el bol y no se mezcla bien. 


            El resultado será un frosting de color crema, esponjoso y suave. Reserva bien tapado en el frigorífico hasta que vayas a montar los cupcakes.

            Prepara la bandeja para el horno con las cápsulas de papel o engrasa los moldes con un poco de mantequilla y harina. Por a precalentar el horno a 180ºC calor arriba y abajo.

            Para la base del cupcake mezclamos en una batidora 150 gr. de mantequilla y 150 gr. de azúcar moreno hasta conseguir una masa suave y homogénea. 


            Sigue incorporando los huevos de uno en uno, esperando a que el primero de integre en la masa para añadir el siguiente. Continuamos añadiendo la harina poco a poco, la levadura, la leche y la vainilla.

            Por último, aplastamos la calabaza con la ayuda de un tenedor y la incorporamos a la masa. Batimos de nuevo para que se mezcle bien y repartimos la masa entre los moldes.


            Mételos en el horno entre 18 - 20 minutos, hasta que estén dorados y al pincharlos con un palillo éste salga limpio. Déjalos reposar en la bandeja unos 5 minutos y luego pásalos a una rejilla para que se enfríen.


            Una vez fríos solo queda preparar una manga con una boquilla y decorarlos como más te guste. En mi caso utilicé la 1M de Wilton y acabé la decoración con un poco de sésamo garrapiñado.


            Antes de despedirme quería pediros un gran favor. Ya solo quedan 4 días para que termine la votación de los premios Bitácoras 2015 y hemos bajado un montón de puestos :( ¿Puedes darnos un par de minutos y dejarnos tu voto? ¡Te lo agradeceremos un montón! Solo tienes que clicar sobre la siguiente imagen, registrarte con tu cuenta de Twitter o Facebook y validar tu voto:

            Votar en los Premios Bitacoras.com

            ¡Ha llegado mi AIG! (al fin)

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            Bueno, en realidad "llegó" el viernes pero remarco lo de AL FIN, por que no sabéis lo que me ha costado descubrir quien era mi AIG... Como ya dije por Instagram, estoy segura de que a Tom Cruise le hubiera costado mucho menos conseguir este paquete en medio de una misión imposible :P jajaja.


            Y, aunque con esta foto lo parezca, no dejé que mi gato abriera el paquete antes que yo (¡eso jamás, el AIG es mío y solo mío!), si no que los de Envialia me entregaron de esta guisa la caja que había envuelto con tanto cariño Mar (y esta es la cara buena...) Y, lo siento, pero antes de entrar en detalles me voy a desahogar contándoos la historia, que por algo es mi blog jajaja. Os lo amenizo con fotos mías haciendo el payaso, venga ;).

            Lo primero que supe de mi AIG fue... ¡su número de teléfono! De repente, un 26 de octubre recibí en mi móvil un "Holaaaaa" y no sabéis la ilusión que me hizo cuando le pregunté que quién era y ella me dijo que era un súper secreto por que era mi AIG. Nunca pensé que me haría tanta ilusión saludar y hablar con una desconocida jajaja. En fin, me fue saludando algunas mañanas y tardes y un día al llegar a casa por la noche descubrí el tan deseado aviso ¡la susodicha empresa de mensajería había pasado por mi casa! Y ya tenía una pista más sobre mi AIG ¡se llamaba Mar! Repaso mental de las bloggers con ese nombre... Alguna me suena, pero no voy a investigar más...

            ¡Al abrir la caja encontré un montón de regalos!

            Al día siguiente (tenía que haber sospechado que un viernes 13 las cosas no iban a salir bien...) en medio de la vorágine del trabajo llamo para solicitar una nueva entrega y la que me atendió no estaba mucho por la labor... Que me pasara por su oficina (a la que no llega transporte público y yo no tengo coche), que el reparto de la tarde era de 15.00 a 19.00 y no había manera de intentar que me lo entregaran hacia el final de la tarde, por aquello de que hubiera alguien en casa... Le pido un cambio de dirección, me dice que se puede hacer aunque hay que pedir una autorización a la oficina de Santander (¡bien! ya sé otra cosa de mi AIG, es de Santander) y que me avisarán... 

            Felicidad máxima abriendo mis regalitos


            En cuanto cuelgo me doy cuenta de que le he dado mal un dato (una, que es así de torpe a veces...) y vuelvo a llamar pero, tras 4 horas intentándolo, no consigo que me lo cojan... Desesperada, escribo a los de Envialia explicándoselo y me dicen que avisarán a la oficina de Santander (¿what?), insisto en que el paquete ya está en Alcalá de Henares, pero nada, el procedimiento es ese... ¿el resultado? Vuelven a intentar realizar la entrega en mi casa (por que me dejaron un segundo aviso...) y supuestamente en la otra dirección, avisan a mi AIG que no había nadie en la dirección y a la hora que habíamos acordado (será en sueños, por que a mi nadie me llamó) y que tengo que ir a recoger el paquete por que si no se lo devuelven...

            Esto es lo que pasa cuando a una le dejan sola con la cámara...

            Tuve que llamar corriendo, pedirles que me lo guardaran hasta ver como podía llegar hasta ellos... y de paso me enteré que desde la central no les había avisado del cambio... Y cuando voy a recogerlo, después de esperar a que abrieran la oficina con media hora de retraso, me entregan el paquete con esas pintas y diciéndome que era por culpa de todos los intentos de entrega que habían hecho, que habían sido muchos más que los dos albaranes que me habían dejado pero no podían demostrarlo por que cada entrega solo tiene dos avisos... Así que, si tenéis que hacer algún envío (al menos a Alcalá de Henares) no os recomiendo para nada que utilicéis Envialia... Lo del papel casi se puede entender, pero lo del trato y las mentiras no, lo siento mucho.
            Mi paquete recién cogido de la oficina de Envialia...
            Así que estaréis conmigo en que si hubiera sido Tom Cruise me habría plantado allí el primer día con un helicóptero y habría recogido mi paquetito colgado desde una cuerda más chulo que un ocho. Lo malo es que no habríamos compartido las penas y las risas por Whatsapp... ¡y eso ha molado mucho! Hubo momentos en los que me recordó a mi infancia, cuando me iban recordando que la navidad se acercaba y con ella los regalos de Papa Noel y me entraba un no-sé-qué por el cuerpo junto con una especie de nervios y emoción ¿lo recordáis? ¡pues así me sentía yo cada vez que me saludaba Mar! jeje.

            Y cuando abrí el paquete y me encontré todas estas cositas envueltas con todo detalle, cada una con su cintita y la etiqueta con alguna frase que te hacía intuir lo que podría haber en el interior, todavía lo sentí más ¡qué buena he tenido que ser este año! ¿verdad? jajajaja


            Seguí sus instrucciones y tras abrir todos los paquetes pude descubrir que Mar es la persona que está detrás de Mis recetas dulces y saladas, un blog que conocía por pasarme de vez en cuando pero del que ahora voy a ser mucho más asidua. Os recomiendo que no os lo perdáis por que tiene unas recetas riquísimas y Mar es una bellísima persona.

            Os detallo un poquito más lo que recibí, que así a mogollón no se ve bien todo :).


            Una mermelada hecha por ella de higos, moscatel y vainilla que, aunque lo parezca por los ingredientes, no es nada dulce. La probamos al día siguiente y nos encantó y, después de que me contara la historia familiar que hay detrás de la higuera donde recoge los higos para sus mermeladas, me gusta todavía más :).


            ¡Un montón de moldes! Unos preciosos para cupcakes en forma de tazas de té, otros súper originales en forma de maceta y unos cortadores con unos dibujos monísimos que ya estoy deseando estrenar jeje. Además, parecía que me hubiera leído la mente por que tenía varios en mi lista de deseos!


            Dos paños preciosos y que ya estoy deseando estrenar en mi próxima puesta en escena ;).


            Unos dulces típicos de su tierra, los alciturrianos, que están de vicio. Su sabor me recuerda a una especie de polvorones que traían del pueblo de mi abuelo que me encantaban y acababa comiéndomelos a pares... Estos los estoy dosificando un poco más :P (pero poco jajaja).


            Unos preciosos botecitos con una mezcla de especias traídas nada más y nada menos que de Brujas para preparar galletas de tipo speculoos (que ganas tengo de probarlas) y un rico té con limón, canela, manzana y algas nori, ya solo con abrir el bote huele que da gusto...


            Un preparado para preparar mi propio brownie ¡con receta incluida! ay ay ay... mira que yo intento no pecar, pero así es imposible... Y ya que lo he recibido, no le voy a hacer el feo y no prepararlo... así tendré que hacer el esfuerzo y prepararlo... pero solo por ella ¿eh? :P jajaja


            Y para terminar unas pepitas de chocolate para chocolatear un poquito más mi brownie y unas barritas de chuches para mis gatos ¡que les vuelven locos! No sabéis el rato que se tiran limpiándose los bigotes cada vez que les doy una jeje.

            De nuevo, muchísimas gracias Mar por todos y cada uno de ellos, ¡me han encantado! Al igual que me ha encantado conocerte y whatsappear contigo la odisea para conseguir el paquete jajaja las penas compartidas durante la espera han parecid menos penas, sobre todo cuando las hemos acompañado de unas risas ;).

            Cottage Pie con zanahorias o pastel de carne inglés - Reto #elasaltablogs

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            ¡Buenos días! Ya hemos llegado al último fin de semana del mes, así que nos toca madrugar un poquito para mostraros el resultado de nuestra última fechoría como parte de la banda más gamberra de la red, El Asalta Blogs :). 


            Y esta vez casi casi le robamos en grupo a Juanan, nuestra víctima de este mes. Bueno, vale, me acerqué yo sola hasta su cocina y revolví todo lo que pude (y más jeje para despistar) hasta que di con esta receta. Pero también os digo que esta deliciosa cottage pie la degustamos con nuestra familia, así que reparto la culpa del robo entre todos los que la comimos :P


            La verdad es que este mes ha sido un robo un poco extraño... Organizamos una comida en casa con la familia justo cuando anunciaron que teníamos que saquear el blog de Juanan, Cuuking, y aunque ya habíamos pensado cocinar nuestro tradicional pollo guisado, me apetecía cambiar. Y cuando le estábamos dando vueltas al tema, al cocinillas se le ocurrió decir "¿por qué no le echamos un vistazo al blog de este mes?". A mi, si os soy sincera, ni se me había ocurrido... Lo siento, soy una cronoyonki empedernida ¿preparar una receta a los dos días de haber conocido el nombre del asaltado? ¿hablas en serio? Pues sí señoras y señores, noviembre (y mi cocinillas) lo ha conseguido.


            Nos fuimos hasta su cocina y comenzamos a revisar su laaaaaargo índice de recetas, con unos platos tremendos, cada uno que descubríamos nos parecía más delicioso que el anterior... Y, de repente, dimos con esta Cottage Pie. Nos miramos y dijimos ¡este es el plato que estábamos buscando! La pinta era espectacular, nos encantaron los ingredientes y no parecía una receta muy complicada, así que nos venía genial para la comida familiar. 


            Y menos mal que la elegimos ¡fue todo un éxito! Tanto, que agradecí que sobrara un poquito para poder disfrutarla otro día y llevármela al trabajo en tupper, como hizo él jejeje. Aunque me habría comido media bandeja de un tirón ¡qué cosa más rica! Al principio pensé que iba a ser un plato muy pesado mezclando carne y puré de patata, pero resultó ser todo lo contrario.

            Lo hemos adaptado un poco, añadiendo un poquito de vino a la carne y quitando los guisantes. Además, cogimos una idea que encontramos en la web de (mi querido) Jamie Oliver y añadimos zanahoria al puré, lo que le dio un sabor más suave y dulce.


            Juanan, ¡espero que te guste nuestra adaptación! A nosotros nos ha encantado pasear por tu cocina y saquearte, que nos hemos llevado unas cuantas recetas bajo el brazo ;)


             Ingredientes (para 8 personas)
            • 1 kg. de carne de ternera 
            • 6 zanahorias
            • 5 patatas grandes
            • 3 cebolletas
            • 1 vaso pequeño de vino blanco
            • 125 gr. de tomate triturado
            • 2 cucharadas soperas de harina
            • 3 cucharadas soperas de salsa Worcestershire
            • 2 nueces de mantequilla sin sal
            • Sal y pimienta
            • Aceite de oliva
             Preparación

            Lava bien las verduras y pela las zanahorias. Nosotros cocemos las patatas con piel, quitándoles alguna parte que veamos fea, pero si lo prefieres las puedes cocer sin piel. Mete 5 zanahorias en una olla (la otra la usaremos con la carne), las patatas y cúbrelas con agua. Ponlas a fuego medio-alto hasta que estén blandas (lo puedes comprobar pinchándolas con un palillo). Una vez cocidas, escúrrelas y reserva.


            Mientras se cuecen las patatas y las zanahorias podemos continuar con el relleno de carne.

            Corta la zanahoria restante y las cebolletas a tacos. Reserva.

            En una sartén añade un buen chorro de aceite, espera a que se caliente y añade la carne. Baja a fuego medio, salpimienta y remueve de vez en cuando. 

              
            Cuando la carne comience a estar un poco hecha, añade las cebolletas y la zanahoria y remueve para que se mezclen bien los ingredientes.


            Cuando la cebolleta comience a estar blanda y transparente, añade el vino y deja que cueza unos minutos para que se evapore el alcohol.


            Continúa añadiendo un par de cucharadas soperas de harina. Esto ayudará a que los jugos y la salsa se liguen y espesen. Remueve y deja que se haga un par de minutos.


            Añade la salsa Worcestershire y el tomate triturado. Remueve y deja que se haga unos 10 minutos, hasta que quede poca salsa y esté bien ligada.


            Pon a precalentar el horno con la opción de grill.

            Extiende toda la carne en una bandeja para el horno y cubre todo el fondo. Aplástala un poco con la ayuda de una cuchara de madera para que quede prieta.


            Aplasta las patatas y las zanahorias hasta conseguir un puré, salpimienta y añade la mantequilla. Remueve para que se mezcle bien.


            Extiende el puré hasta cubrir por completo toda la carne y con la ayuda de un tenedor rasca toda la superficie para conseguir que quede rugosa y con picos.


            Mételo en el horno unos 5 minutos o hasta que coja un tono dorado. Servir inmediatamente y ¡a disfrutar!


            Para realizar esta receta hemos utilizado la sartén de la batería Champagne y la rustidera de Vitrinor-Magefesa, que está fabricadas en acero esmaltado vitrificado. La rustidera no la habíamos probado y nos fue muy bien por que no se pegó nada, aunque para mi gusto es una pieza un poco pesada.


            Pasta con brócoli y bechamel

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            No sé si os pasará a vosotros, pero yo un mes o dos antes de las navidades siempre me encuentro a alguna persona comiéndose una triste ensalada mientras me dice que está a dieta para cuidarse y llegar con buen peso a las fiestas.


            La verdad, nunca lo he entendido. Pero aunque para mis adentros piense: "que más da, si vamos con jersey ¡no se van a notar los michelines!" Al final una cae en la tentación de intentar comer más ligerito, por aquello de que si bajamos un poco de peso antes de navidades, me cabrá algún polvorón más sin remordimientos jajaja.


            Así que con esta idea nos pusimos a preparar un plato de pasta ligero y sabroso para probar la olla a vapor que nos envió Vitrinor-Magefesa. Pasta y brócoli era una buena combinación para probarla por que nos permitía preparar las dos cosas a la vez... Pero cuando pusimos las dos cosas en la olla, pese a que quedaba muy bonita, lo vimos demasiado... como decirlo... ¿soso? no sé jajaja la cuestión es que le faltaba algo...


            Y casi a la par dijimos "preparamos una bechamel "ligerita"¿no?". Y así lo hicimos, aunque casi se nos va de las manos por que entre medias apareció la palabra bacon... Pero fuimos fuertes y no lo incluimos. Eso sí, nos guardamos la idea para después de fiestas :P.


            Esta receta es ideal para los días en los que queráis daros un pequeño homenaje sin mucho lío u os queráis llevar al trabajo un plato de pasta un poco diferente. Os aseguro que de un día para otro, en cuanto lo calientas un poco, queda tan rico como recién hecho.


             Ingredientes
            • 120 gr. de pasta de verduras
            • 1 brócoli pequeño
            • Aceite de oliva
            • Sal y mezcla de 5 pimientas 
            • 1 nuez de margarina
            • 250 ml. de leche (aproximadamente)
            • 1 cucharada sopera de harina 
            • 1 pizca de nuez moscada 
            • 50 gr. de queso tierno
            • 50 gr. de queso edam
             Preparación

            Limpia bien el brócoli y córtalo en trozos más pequeños. No te olvides de incluir el tallo del brócoli, aunque también te recomendamos que te comas un trozo en crudo mientras lo preparas. Es un picoteo riquísimo para abrir el apetito mientras lo cocinas. 

            Pon a calentar una olla con agua y sal y cuando empiece a hervir añade la pasta. 


            Si tienes la olla a vapor, en la bandeja de arriba coloca el brócoli. Si no la tienes, puedes hacer un apaño colocando un colador metálico sobre la olla, procurando que no toque el agua. Tapa la olla para que el vapor no se escape.

            Cuece la pasta siguiendo las indicaciones del paquete. En nuestro caso, como no era fresca, fueron unos 8 minutos aproximadamente. 

            El brócoli lo puedes retirar antes, según lo quieras más o menos crujiente.


            Mientras se cuecen ambas cosas podemos preparar la bechamel.

            En un cazo añade un poco de aceite de oliva y la margarina. Cuando se derrita, añade una cucharada colmada de harina y se deja que sofría un poco, pero que nunca se dore mucho. Añade la leche poco a poco para que la harina se disuelva y no dejes de remover hasta que desaparezcan los grumos y comience a espesarse. Cuando tenga la consistencia que más te guste, añade una pizca de nuez moscada y los quesos y remueve hasta que se derritan. Rectifica de sal si hiciera falta.


            Ya solo queda escurrir la pasta, servirla en un plato junto con el brócoli y añadir por encima la bechamel al gusto. Puedes añadir un chorrito de aceite de oliva virgen extra y un poco de pimienta molida antes de servir.


            Sobre la olla a vapor de Vitrinor-Magefesa teníamos muchas ganas de probarla y nos ha encantado. Se cocina fenomenal con ella y la verdura se hace bastante rápido. Y también se limpia muy bien. Lo único malo de esta olla es que las asas son metálicas y se calientan mucho. Nosotros estamos acostumbrados a tener toda la batería con asas de plástico y casi nos quemamos un par de veces, así que nos tocará tener más cuidado y acostumbrarse...

            Crackers navideños salados

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            ¡Ya estamos aquí con la primera receta navideña del año! Vale, ya sé que quizás hemos apurado un poco pero es que yo, hasta que no me entra el yuyu navideño, no me apetece preparar nada... Y llegó este fin de semana.


            Bueno, creo que realmente comenzó el fin de semana pasado... Comenzamos a ver un programa de cocina con algunas recetas navideñas, luego vino otro, repetimos alguno para quedarnos con los ingredientes... Vamos, que casi fue un maratón... Así se le despierta el espíritu a cualquiera ¿verdad? jajaja.


            Pero los verdaderos culpables de mi yuyu navideño fueron "Los fabulosos hermanos panaderos" que con ese nombre ya prometen ¿a que sí? Si no los conocéis os recomiendo que busquéis sus programas por que hacen unas recetas deliciosas, vistosas y súper fáciles ¡y no solo de pan! Y mi cocinillas, que es muy majete, grabó uno (que casi hemos memorizado) en el que preparaban recetas típicas navideñas dándoles un toque diferente. Y una de esas recetas fueron estos crackers, que me dejaron flipi desde el primer momento.


            Para los que no los conozcáis, los crackers realmente no se comen. Es una tradición bastante arraigada en Inglaterra, Irlanda y países de la Commonwealth para las cenas de Nochebuena y Navidad. El cracker está formado por un cilindro de cartón envuelto como si fuera un caramelo y dentro suele llevar una corona de papel, algún caramelo o regalo pequeño y un papel con un chiste. Lo divertido es que se suele abrir entre dos personas que tiran de cada extremo y al romperse se oye un chasquito o crack, de ahí su nombre.


            Y estos hermanos nos dijeron ¿por qué no los hacemos comestibles? Y yo, aunque no había visto un cracker en mi vida, dije ¡pues claro, qué gran idea! E inmediatamente decidí que teníamos que probarlos y me reservé este fin de semana para ellos (y otras recetas navideñas que están por llegar). Hemos variado un poco el relleno original, que lo hacían con pavo y arándanos, pero creo que ha quedado igual de rico que su versión. Además, la pasta filo siempre da un sabor delicioso a este tipo de platos ¿verdad?


            Si lo acompañáis de alguna ensalada, crema o sopa tendréis un segundo perfecto y con una pieza por persona será más que suficiente, que hay que dejar un hueco para el turrón jeje. Es un plato sencillo y súper vistoso, al que le podéis variar el relleno para que lleve lo que más os guste, aunque no os voy a negar que hacer cada paquetito es entretenido... pero ¿quién no se entretiene con las comidas navideñas para intentar sorprender a sus invitados? ;).


             Ingredientes para el relleno (6 unidades)
            • 100 gr. de mantequilla
            • 1 cebolla
            • 400 gr. de carne de pollo picada
            • 100 gr. de salchicha-butifarra fresca
            • Un buen puñado de pasas 
            • 6 ciruelas pasas
            • 150 ml. de licor de naranja (Cointreau)
            • Una pizca de romero
            • Sal y pimienta
             Ingredientes para el envoltorio
            • 12 láminas de pasta filo
            • 100 gr. de mantequilla (aproximadamente)
            • Sal y pimienta
            • Cintas para decorar (opcional)
               Preparación

              Comenzamos con el relleno.

              Pela y trocea la cebolla, procura que no sean trozos muy grandes.

              En una sartén a fuego medio añade la mantequilla y deja que se derrita.


              Añade la cebolla y remueve de vez en cuando hasta que se poche. Cuando empiece a estar blanda y un poco dorada añade una pizca de romero, remueve para que se mezcle y deja que se haga un par de minutos más. Retira del fuego para que se temple.


              Mientras se hace la cebolla, quita el hueso a las ciruelas y córtalas en trozos. En otra sartén añade las pasas y las ciruelas, rehógalas un minuto y añade el licor de naranja. Con mucho cuidado, flambéalo para quitarle el alcohol.


              Una vez que lo hayas flambeado, deja que se cuezan unos minutos más para que reduzca la cantidad de licor. Retira del fuego para que se temple.


              Abre por la mitad la salchicha fresca, retira la piel y coloca la carne en un bol.


              Añade la carne de pollo picada, salpimienta y mezcla. 

              Cuando la cebolla esté templada añádela al bol con la carne. Haz lo mismo con las ciruelas y pasas flambeadas. Mezcla todo hasta conseguir una masa de relleno más o menos homogénea.


              Pon a precalentar el horno a 190 ºC, calor arriba y abajo.

              De los 100 gr. de mantequilla que he marcado para realizar el envoltorio, derrite un poco en el microondas y reserva el resto para derretirla según vayas necesitando.

              El "paquete" del cracker está hecho por 4 hojas de masa filo superpuestas para que sea más crujiente. Para que no queden muy grandes, corta las hojas de masa por la mitad con la ayuda de unas tijeras o cuchillo bien afilado. La pasta filo se seca enseguida así que te recomiendo que la guardes en el frigorífico y vayas sacando las hojas de cada cracker, esto hará que no tengas que trabajar tan rápido.

              Con cuidado estira la primera hoja de masa filo y píntala con la mantequilla derretida. Repite estos pasos dos veces más y cuando pongas la cuarta hoja no la pintes con mantequilla, ya que el propio relleno la pegará.


              Mójate un poco las manos para evitar que la carne se te pegue, coge un poco de relleno y dale forma de salchicha con las manos. Ha de ser más estrecha que nuestra masa filo para que podamos cerrarlo después.


              Enrrolla todas las hojas juntas hasta tener un cilindro.


              Y aplasta un poco los bordes para juntarlos y que parezcan el envoltorio de un cracker de verdad.


              Colócalos sobre una bandeja de horno forrada con una hoja de papel para hornear y pinta la superficie con un poco de mantequilla.


              Salpimienta por encima y mételos en el horno durante 30 minutos o hasta que estén dorados.


              Antes de servir puedes decorarlos con unas cintas navideñas ;).


              Parte de esta receta la hemos preparado con las sartenes de la batería Champagne de Vitrinor-Magefesa, que está fabricadas en acero esmaltado vitrificado. Van genial y nos están dando muy buen resultado aunque, pese a que hemos seguido las recomendaciones de mantenimiento y limpieza, a una le han aparecido unas manchas con solo un mes de uso...

              Turrón de chocolate, naranja y miel - El Amigo Invisible de #elasaltablogs

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              ¡Buenos días y felices fiestas! ¿Qué tal estáis pasando las navidades? Nosotros hoy estamos volviendo a casa para disfrutar del resto de las fiestas con la otra parte de la familia... Eso sí, nos vamos de Barcelona con la tripa bien llena y el recuerdo de un montón de buenos momentos :).


              Pero no he venido a hablaros de mis vacaciones si no del último asalto del año, que ha sido muy especial. Tras varios meses perpetrando robos a diestro y siniestro en los que todos los ladronzuelos íbamos directos y sin ningún tipo de piedad a atacar a una misma víctima... ha llegado el caos total porque este mes ¡nos hemos robado entre todos los asaltadores que nos hemos negado a tener un mes de vacaciones! jejeje.

              ¿Os podéis imaginar la que se ha liado? La cueva de este grupo de mangantes ha sido todo un descontrol. Idas y venidas sin parar, gritos de victoria por haber conseguido el botín sin haber sido descubiertos, mientras otros corríamos con un montón de recetas bajo el brazo y nos mirábamos de reojo intentando adivinar quién nos había robado, pero muy atentos para que no nos descubriera nuestra víctima...


              ¿Y a quién hemos asaltado nosotros? Pues a Mavi, del blog Mandarinas y Miel. Cuando me dijeron quien iba a ser mi víctima me froté las manos ¡con ese nombre tiene que tener auténticas delicias! Y no me equivoqué. Os tenéis que pasar por su blog por que encontraréis un montón de recetas riquísimas y variadas. Y, aunque parezca que todo va a ser dulce, no os equivoquéis, ¡también prepara unas recetas saladas muy ricas!

              Así que me puse el antifaz y me fui directa hacia su cocina, esperé a que se despistara y ¡zas! revisé todos los armarios de su cocina sin que se enterara jejeje. Después de dar unas cuantas vueltas, y como me apetecía una receta navideña que me pudiera traer a Barcelona, cogí un rico pudding de navidad... pero cuando ya salía con él bajo el brazo vi en una esquina este tremendo turrón de chocolate, mandarinas y miel¡y me lo tuve que llevar!


              Además, me encantó la idea de robarle esta receta bautizada con su nombre. Ya que me ponía a robar, mejor llevármelo todo ¿verdad? ¡hasta el nombre del blog si hacía falta! ;). Aunque al final tuve que hacer algunas modificaciones: las mandarinas pasaron a ser naranjas por que no encontré el licor de mandarinas, y reduje la cantidad de almíbar ¡espero que no te importen estos pequeños ajustes y que te guste nuestra versión, Mavi!

              La verdad es que es un turrón que está delicioso. Tiene un sabor intenso a naranja mezclado con el del chocolate... que lo hace irresistible. Probamos un poquito en casa y el resto nos lo llevamos para disfrutarlo con la familia y os podemos asegurar que ¡ha triunfado!



              Mavi, ha sido un placer pasear por tu cocina, disfrutar de esta receta y descubrir el mundo de los turrones de tu mano ¡van a caer muchos más a partir de ahora! :).

              Y gracias a este robo nos hemos ganado cien años de perdón, o al menos es lo que dicen que pasa cuando robas a un ladrón ¿verdad? ;)


               Ingredientes (para dos tabletas)
              • 250 gr. de chocolate para postres
              • 100 gr. de azúcar
              • 100 ml. de agua
              • 150 gr. de almendra cruda molida
              • 150 gr. de naranja confitada
              • 3 mandarinas
              • 2 cucharadas soperas de miel de castaño
              • 4 cucharadas soperas de licor de naranja (Cointreau) 
               Preparación

              Comenzamos preparando un almíbar ligero. En una sartén o cazuela coloca el azúcar y el agua a fuego lento, da una vuelta para que se mezclen bien y deja que se haga el almíbar poco a poco. Retira del fuego cuando el azúcar se haya deshecho por completo y tenga una consistencia un poco espesa.


              Mientras se hace al almíbar derrite 200 gr. de chocolate en el microondas o al baño maría. Reserva.

              Lava bien las tres mandarinas, ralla la piel y añádelas al chocolate deshecho.


              Reserva un poco de naranja confitada para decorar y corta el resto en trozos pequeños. Añádela al chocolate deshecho junto con la almendra molida y la miel.


              Remueve todos los ingredientes hasta conseguir una masa homogénea y añade el almíbar poco a poco.


              Remueve y, por último, añade el licor de naranja. Vuelve a remover hasta que todo esté bien mezclado. 

              Si no tienes un molde con la forma de la pastilla de turrón, puedes hacerte uno casero con un brick de leche siguiendo las indicaciones que tan bien explica aquí Isabel de La cocina de morenisa.

              Yo esta vez hice dos versiones para la presentación. Para la primera pastilla de turrón coloqué directamente en el molde tres trozos de naranja confitada...


              Y para la segunda derretí el resto del chocolate en el microondas, lo coloqué en el fondo y puse otros trozos de naranja encima.


              Para que el chocolate quede bien, mete el molde en el frigorífico unos 10 minutos o hasta que pierda el brillo, lo que te indicará que se ha secado.


              Divide la masa en dos y añádela en los moldes, aprentando bien para evitar que queden huecos, sobre todo en las esquinas. Puedes ayudarte de un alisador para fondant para presionar y compactar más la masa.


              Mete los moldes en el frigorífico un mínimo de 3 horas. Yo los dejé de un día para otro tapados con papel film.


              Para desmodarlos abre un par de esquinas con cuidado y el turrón saldrá solo.

              Ya solo queda servir y disfrutar :).

              Y se acaba el 2015... (al fin)

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              Ya estamos llegando al final del 2015 y quería despedir el año con alguna de las recetas que me quedan pendientes, pero no estamos con muchos ánimos. Otro año más volvemos a terminar el año de una forma agridulce, con mi suegro ingresado en el hospital y esperando a que se recupere... Pero he querido sacar unos minutillos para saludaros y hacer el último repaso blogueril del año. 
               
              Siempre he pensado que cerrar el año y hacer repaso de todo lo que ha pasado es muy útil para comenzar el siguiente, no sé si con buen pie, pero al menos con la mente despejada y abierta para disfrutar del nuevo año... ¿Os pasa lo mismo? Quizá se deba a que no suelo hacer la famosa lista de propósitos para el nuevo año, nunca la he hecho por que sé que no cumpliría ni la mitad de los propósitos o los cambiaría todos a mitad de año jajajaja. En fin, teníais que verme cada vez que me toca elegir una receta para El asalta blogs, ¡sudo tinta!

              Aunque este año personalmente no ha sido muy bueno, hemos sacado tiempo casi de debajo de las piedras para traeros 31 recetas, a cada cual más variada y, por qué no decirlo, rica ;). Y en cada una de ellas nos habéis dejado un montón de visitas y cerca de 300 comentarios que, como siempre, son todos geniales y en donde nos hemos encontrado consejos muy útiles, fuerza, alguna que otra sonrisa (y carcajada) y sobre todo mucho cariño. Muchísimas gracias. 

              Por cierto, sois todos unos golosos de cuidado jeje, por que las tres recetas que han recibido más visitas este año han sido ¡tres tartas! El bizcocho de lavanda y mandarina, la tarta de galletas oreo, queso crema al chocolate y naranja y la tarta del pollo Pepe y la pequeña oruga glotona. Así que tomo nota ;).
               
              Y en las redes sociales seguimos creciendo, con cifras que a veces hasta me asustan... Por nombraros algunas, ya somo más de 2.300 en Google+, 1.550 en Facebook, 980 en Twitter, 150 en Instagram... y 489 que nos seguís directamente en el blog... De verdad y, de nuevo, muchas gracias. Esto es lo que me ha hecho seguir adelante cada vez que he pensado en dejar un tiempo el blog... Tras una semana sin aparecer comienzo a sentirme rara, como que me falta algo, y empiezo a pensar en alguna receta o pincho al cocinillas para que se líe con alguna cosa en la cocina jejeje. Sí, señoras y señores, ¡estoy enganchada al blog! :P.
               
              Pero lo que más me ha gustado de este año con el blog es haber disfrutado de vuestras recetas, descubrir algunos blogs más para mi mega lista de favoritos y conocer un poquito más a algunas de las personas que están detrás de ellos... No he tenido tiempo de comentaros todas las veces que me hubiera gustado, pero he seguido visitándoos y apuntándome muchas de las delicias que he encontrado.

              Quiero acabar deseándoos que paséis una noche muy feliz, disfrutéis de la comida y, sobre todo, de la compañía. Y cuidadín con las uvas, que pronto traeremos nueva receta ;).
               
              Yo brindaré para que el 2016 sea un año mejor que el que dejamos atrás, para que se cumplan vuestros sueños y podamos seguir compartiendo muchas recetas e historias. 
               
               

              Bomba de chocolate con núcleo blanco - Reto #elasaltablogs

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              ¡Buenos días y feliz año nuevo!

              Ya sé que es 31 de enero y a estas alturas queda un poco raro, pero es la primera entrada del año, así que pese a ser un poco tarde no nos queríamos quedar sin deseároslo ;).


              La verdad es que ha sido un mes movidito y se nos han juntado tantas cosas que al final dejaba el blog a un lado... Ha estado la cuesta de enero (o lo que cuesta enero para ponerse al día, no sabría bien como decirlo jeje), un cursillo que comencé en octubre (nota mental: nunca te vuelvas a apuntar a algo cuando haya las navidades por en medio, como me está costando...), el trabajo y lo más importante, el ingreso de mi suegro, que desde fin de año hasta hace una semana estuvo muy grave en la UCI con una especie de neumonía y un virus raro... Por suerte esta semana nos dijeron que ya estaba curado pero ahora le queda recuperar las fuerzas y la movilidad, una tarea difícil y dolorosa tras un mes en cama ¡pero está haciendo grandes progresos día a día!


              Así que ahora entenderéis por qué hemos desaparecido... Pero sabía que había una cita que no me podía perder y más ahora que parece que las cosas empiezan a volver a la normalidad ¡El Asalta Blogs! Me había quedado con las ganas de participar en el Mini-Asaltablogs Invisible Express que organizaron a principios de enero (menos mal que estos ladronzuelos son muy majetes y Marga de Azafranes y Canelas cubrió mi baja con este pedazo doble asalto en uno¡muchísimas gracias, te debo una!), así que en este tenía que participar sí o sí...


              Y ayer sábado (como no, lo de #cronoyonki yo llevo en las venas) me puse manos a la obra... Me puse los guantes negros y el antifaz y me fui corriendo hacia la cocina de nuestra víctima: Blanca del blog Las Recetas de Blinky. Cuando llegué y vi todas las recetas que tenía casi me da un pasmo... "Calma, son las 12 de la mañana, todavía tienes tiempo...". Empecé a dar vueltas y más vueltas y cada vez me gustaban más y más recetas... ¡la de cosas ricas que tiene esta mujer! Había pasado casi una hora hasta que de repente vinieron a mi mente unas palabras que me había dicho mi cocinillas antes de irse al hospital a ver a su papi: "Ya que es el asalta blogs podría hacer algo dulce ¿no?".


              Así que me guardé para otro día las recetas saladas que había elegido y me fui a buscar las dulces. Me costó un par de vueltas más por su cocina, pero cuando vi estas bombas de chocolate con núcleo blanco supe que tenían que ser mías. Megachocolateadas, bonitas y fáciles de hacer ¿qué más se le puede pedir a una receta? Que no engorde, ya lo sé, pero eso todavía no he descubierto como hacerlo...


              Cosa rara, he mantenido la receta de los bizcochos tal cual. Solo varié el acompañamiento, cambiando el helado que propone Blanca por un poco de crème fraîche que tenía en la nevera y unas fresas, que me encanta combinarlas con el chocolate. 

              La verdad es que han sido todo un éxito ¡estas bombas están deliciosas! Son suaves, nada pesadas y tienen un sabor a chocolate espectacular. El cocinillas en cuanto las probó dijo que era uno de los mejores postres que había probado... No digo más jajajaja...


              Blanca, muchísimas gracias por habernos dejado que nos coláramos en tu cocina para disfrutar de esta deliciosa receta ¡ha sido todo un placer robarte! ;).

               Ingredientes (para 6 unidades)
              • 150 gr. de chocolate negro para postres 
              • 150 gr. de mantequilla sin sal
              • 75 gr. de chocolate blanco
              • 3 huevos grandes
              • 75 gr. de azúcar
              • Un poco mantequilla y harina para engrasar los moldes 

               Ingredientes para la decoración (opcional)
              • Azúcar glass
              • 4 cucharadas soperas de crème fraîche
              • Fresas 

                   Preparación

                  Pon a precalentar el horno a 200ºC, calor arriba y abajo.
                  Derrite el chocolate y la mantequilla en un bol al baño maría o al microondas, como tú prefieras. Si utilizas el microondas, hazlo a intervalos de 30 segundos para que no se queme. Deja que se temple.


                  En otro bol bate los huevos y el azúcar hasta que estén bien integrados y el color del huevo se haya aclarado un poco.


                  Una vez que ya esté templada añade la mezcla del chocolate y la mantequilla y mezcla hasta conseguir una masa homogénea y suave.


                  Engrasa los moldes con un poco de mantequilla y harina para que no se pegue el bizcocho. Rellena la mitad del molde con la masa, añade un trozo de chocolate blanco y cúbrelo con un poco más de masa.


                  Mételo en el horno entre 6 y 15  minutos. Es un rango un poco amplio, pero Blanca tardó unos 6 minutos en tenerlos listos y yo unos 15, así que dependerá de tu horno. Verás que están hechos cuando el bizcocho en los bordes esté firme y en el centro un poco más blando.


                  Deja que se templen unos minutos antes de retirarlos del molde con mucho cuidado. Verás que se desinflan un poco, sobre todo por el centro, pero en este tipo de masas sin harina es normal.

                  Puedes servirlos tanto templados como fríos, la única diferencia será el centro, que estará un poco derretido si siguen calientes o sólido si están fríos. Y los puedes comer directamente sin nada, con un poco de azúcar glass o chocolate en polvo por encima, con helado... o como nosotros, acompañados de un poco de crème fraîche y unas fresas ¡una combinación riquísima! 

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