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Channel: El Recetario de Lady Halcon
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Cochinillo asado al estilo segoviano y puré de calabaza y manzana dulce con frutos secos

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Como hoy no nos ha tocado el gordo, inauguramos la temporada de invierno con nuestra última receta otoñal y 100% de mi cocinillas, un amante de los asados y del cochinillo, ni os cuento ¡en cuanto lo ve se vuelve loco!
A mi, siendo sincera, el cochinillo ni me va ni me viene. La verdad es que no me suele gustar mucho su sabor cuando lo como y sigo prefiriendo comerme al cerdo grande por partes: sus jamones, sus costillas, sus cintas de lomo, etc. jaja.

De echo tuvimos un pequeño rifirrafe cuando decidió que iba a preparar esta receta para el blog por que yo no quería publicarla jeje. Lo siento, pero a mi ver el bicho así entero no me convence y, como ya os he dicho, no es un plato que me entusiasme.
Pero si adoráis al cochinillo, os gustará. Quizá yo le habría añadido algunas hierbas aromáticas para darle más sabor, pero eso también va a gustos... Lo mejor de todo es que el cochinillo al estilo segoviano es uno de los platos más sencillos y fáciles de preparar, solo requiere de tiempo ya que se hace al horno muy poquito a poco. Vamos, que puede ser un plato ideal para estas navidades ya que mientras se hornea el cochinillo puedes ir preparando otras cosas ricas para acompañarlo :).

En nuestro caso nos decantamos por un puré de calabaza con un toque dulce y ácido, toda una delicia cuando lo acompañas con los frutos secos por que cada cucharada te sabe diferente. 

 Ingredientes (4-6 personas)
  • Medio cochinillo (3-4 kg. aproximadamente)
  • 300 gr. de calabaza
  • 1 manzana verde Granny Smith
  • 1 manzana amarilla Golden
  • 2 cucharadas soperas de mantequilla sin sal
  • Frutos secos variados (nueces, avellanas, almendras, pasas, etc.)
  • Aceite de oliva o manteca
  • Miel
  • Brandy
  • Sal y pimienta
 Preparación

Pon a precalentar el horno a 200ºC.

Prepara la bandeja del horno con un dedo de agua y sobre ella coloca una rejilla donde irá el cochinillo.

Salpimienta el cochinillo y colócalo sobre la rejilla. Baja la temperatura del horno a 180ºC y mételo para que se hornee durante 2 horas. 
Cada 30 o 45 minutos revisa que siga quedando agua en el fondo, si ves que disminuye, añade más hasta llegar al dedo de agua ya que nunca se debe quedar sin.

Pasadas las 2 horas pinta el cochinillo con aceite de oliva o manteca por toda la superficie para que la piel sea más brillante y crujiente. Vuelve a meterlo en el horno a 225ºC entre 30 minutos o 1 hora, hasta que veas que la carne está bien hecha y la piel tostada.

Para preparar el puré, pela y corta en dados la calabaza y las manzanas. Reserva.
En una cazuela vierte un chorro de aceite de oliva y una cucharada de mantequilla a fuego medio. Deja que se derrita la mantequilla y añade los trozos de calabaza. Sofríe durante un par de minutos y añade las manzanas. Sofríe otro par de minutos y añade un chorrito de brandy. Deja que se evapore el alcohol durante unos minutos o flambea, como más te guste. 

Añade un chorrito de agua y deja que se cueza todo hasta que la calabaza y las manzanas estén blandas. Puedes ir añadiendo un poquito de agua si ves que se queda seco, ya que si no se pegará en el fondo. 

Una vez que estén blandos, chafa todo para hacer un puré y añade el resto de la mantequilla. Remueve hasta que se ligue todo y salpimienta. Añade la miel al gusto, hasta que tenga un toque dulce. 

Por último, cuando vayas a servir, añade los frutos secos por encima.
 
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Y como esta es nuestra última receta hasta después de navidades (¡antes de fin de año nos veremos de nuevo!), os deseamos que paséis una feliz navidad y que no os empachéis mucho... ¡Ah! Y sed buenos, os recuerdo que me llevo muy bien con Papa Noel ;)


Pollo al pimentón ahumado La Chinata con arroz basmati

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¡Hola! ¿Qué tal estáis llevando las fiestas? Nosotros estamos de vacaciones con la familia pero, como no queríamos pasar muchos días sin publicar una receta y no era plan de dejar a mis padres de lado para ponerme a escribir como una loca en el blog, hemos hecho un poquito de trampa y esta os la hemos programado ;)
La receta que os traemos hoy tiene el pimentón como protagonista. Y no uno cualquiera, sino el sabroso pimentón de la Vera. No te das cuenta de lo rico que está hasta que lo pruebas ¡vaya cosa hemos descubierto! Y ha sido gracias a La Chinata, que tuvieron la amabilidad de enviarnos un lote con sus tres variedades: dulce, picante y agridulce.
Desde que hemos recibido sus pimentones ahumados ya los hemos usado en un montón de platos: espinacas rehogadas, espaguetis con carne, cardo, etc. por que con muy poquita cantidad dan un sabor espectacular.

Por si queréis saber un poco más sobre esta marca, su nombre proviene del gentilicio del pueblo (Malpartida de Plasencia) donde nació el fundador de la empresa. La Chinata realiza sus pimentones eligiendo los mejores pimientos de los agricultores de la región de La Vera, secándolos de forma artesanal durante 15 días en diferentes secaderos con leña de encina o roble para pasar de ahí a la fase de limpieza y triturado, que termina con su paso por el sistema de molienda, formado por ocho molinos de piedra en línea, hasta su envasado bajo el control de la D.O.P. “Pimentón de La Vera”.
Y con este ingrediente tan delicado se nos ocurrió invitar a la familia a casa y preparar un pollo al pimentón, por que la combinación de estos sabores tenía que estar bien rica ¡y no fallamos! El toque ahumado dio un sabor muy rico al plato y el arroz basmati ayudó a redondear el plato, ya que aportaba un nuevo sabor que rebajaba el del pimentón cuando los combinabas.

Es un plato facilito, que no requiere de mucha elaboración y os aseguro que sorprenderéis a vuestros invitados si les presentáis esta combinación de sabores.

 Ingredientes (para 4 personas)
  • 4 pechugas de pollo
  • 1 cebolla morada
  • 3 ajos
  • 300 ml. de caldo
  • 250 ml. de nata espesa
  • 2 cucharadas pequeñas de pimentón de la Vera ahumado dulce La Chinata
  • 2 vasos pequeños de arroz basmati
  • 1 hoja de laurel
  • Aceite de oliva
  • Sal y pimienta
 Preparación

Corta las pechugas de pollo en tacos grandes, salpimiéntalas y vierte un poco de aceite de oliva sobre ellas. Con las manos, remueve todos los ingredientes para que los tacos queden bien cubiertos. Reserva.

Pela y corta las cebollas y los ajos en rodajas.

En una cazuela a fuego medio vierte un poco de aceite y, cuando esté caliente, añade la cebolla y el ajo. Remueve de vez en cuando para que no se pegue.
Cuando la cebolla comience a estar blanda y transparente, añade el pollo y vuelve a remover para que todo se mezcle bien. Deja que el pollo se haga hasta que empiece a dorarse.
Una vez que el pollo coja el tono dorado añade el caldo hasta cubrir todo y deja que se reduzca unos 15 minutos.
Añade la nata y el pimentón y remueve bien para que se mezcle todo. Deja que reduzca unos 5 minutos más y rectifica de sal o pimienta si hiciera falta.
Para preparar el arroz solo tienes que añadir en un cazo el arroz, la hoja de laurel, una pizca de sal y el doble de agua que de arroz, es decir, si has añadido 2 vasos de arroz tendrás que añadir 4 de agua. Déjalo cocer hasta que el agua reduzca y el arroz esté blando.

Y se acaba el 2013...

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Otro año casi sin darnos cuenta nos hemos plantado en el 31 de diciembre, dejando atrás otro año lleno de recuerdos.

Han sido casi 50 entradas (con sus respectivas historias y anécdotas) de las que nos habéis dejado cerca de 400 comentarios, todos ellos geniales, que nos han hecho ir avanzando en nuestras recetas e ir conociéndoos un poquito más, además de descubrir muchos blogs y personas fenomenales.

Y hemos crecido mucho, diría que a pasos tan agigantados, algo que casi podría decir que todavía me asusta... Justo hoy hemos llegado a los 1.200 en Facebook, además de los 450 que nos seguís por aquí y las otras redes... Creo que no podríais habernos hecho un regalo más bonito para terminar el año por que, aunque esto comenzó como un simple recetario para mi pésima memoria, se ha convertido en algo más grande y bonito gracias a todos los que estáis ahí.

Personalmente me llevo un año de contrastes, casi podría decir que ha sido tan bueno como malo y se ha cumplido el dicho de "una de cal y otra de arena", siempre que consideremos a la arena mejor que la cal ¿o es al revés? ¿alguien entiende este dicho? jajaja. En fin, que han sido muchas emociones, muchas buenas y malas noticias que me hacen sentir que este año acaba de nuevo con un sabor agridulce... 

Tranquilos, no voy a pasaros la lista de propósitos para el próximo año. De echo nunca la he preparado por que no me acuerdo de hacerlo con tiempo y estoy segura de que la acabaría perdiendo o cambiaría la mitad de lo que me hubiera propuesto jaja. Yo soy de las que repasa el año que dejamos atrás y quizá toma apuntes de las cosas que se quedaron en el tintero, como algunas recetas que al final no me dio tiempo mostraros, pero que llegarán ;).

Quiero acabar deseándoos que paséis una noche muy feliz, disfrutéis de la comida, la compañía y la fiesta. ¡Ah! y no os atragantéis con las uvas (o las mandarinas, pasas, conguitos, etc. que he oído que este año se llevan muchas cosas de moda jeje). 

Yo brindaré para que el 2014 sea un año feliz y dulce, para que se cumplan vuestros sueños y podamos seguir compartiendo nuevas recetas y recuerdos con todos vosotros.
Feliz y dulce 2014

Tarta de chocolate y café para celebrar mi cumpleaños

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¡Feliz día de Reyes a todos! SS.MM. los Reyes Magos nunca se olvidan de pasar por mi casa para dejarme tooooodos los años el mismo regalito: ¡un año más! Menos mal que suelo ser súper buena el resto del año y alguna cosita más me cae jeje.
¡Y este año me han traído el 33! La edad de Cristo, de adulta y de todo lo que queráis pero, como le decía hoy a una amiga, ¡sigo sintiéndome como si tuviera 18! Pese a que los niños ya me llamen señora jaja. Que trauma fue la primera vez que un niño me lo dijo en el metro... Y encima fue justo cuando cumplí los 30, casi me da algo jaja.

En fin, que me voy del tema... Al ser un cumpleaños no podía faltar una tarta y como no me decía por una nueva receta para probar, al final me decanté por repetir una que no os había enseñado aún: el pastel de chocolate y café que preparé para el 50 cumpleaños de mi madre.

Y menos mal que me decidí por esta, por que tengo el don de pifiarla cuando la tarta en cuestión es para mi. Cuando la preparo para el resto de la gente suele quedarme bastante decente, pero cuando es para mi... ejem, el don de la estética parece abandonarme jajaja. Mi idea era repetir una versión un poquito más pequeña de esta:
Y el resultado quedó con tan poca gracia que paso de poneros fotos jaja eso sí, no os puedo negar que la tarta quedó riquísima.

La combinación de chocolate y café siempre está deliciosa y el toque del mascarpone le da un poco de ligereza. Vamos, que para mi es una de las tartas ideales para celebrar un cumpleaños y quien la ha probado ha acabado dándome la razón jeje.

Y vosotros ¿habéis sido buenos y los reyes magos han pasado por vuestra casa? ¡Contadnos cositas! :)

 Ingredientes
  • 280 gr. de harina 
  • 250 gr. de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
  • 220 gr. de azúcar moreno
  • 150 gr. de azúcar blanca
  • 4 huevos grandes a temperatura ambiente
  • 75 gr. de chocolate fondant
  • 50 gr. de chocolate negro 60% de cacao para postres
  • 1 cucharada pequeña de extracto de vainilla
  • 250 ml. de leche a temperatura ambiente y una cucharada sopera de zumo de limón (o buttermilk)
  • 1 cucharadita bicarbonato sódico
  • 1/4 cucharadita sal
 Ingredientes para el relleno y la cobertura
  • 100 gr. de chocolate fondant
  • 75 ml. de nata
  • 500 gr. de mascarpone
  • 4 cucharadas soperas de azúcar glass
  • 1 cucharada pequeña de café soluble
  • Agua 
  • Sprinkles para decorar
    Preparación del bizcocho

    Si no tienes buttermilk puedes preparar algo similar mezclando 250 ml. de leche a temperatura ambiente y una cucharada sopera de zumo de limón o vinagre. Remueve bien para que se mezcle y déjalo reposar mientras preparas el resto de los ingredientes. En unos 10-15 minutos tendrías que ver que comienza a espesar.

    En un bol tamiza la harina, la sal y el bicarbonato y reserva. Por último derrite la mezcla de los dos chocolates en el microondas o al baño maría y reserva también. Recuerda que si lo haces en el microondas tendrá que ser a intervalos de 15 - 30 segundos para que no se queme.
    Pon a precalentar el horno a 180ºC, calor arriba y abajo, engrasa el molde donde lo vayas a hornear con un poco de mantequilla y harina y ya podemos comenzar a preparar la masa :).

    Corta la mantequilla a dados y mézclala con los dos azúcares hasta que sea una masa homogénea, espesa y sin grumos.
    Añade los huevos uno a uno, esperando a que se incorpore bien a la masa el primero para añadir el siguiente. Cuando hayas añadido todos los huevos, vierte la cucharada de vainilla y bate un minuto para que se mezcle. Continúa vertiendo todo el chocolate derretido que tenías reservado y sigue batiendo hasta que la masa tenga un color homogéneo. 
    Divide la mezcla de la harina, sal y bicarbonato en tres partes y añádelas a la masa intercalando entre ellas el buttermilk y, al igual que con los huevos, no añadas la siguiente tanda hasta que no esté totalmente incorporado a la masa. Es decir, comienzas con los ingredientes secos, añades la mitad del buttermilk, otra vez los secos, la otra mitad del butermilk y por último el resto de los ingredientes secos. Bate todo hasta que tengas una masa esponjosa y homogénea.

    Pesa la masa y repártela en dos para que te salgan los bizcochos con la misma medida. Puedes usar dos moldes iguales o hacerlo en dos tandas. Alisa la parte superior de la masa con una espátula para que suba lo más recto posible. 
    Mételo en el horno entre 30 - 50 minutos, hasta que pinches la masa con un palillo y éste salga limpio. Nunca abras el horno antes de los 30 minutos ya que lo más probable es que el bizcocho se hunda.

    Deja enfriar los moldes sobre una rejilla durante 15 minutos y, pasado este tiempo, desmóldalos y deja que los bizcochos se enfríen por completo sobre la rejilla.

    Cuando ya estén completamente fríos, envuelve cada bizcocho en papel film y mételos en el frigorífico toda la noche. Te recomiendo que no te saltes este paso por que el bizcocho queda mucho más compacto y manejable lo que te ayudará a que no se rompa.
     Preparación del relleno

    Calienta en un vaso un dedo de agua y añade una cucharada pequeña de café soluble. Remueve hasta que se disuelva por completo y reserva.
     
    Bate el queso mascarpone junto con el azúcar glass y sin dejar de batir ves añadiendo cucharadas pequeñas de café hasta que consigas el sabor que más te guste. Yo esta vez le añadí unas seis. Puedes añadir un poco más de azúcar glass si lo quieres más dulce.

    Si no lo vas a usar de inmediato, guárdalo bien tapado en la nevera.

     Preparación de la tarta

    Corta los dos bizcochos por la mitad, intentando que cada parte te quede con la misma altura. Si hiciera falta elimina la parte superior para que sean lo más rectos posible, ya que te ayudará mucho a la hora de montarlo. Reserva.
    En el centro de la bandeja donde lo vayas a presentar coloca un poquito de relleno en el centro y el primer bizcocho encima, así no se moverá. Cubre el resto de la bandeja que queda libre con papel de hornear para que no se ensucie.
     
    Antes de colocar el relleno puedes mojar los bizcochos con un poco de almibar. Yo esta vez este paso me lo salté por que quedaron muy jugosos y no quise añadirle más azúcar. 
     
    Reparte el relleno en tres partes iguales, coloca una de ellas sobre el primer bizcocho y extiéndelo hasta cubrir toda la superficie del bizcocho. Ves intercalando bizcocho y relleno hasta acabar con todos los ingredientes.
     
    Para terminar, derrite el chocolate restante con la nata y viértelo por la parte superior del bizcocho. Puedes acabar adornándolo con sprinkles o frutos secos.  
     
    Y aquí me podéis ver concentradísima soplando las velas de mi tarta con poca gracia jeje. 

    Cinco ensaladas con toques dulces

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    Ahora que ya hemos pasado las navidades, las comilonas y se han acabado la excusas para ponernos hasta arriba de turrones, mantecados y demás delicias, toca cuidarnos un poquito más ¿verdad? Al menos, en mi caso, es el propio cuerpo que me está pidiendo una cura de desintoxicación y solo me pide cosas ligeritas y que no llenen mucho (es que no sabéis lo que llego a comer en fiestas, siempre acabo mala...)

    Una cosa que me gusta mucho cuando ando con poco apetito son las ensaladas. Eso sí, no tiene que ser únicamente de lechuga y me encanta mezclar un sinfín de ingredientes. Y si le incluimos algún toque dulce o fruta, directamente me vuelve loca. No lo puedo evitar, me encantan los dulces hasta en la comida salada jajaja.

    Así que con esta idea he preparado este post colaborativo recopilando diferentes ensaladas que he encontrado en los blogs que pertenecen a la Red Facilisimo, y de la que somos parte casi casi desde sus inicios. Si aún no la conocéis os invito a que visitéis su web y disfrutéis con todos los blogs que la forman, os aseguro que disfrutaréis muchísimo. A mi me ha servido para conocer muchos blogs con recetas riquísimas ¡y los que me quedan por descubrir!.  

    Comencemos con las cinco propuestas...

    Esta ensalada con rulo de cabra es del blog ¿Cuántas horas tiene el día? Tiene un montón de cosas ricas como nueces, avellanas, zumo de naranja, tomates cherry confitados... ¿buena pinta verdad? Pero lo que realmente me ha enamorado de esta ensalada es el detalle de los medallones de queso de cabra y el membrillo en forma de corazón ¡esta idea me la apunto para alguna cena chachi! ;)
    Esta ensalada de peras con roquefort y nueces la encontré en el blog Mis Cosillas de Cocina. El queso con las nueces y la pera queda riquísimo, así que esta ensalada tiene que estar genial. 
    La siguiente receta la encontré en el blog de Llámame tonto, pero dame pan. Una ensalada de bacalao y mandarinas de lo más sencilla, pero que debe quitar el "sentío" al probarla. Me encanta el pescado en ensalada y si es bacalao ¡ni te cuento! Por cierto, el plato donde la presenta me ha parecido de lo más original ¿no creéis?
    Otra ensalada con bacalao, pero esta vez ahumado y acompañado de pomelo, nueces y una vinagreta de mermelada de arándanos. Cada vez que veo las recetas que nos presenta Mara, del blog Mara en Gredos me dan ganas de irme a vivir a su casa jajaja ¿a que tiene una pinta espectacular?
    Esta ensalada es directamente para guardarla en la vitrina de lo bonita que es. Los pétalos de flores en la comida todavía me siguen pareciendo una cosa alucinante y en esta ensalada templada de langostinos y manzana con vinagreta de higos quedan espectaculares. El artífice de este plato es Ettore Cioccia, del blog Bavette

    Ya sé que os dije cinco, pero esta receta va de regalo por que esta ensalada tibia de langostinos al cardamomo con vinagreta de aguacate, dulce, dulce no es... Pero es que me ha gustado tanto la forma que tiene Oh my cook de presentar sus recetas con unos bonitos vídeos y mejor música que no he podido resistirme ;)
     

    ¿Qué os han parecido? ¿Os animáis a incluir en vuestras comidas ensaladas con toques dulces?

    Falafel con salsa de yogur - CWK

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    Después del parón navideño ya han vuelto los retos de Whole Kitchen ¡Qué ilusión! Por que el gusanillo de empezar a probar cosas nuevas estaba empezando a aparecer... jeje.
    Además, cuando vi que este mes nos proponían preparar la receta del falafel, me pareció una idea genial por que a mi me encantan pero nunca se me había ocurrido prepararlos en casa.

    ¡Y vaya descubrimiento hemos hecho! Estas delicias árabes quedaron igual de ricas o (modestia aparte jaja) casi podría decir que más ricas que las que hemos comido en los restaurantes de comida árabe o turca. Además, son súper fáciles de preparar y lo mejor de todo es que ¡se pueden congelar! Nosotros ya tenemos preparada nuestra reserva para alguna cena de última hora ;).

    Os voy a contar un poquito lo que he conocido a través del CWK sobre esta rica comida típica de Oriente Medio. Hay varias versiones sobre cual es su origen... Unos creen que pueden proceder de la India, donde se cocinaba algo parecido con pan especiado, y otros que proviene de los antiguos egipcios. Pero oficialmente su origen es desconocido aunque ya se hablaba de ellos en las épocas bíblicas.
    Como curiosidad, la palabra árabe filfil, de la que proviene el nombre de falafel, significa pimiento, pero el falafel que al final triunfó y se considera el tradicional se realiza con habas, garbanzos o una mezcla de ambos y nunca se cuecen, se prepara con la legumbre cruda después de haber estado en remojo. Este plato se sirve habitualmente en pan pita, acompañado de tahina (salsa de ajonjolí), hummus (crema de garbanzo) y una variedad de ensaladas. 
    Por cierto, si queréis preparad esta receta pensadlo un día antes para que pongáis los garbanzos en remojo o acabareis como yo, un miércoles a las diez de la noche picando garbanzos y demás ingredientes por que se me pasó leer en todas las recetas que vi (y fueron unas cuantas) que los garbanzos cocidos no sirven... En fin, es el resultado de una semana estresante jeje.

    Os recomiendo que los probéis, es un plato muy sencillo, rápido y está muy rico. Además, es una manera distinta de comer legumbres, que nunca va mal. Si los queréis hacer un poquito más light podéis prepararlos al horno.
    Whole Kitchen, en su Propuesta Salada para el mes de enero, nos invita a preparar un clásico de la cocina árabe: Falafel

     Ingredientes (para 20 unidades aproximadamente)
    • 300 gr. de garbanzos sin cocer
    • 1/2 cebolla grande
    • 2 dientes de ajo
    • 10 gr. de perejil fresco (y cilantro si os gusta)
    • 1 cucharada pequeña de comino molido
    • 1/2 guindilla pequeña
    • 1 cucharada pequeña de levadura en polvo
    • 1 cucharada pequeña de sal 
    • Pimienta negra
    • Aceite de girasol y aceite de oliva suave
    • Agua
     Ingredientes para la salsa de yogur
    • 1 yogur natural sin azúcar
    • 1/2 limón
    • 1 ajo
    • Unas hojas de hierbabuena fresca (o menta)
    • 2 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra
    • Sal y pimienta
       Preparación del falafel

      Deja los garbanzos cubiertos de agua como mínimo 12h. Lo ideal son 48h (tuvimos la paciencia de hacerlo), así que si los vas a dejar más tiempo, acuérdate de cambiar el agua a las mitad de las horas, es decir, en nuestro caso el cambio de agua fue a las 24h. Una vez haya pasado este tiempo y los garbanzos estén bien hidratados, retira el agua, lávalos y escúrrelos bien. 
      Ahora tenemos que triturar y picar todos los ingredientes. Yo lo hice con la ayuda de una picadora estilo 1, 2, 3, en varias tandas ya que no me cabían todos los ingredientes a la vez, e iba juntando los ingredientes en un bol aparte.

      Comenzamos triturando los garbanzos crudos hasta conseguir una textura arenosa, pero no hay que pulverizarlos. Como veis, yo me decanté por una arena gorda jaja :).
      Seguimos triturando el perejil, la cebolla, los ajos y la guindilla...
      Y por último añadimos la levadura, la sal, el comino y la pimienta. Una vez que esté todo bien mezclado, coge medio vaso pequeño de agua y ves añadiéndola poco a poco hasta que veas que la pasta se compacta. Déjala reposar entre media y una hora.

      Pasado este tiempo ya podemos darle forma a los falafel. Nosotros los hicimos de un tamaño parecido a la pelota de ping pong y los aplastamos como si fueran unas mini hamburguesas, pero podéis hacerlos del tamaño y la forma que más os gusten. Si ves que la masa te ha quedado húmeda y no se forman bien las bolas, puedes añadir un poco de pan rallado o harina para que se compacte más.
      Cuando tengas todos los falafel preparados, en un cazo o sartén vierte abundante aceite suave hasta que cubras por completo los falafel. Nosotros utilizamos una mezcla de aceite de oliva suave y aceite de girasol. Fríelos a fuego medio-alto hasta que tengan un tono dorado por ambos lados, sácalos de la sartén y déjalos reposar sobre una servilleta de papel para que absorba el aceite sobrante.

      Por cierto, si te han salido muchos y no te los quieres comer de golpe no los frías todos ¡se pueden congelar crudos! Para freírlos otro día solo tienes que meterlos directamente en una sartén con el aceite bien caliente y sin descongelar (como si fueran una croquetas congeladas). ¡Nosotros ya tenemos unos cuantos congelados!

       Preparación de la salsa de yogur

      Para preparar la salsa de yogur solo tienes que picar muy bien el ajo, mezclarlo con el yogur y añadir el zumo de medio limón, el aceite de oliva, la sal y la pimienta al gusto. Por último puedes añadir unas hojas de hierbabuena o menta bien picadas para darle un toque más oriental :).

      N1 Gourmet, una bodega extremeña con mucha historia

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      Hoy no me acerco con una receta, pero sí a mostraros un producto que he descubierto gracias a una de las campañas de BlogonBrands que me ha encantado.
      En casa no somos muy dados a tomar vino, solemos reservarlo para cuando tenemos visita o preparamos alguna comida especial, quizá sea por que nuestro gusto es bastante diferente. Mi cocinillas disfruta más con un buen tinto y yo me pierdo por un suave vino blanco de aguja... Así que nuestro punto intermedio, cuando nos da por tomar vino, acaba siendo el rosado jeje.

      Así que cuando me propusieron la campaña de Bodegas N1 Gourmet con la que íbamos a poder degustar dos vinos blancos y un rosado me lo pensé un poco por que no sabía si los íbamos a probar a tiempo, pero ahora que lo hemos hecho ¡estoy encantada de haberles descubierto!
      Fuente: web deBodegas N1 Gourmet
      La historia de Bodegas N1 Gourmet parece sacada de un libro de aventuras o una película de las buenas, de las antiguas ;). Sus inicios se remontan a principios del siglo XIX, cuando el comerciante británico del puerto de Farleigh, Thomas Reynolds, suministraba víveres y vino de Oporto a la Armada Británica.

      En 1825 la familia Reynolds-Hunter decidió viajar a Portugal y fundó una compañía de vinos llamada “Thomas Reynolds & Company Ltd.”. A partir de entonces utilizaron sus propios almacenes de Oporto para exportar el preciado vino y otros productos a su comercio de Londres.

      Generación tras generación fueron transmitiéndose esta filosofía de vida y trabajo en torno al vino, que acabó convirtiéndose en una referencia en la zona del Alentejo portugués para ampliarse posteriormente a tierras españolas, más concretamente en Tierra de Barros, Extremadura, donde los descendientes de Thomas Reynolds regentan actualmente Bodegas N1 Gourmet.
      ¿A que mola la historia? Yo cuando la leí me imaginé barcos enormes llenos de barricas de oporto y vino, océanos embravecidos, capitanes y piratas... Uff, creo que esto de que mi cocinillas juegue en el salón al Assassins Creed 4 me está afectando jajaja. Volvamos a la realidad...

      Gracias a las tierras en las que cultivan las uvas, sus vinos tienen la certificación de Vino de la Tierra de Extremadura (Denominación Geográfica Protegida) y la D.O. Ribera del Guadiana. Además desde Bodegas N1 Gourmet se preocuparon mucho en hacer buenos vinos y realizaron diversas inversiones en excelentes enólogos, equipamiento y elaboración.
      Y ahora que os hemos explicado un poquito quienes son ellos, os contamos qué nos ha parecido sus vinos. Al final hubo un pequeño cambio y recibimos una caja con uno de cada: un rosado semidulce de aguja, un blanco semidulce también de aguja y uno tinto. 

      La presentación del embotellado y las etiquetas me encantó. Es sencilla, limpia y moderna. Me llamó la atención la frase en inglés que acompaña a todas las botellas "True Spanish gourmet experience", quizá por la falta de costumbre de ver en nuestros productos lemas en inglés jeje.   
      No os voy a aburrir con temas de catas y demás por que, primero, no tengo ni la más remota idea (os podría copiar su explicación pero paso de poner cosas que no entiendo jeje), y segundo, ellos mismos nos comentaron en la carta que adjuntaban con las botellas que huían de ciertos esnobismos, que nos relajáramos y disfrutáramos del vino... Y eso hicimos :). Si sois entendidos en la materia y os interesa saber algo más técnico, en su web encontraréis la descripción y lass catas de cada vino.

      El primero que probamos fue el rosado semidulce de aguja, aprovechando que venía la familia para celebrar mi cumpleaños y que Bodegas N1 Gourmet lo indicaban como un "vino equilibrado ideal para iniciarse al mundo del vino". Lo servimos bien fresquito y aquí hubo disparidad de opiniones: a la parte femenina de la mesa nos encantó, pero a la masculina les pareció demasiado dulce. Para mi que fuera dulce no fue ningún problema, ya sabéis que yo le pondría azúcar a todo jaja. Me pareció un vino suave, con un sabor muy agradable y que combina tanto con platos salados ligeros como con dulces.
      Para el vino blanco y el tinto nos tuvimos que poner las pilas y probarlo por nuestra cuenta jeje, que por varias cosas tuvimos que ir retrasando otras celebraciones...

      Con el vino blanco semidulce de aguja pasó igual que con el rosado, para mi cocinillas resultó demasiado dulce y afrutado y en cambio a mi me encanto. Y como ya adivinaréis, con el vino tinto Selección Roble pasó al revés jaja. Le gustó mucho su sabor, elaborado con uva de la variedad Tempranillo. Así que ya veis, para gustos colores :).

      Sobre sus precios, he visto que los vinos de aguja rondan los 4€ y el vino tinto selección Roble cerca de 9€. 

      Muchas gracias a Bodegas N1 Gourmet por habernos dado la oportunidad de probar sus vinos, hemos disfrutado muchísimo con la experiencia.

      Pizza casera de lacón y queso provolone

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      Cuando comienza febrero parece que la pesadez de las comidas navideñas se va quedando atrás y empiezan a apetecernos platos más consistentes, ricos y, sobre todo, calentitos ¡que vaya días de frío estamos teniendo!
      ¿Os pasa lo mismo a vosotros? La verdad es que no sé por que me pasa, supongo que al cambiar de mes los remordimientos por los atracones que me he metido se me olvidan y ya no me siento culpable cuando le hinco el diente a una pizza tan rica y fácil como la que os traigo hoy.

      Aunque he de confesaros que esta vez he hecho un poquito de trampa y la que os muestro aquí la preparé antes de navidades jeje pero, como ya os he dicho, he tenido que esperar a que se me pase el sentimiento de culpa post-navideño para poder mostrárosla ¡con lo rica que estaba!
      Lo que más me gustó, además de su rico sabor, fue su preparación. Os aseguro que fue de lo más fácil. Sólo tienes que preparar la masa (si la quieres aún más fácil puedes comprarla preparada, pero el sabor no es lo mismo...) y poner un par de ingredientes encima y listo, ya tienes tu pizza. Además, se sale un poco de la típica pizza tradicional así que es ideal para combinar con otras cuando tienes invitados en casa, como hicimos nosotros y quedaron encantados, o para disfrutarla en una noche de pizza y peli ;).

       Ingredientes (para 4 raciones)
      • 250 gr. de preparado para pizza (harina con la levadura incorporada)
      • 125 ml. de agua templada
      • 3 cucharadas soperas de aceite de oliva suave
      • 1/2 cucharada pequeña de sal
      • 200 gr. de queso provolone
      • 200 gr. de lacón
      • Pimentón dulce al gusto 
      • Pimienta molida
      • Aceite de oliva virgen extra
       Preparación

      Para ir un poquito más rápido yo usé la KitchenAid para hacer la masa, pero si queréis hacerla a mano os dejo el enlace a esta receta para que veáis como preparé la masa sin batidora, os aseguro que no se tarda nada y queda igual de buena.

      Si hacéis la masa con la batidora, tenéis que meter en el bol la harina, la sal y el agua templada y batir durante un par de minutos. Pasado este tiempo añade las 3 cucharadas soperas de aceite y sigue batiendo unos minutos más hasta que se convierta en una masa homogénea y no esté pegajosa.
      Una vez que tenga esa consistencia haz una bola, métela en un bol y deja que repose entre media y una hora, tapada con un trapo para que la masa fermente bien.

      Pasado este tiempo, pon a precalentar el horno a 240ºC calor arriba y abajo.

      Cubre la bandeja del horno con papel para hornear, vierte unas gotas de aceite y extiéndelo por toda la superficie, así evitarás que la pizza se pegue. Coloca la bola de masa encima y con las manos untadas en aceite estírala hasta cubrir toda la superficie o hasta que tenga el grosor que más te guste.

      Corta el queso a dados, repártelo por toda la masa y añade un poco de pimienta molida por encima...
      Y el lacón cortado a trozos.

      Mete la pizza al horno durante 25-30 minutos, o hasta que veas que la masa tiene un tono dorado y el queso se ha derretido ¿fácil verdad?

      Ya solo queda sacar la pizza del horno, espolvorear el pimentón que quieras por encima y verter un buen chorro de aceite de oliva virgen justo antes de servir ¡os chuparéis los dedos!  

      Guiso de rape

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      La receta que os traigo hoy es para un día especial, de esos en los que quieres homenajear a alguien con un plato tan rico que no podrá evitar chuparse los dedos en cuanto lo pruebe.
      Así que teniendo tan cerquita el día de San Valentín ¿qué os parece preparar a vuestra pareja este guiso de rape? No hace falta salir de casa ese día para comer algo especial, lo podemos preparar nosotros mismos y de forma muy sencillita. Por que otra cosa no, pero preparar un guiso no suele ser una tarea difícil. Entretenida sí, pero una vez que hemos metido todo en la olla, el plato se hace solo.

      Lo que nos deja tiempo libre para continuar con algún postre amoroso... Os pongo este enlace a los postres que os propuse otros años por si queréis alguna idea más pero, por favor, cuando veáis las fotos no salgáis corriendo jajaja.
      Volviendo al guiso, he de deciros que a mi me encantó, pero es que yo con este pescado me vuelvo loca, al igual que con el salmón. Me encantan y no me canso de comerlos... Y muchos pensaréis ya, hasta que te tocara comerlo todos los días... Pues esa prueba la hice en Noruega, estuve más de diez días desayunando y, siempre que podía, comiendo o cenando salmón y no hubo manera, no me cansé jaja. Con el rape no he podido hacerlo, que tampoco es plan de dejarnos el sueldo por hacer la prueba :P.

      Este guiso es suave, sencillo y nada pesado, por lo que se puede comer tanto en la comida como en la cena, si reducimos un poquito la cantidad que servimos. El rape es el protagonista, pero el resto de verduras que le acompañan acaban de darle un sabor tan rico, que no querrás que se acabe el plato.

       Ingredientes (para 3-4 personas)
      • 1 cola de rape
      • 5 patatas medianas
      • 1 puerro
      • 1 rama de apio
      • 1 cebolla
      • 3 ajos
      • 125 gr. de champiñones
      • 1 cucharada sopera de concentrado de carne de pimiento choricero 
      • Agua o caldo de pescado
      • Un poco de perejil fresco
       Preparación

      Corta la cola de rape en rodajas y reserva en la nevera.
      Trocea las patatas y pica el resto de verduras. En una olla añade un buen chorro de aceite a fuego medio y cuando esté caliente mete la cebolla, el ajo y el puerro. Sofríe hasta que la cebolla comience a estar blanda y transparente. 
      Añade las patatas y el apio, remueve y rehógalo un par de minutos más. Añade agua o caldo de pescado hasta cubrirlo todo y cuécelo durante unos 20 minutos a fuego medio, hasta que la patata comience a estar tierna.
      Pasado este tiempo, añade una cucharada sopera de concentrado de carne de pimiento choricero y salpimienta. Remueve para que se mezcle bien y añade los champiñones.
      Y por último, salpimienta las rodajas de rape y añádelas al guiso colocándolas encima para que no se rompan. Deja que cueza durante 10 minutos aproximadamente, hasta que veas que el rape está hecho.
      Si puedes dejar que repose un ratito mejor, que los guisos reposados siempre están más ricos :). Antes de servir puedes picar un poco de perejil fresco y ponerlo por encima.

      Boeuf Bourguignon o Guiso de carne en vino tinto, con bacon, cebollitas y champiñones de Julia Child - CWK

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      La receta que os traemos hoy es una de esas con las que puedes empezar diciendo "agárrate que vienen curvas..." por que prepararla y escribírosla nos ha llevado lo suyo jeje.
      Whole Kitchen, en su propuesta salada para el mes de febrero, nos invita a preparar un clásico de la cocina francesa: Boeuf Bourguignon.

      No os voy a mentir. Cuando vi la propuesta pensé "¡oh, un estofado! Con el frío que hace apetece mucho y mola". Cuando vi que Julia Child había hecho este plato pensé "¡esto va a molar mucho!". Pero cuando nos leímos bien toda la receta y nos pusimos con ella mis pensamientos pasaron a "esto ya no mola tanto..." y mi cocinillas se unió a ellos jaja.

      No es una receta fácil. Bueno, fácil quizá sí que sea, pero el problema es que es muy elaborada. Para nosotros ha sido uno de esos guisos que tienes que hacer una vez en tu vida para poder vacilar de que tú has preparado un "Boeuf Bourguignon" pero que sabes que no la vas a volver a preparar... Pese a que es un guiso que está de vicio y del que no has dejado ni las migas del pan que has untado en la salsa.
      Al menos hoy en día hacemos una versión reducida de este plato por que al principio ¡se cocinaba durante dos días! ¿Os imagináis? Yo no sé si tendría la paciencia suficiente jeje. Esta receta francesa se originó en la región de la Borgoña, aunque parece ser que no es de las más antiguas ya que la publicó Auguste Escoffier por primera en 1903, quien utilizó una pieza completa de buey para prepararlo e hizo que formara parte de la alta cocina. Pero fue Julia Child quien realmente la popularizó y la facilitó un poquito más, troceando la carne y reduciendo el tiempo de preparación ¡menos mal!

      Nosotros hemos variado alguna cosilla, como por ejemplo las cebollitas francesas por que no las encontramos y en su lugar usamos cebollas echalotte. También redujimos la preparación de éstas y de los champiñones, por que ya no teníamos fuerzas jaja.
      Pese a todo esto, os recomiendo que probéis a preparar este guiso una sola vez. Que gastéis una mañana del domingo (si os levantáis tempranito) o una tarde del sábado en prepararlo, por que cuando lo comáis disfrutaréis muchísimo. El sabor que tiene la carne y la salsa es realmente bueno, es el sabor de los guisos de toda la vida que se hacen poquito a poquito, con mimo y con paciencia... Y si esto no os convence, prepararlo solo por vacilar ;) jajaja.

      Como siempre que se trata de Julia Child, nos basamos en la traducción del blog Entre ollas anda el fuego, que lo hacen siempre fenomenal.

       Ingredientes (para 6 personas)
      • 1.200 gr. de ternera cortada a tacos
      • 175 gr. de bacon ahumado
      • 2 zanahorias pequeñas
      • 1 cebolla
      • 375 ml. de vino tinto
      • 375 ml. de caldo de carne
      • 1 hoja de laurel
      • 1 ramita de tomillo
      • 1 cucharada de tomate concentrado
      • 2 dientes de ajo
      • 250 gr. de cebollas Echallote 
      • 500 gr. de champiñones
      • 6 cucharadas soperas de mantequilla
      • Sal y pimienta 
      • Harina
      • Aceite de oliva
       Preparación

      Pela todas las verduras. Corta la cebolla y las zanahorias en rodajas y reserva todo.
      Retira la piel del bacon y corta todo a tiras o, como dice Julia Child, en forma de lardons de 6 mm. de ancho x 3,5 cm. de largo.
      Pon a precalentar el horno a 230ºC calor arriba y abajo y con la bandeja a media altura.

      En un cazo con abundante agua añade las tiras de bacon y deja que cuezan durante 10 minutos. Pasado este tiempo, sácalas del cazo y escúrrelas bien.

      En una cazuela apta para el horno vierte una cucharada de aceite de oliva. Ponla a fuego medio y espera a que esté caliente para añadir el bacon y sofreirlo durante 2 o 3 minutos, hasta que empiece a estar dorado. Sácalo con la ayuda de una espumadera y reserva.
      Seca la carne con papel de cocina para que sea más fácil dorarla. 
      En la misma olla donde preparaste el bacon añade la ternera cortada a dados para freírla en varias tandas y poniendo pocas piezas en cada una de ellas. Cuando esté dorada, retírala de la olla y resérvala junto al bacon.
      Ya solo nos quedan las verduras, así que en la misma olla donde hemos preparado el bacon y la carne, metemos las zanahorias y la cebolla que hemos cortado en rodajas. Una vez que estén doradas, retíralas de la olla y tira la grasa sobrante.

      Vuelve a meter la carne, el bacon y las verduras en la olla, salpimienta y añade un par de cucharadas soperas de harina. Agita la olla para que se mezcle todo bien y la harina de adhiera a la carne. 
      Mete la olla en el horno 4 minutos, sácala para volver a agitar todos los ingredientes y vuelve a meterla otros cuatro minutos. Este vaivén ayudará a que la carne se dore y cubra con una ligera costra. Pasado este tiempo, saca de nuevo la olla y baja el horno a 160ºC.

      Añade el vino y el caldo hasta que cubra un poco la carne y remueve. Añade el laurel, la cucharada de tomate concentrado, los ajos picados y la ramita de tomillo y vuelve a remover. Ponlo al fuego hasta que comience a hervir, tapa la olla y métela de nuevo en el horno, esta vez con la bandeja en la parte inferior del horno.

      Deberá cocer durante 3 o 4 horas metido en el horno, así que regula la temperatura hasta que veas que empieza a cocer. Nosotros tuvimos que subirla a unos 200ºC. La carne estará bien cocida cuando se rompa fácilmente con un tenedor.

      Mientras se hace la carne podemos seguir preparando el resto de ingredientes.

      Para las cebollas Echallote (o cebollitas)

      Nosotros hemos hecho una versión más sencilla. Pon una cucharada de aceite y otra de mantequilla en una sartén a fuego medio y, cuando comience a hervir, añade las cebollas. Saltéalas durante 10 minutos aproximadamente, hasta que veas que empiezan a tener un tono dorado por todos los lados. Salpimienta y añade medio vaso de caldo o de agua y deja que se hagan unos 15 minutos más, o hasta que veas que están blanditas. Retira de la sartén y reserva. 

      Para los champiñones

      Lávalos muy bien para quitarles toda la tierra. Corta los pies en dos o tres partes y la parte del sombrero en cuartos o tercios.
      En una sartén a fuego fuerte añade 4 cucharadas de mantequilla y dos cucharadas de aceite. Cuando la mantequilla se deshaga, añade los champiñones y saltéalos durante 5 minutos aproximadamente o hasta que veas que han comenzado a dorarse. Retíralos del fuego y reserva.
      Cuando hayan pasado las 3-4 horas y la carne ya esté tierna, retira la salsa de la olla con la ayuda de un tamiz sobre otra olla y resérvala. Añade las cebollitas y los champiñones a la carne.

      Espuma la grasa de la salsa mientras dejas que hierva un par de minutos a fuego lento. Rectifica el punto de sal o pimienta si hiciera falta y vuelve a echar la salsa sobre la carne y las verduras.

      Como acompañamiento nosotros preparamos unos sencillos guisantes cocidos y rehogados con un poco de mantequilla que quedaron riquísimos, pero puedes hacer unas patatas cocidas, un poco de pasta con mantequilla o cualquier cosa que te guste ;).
      Puedes servir inmediatamente o dejar que repose hasta el día siguiente. Si quieres que repose, déjalo enfriar y mételo en la nevera para que no se estropee. Al día siguiente solo tendrás que volver a calentarlo a fuego medio-bajo.

      Flan de licor de chocolate y cerezas y la caja Degustabox de enero

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      Ahora mismo estáis viendo una auténtica primicia (no sé si deciros culinaria o existencial) por que, aunque parezca mentira después de algunas de las recetas que he publicado ¡estáis ante mi primer flan!
      Sí, señoras y señores, con 33 años y sin haber preparado nunca un flan de sobre... ¡Qué vergüenza! jaja. En fin,  que no sé muy bien porqué no me había dado por prepararlo en casa pero en cuanto vi el paquete de flan clásico en la caja de Degustabox no lo dudé ni un segundo y decidí que iba directo al blog. Simplemente porque me hacía ilusión prepararlo... una que es así de sencilla jaja. 

      Así que como podéis ver el culpable de que haya preparado mi primer flan ha sido Degustabox, que tan amablemente nos envió esta caja un montón de cositas para probar. Después de la receta encontraréis nuestras impresiones sobre los productos que hemos recibido y si os animáis a comprarla ¡tenéis hasta un descuento! 
      Volviendo al flan. Aunque a mi me habría hecho la misma ilusión publicar un simple flan, sabía que quizá a vosotros no tanto... Así que me puse a investigar para hacer algo diferente y encontré que había bastantes recetas de flanes con diferentes licores y de repente recordé un licor que descubrimos estas navidades de chocolate y cerezas riquísimo.

      Por una vez me lancé a probar a ver qué tal quedaba (hasta mi cocinillas se sorprendió de mi osadía jaja) y he quedado contentísima con el resultado. El licor solo ya está bien rico, pero en flan queda delicioso. Tiene el suave punto a chocolate sin perder sabor de las cerezas, que resalta mucho más.

      No sé qué os parecerá a vosotros, pero yo estoy pletórica después de haber probado mi primer flan jaja.
       Ingredientes (para 5 raciones)
      • 1 sobre de flan clásico Dr. Oetker
      • 500 ml. de leche
      • 3 cucharadas soperas de azúcar blanco
      • 80 ml. de licor de chocolate y cerezas
       Preparación

      Mezcla la leche y el licor de chocolate y cerezas.

      En un cazo añade el azúcar y el contenido de un sobre de flan clásico y vierte poco a poco la leche mientras remueves con una varilla hasta que se deshaga todo.

      Pon el cazo a fuego medio y sin parar de remover, lleva la mezcla a ebullición.

      Retira el cazo del fuego y reparte el líquido entre los moldes.

      Déjalos reposar unos 10 minutos y mételos en el frigorífico como mínimo 2 horas para que cuajen.

      Si queréis preparar el caramelo, tenéis que poner en una sartén o cazo 1 cucharada sopera de agua y 1 de azúcar por cada ración. Es decir, si quieres hacer los 5 flanes tendrás que poner 5 cucharadas de agua y 5 de azúcar. Lo dejas a fuego medio sin remover hasta que tenga un todo dorado y listo. Es muy fácil pero cuidado al manejarlo, que las quemaduras de caramelo son de las peores.


       Caja Degustabox

      Por si no lo conocéis, Degustabox es una empresa de suscripción mensual a un kit de productos nuevos (no muestras) de grandes marcas, dónde puedes encontrar de 13 a 16 productos. A mi me llamó mucho la atención este sistema de cajas mensuales con productos sorpresa por que puedes probar muchas cosas que a lo mejor en el súper te pasan desapercibidas.
      Si te animas y quieres probar una de sus cajas ¡tenemos un descuento! Cuando te registres en su página, añade el código promocial 7FT9W y el precio final será de 9,99€ en vez de 14,99€(gastos de envío incluidos) ¿no está mal, verdad?

      Y si quieres conocerles un poquito más, descubrir qué recetas puedes preparar con algunos de los productos que han incluido en sus cajas o contactar con ellos, puedes pasarte por su página de Facebook o su Twitter, como veis están en todos los lados jaja.

      Vamos a enseñaros lo que contenía la caja del mes de enero :)
      Es una caja bastante variada ¿verdad? A continuación os explicamos un poquito qué nos ha parecido cada producto después de haberlo probado.

      Smint chicle (1,50 € ud.)
      Si os gustan sus caramelos, os gustarán estos chicles. No han perdido ni el frescor ni el sabor tan peculiar de los caramelos. La verdad es que no somos de comer mucho chicle, pero encontramos que estaban bien y el sabor duraba bastante. A mi que vinieran en una cajita metálica me pareció de lo más útil ya que no los perderé por el bolso, como me suele pasar habitualmente con los otros paquetes de chicles de cartón... Es lo que tiene comer algún chicle de vez en cuando jeje.

      Paella de verduras Trevijano (2,75 €) 
      Para ser una paella de verduras deshidratada no está nada mal. A mi no me suele gustar la comida precocinada, enlatada, ni nada del estilo por que acaba sabiéndome a plástico e industrial, pero este arroz me sorprendió bastante. Lo encontré práctico ya que en media hora puedes tener dos buenas raciones de un arroz normalito y eso a veces es muy práctico. A mi cocinillas en cambio no le gustó mucho su sabor, así que ya veis, para gusto colores :).
      Cocktail Ranchero y Pipas Rancheras Facundo (1,50 € ud.)
      Tenían un sabor bien curioso a salsa barbacoa y bastante picante. El cocktail llevaba cacahuetes, maíz frito y aros y bolas de maíz y lo encontramos muy rico. Las pipas estaban bien, aunque eso de tener que rechupetear la cáscara para que tengan algo de sabor nos cansó enseguida jeje quizá también influyó que no somos muy piperos...  

      Porciones con nata Kiri (3 €)
      Ya sabéis que yo no me puedo resistir con el queso... Así que os imaginaréis lo que os voy a decir sobre esto ¿verdad? ¡Está delicioso! Por que si al queso le añades nata... además de ser una bomba está divino jeje. Vamos, que aunque al principio quería hacer alguna receta con él, acabamos comiéndolo solo o en ensaladas.

      Ambrosías Tirma (0,80 € ud.)
      No conocíamos esta marca y nos ha encantado descubrirla. Tanto que nos la hemos apuntado para próximas compras por que estaban riquísimas (han sido elegidas sabor del año 2013, así que por algo será). Estas ambrosías son unas barritas de barquillos bañados en chocolate y con un relleno cremoso muy rico. Recibimos de dos tipos, las normales rellenas de nata y otras de avellana y, la verdad, no sabría deciros cual nos gustó más jaja.  

      Aceitunas rellenas de anchoa gourmet La Explanada (1,19 €)
      Nos gustaron mucho. Tanto la oliva como el relleno tenían un sabor muy bueno. Además, se notaba que eran gourmet por que el tamaño de las aceitunas era más grande de lo habitual. Y sí, volaron en una sentada :)

      Flan clásico (1 €) y Natillas caseras (0,86 €) Mandarín de Dr. Oetker
      Las natillas todavía no las hemos probado, pero he ojeado las instrucciones de preparación y su preparación parece igual de fácil así que estoy encantada. Ya habéis visto que el flan ha dado muy buenos resultados ;).
      Edulcorante de stevia Truvía (3,85 €)
      Desde que una amiga nuestra se ha puesto a estudiar nutrición y me comentó que la sacarina no era muy buena, voy como loca buscando edulcorantes naturales para evitar que el azúcar se me dispare de nuevo. Así que me encantó recibir la cajita con este edulcorante de stevia. Su sabor es un poco peculiar con el café u otras bebidas, pero os hablaré de él más adelante por que quiero probar alguna de las recetas que nos proponen en su web. 

      Pechuga de pollo Casa Matachín (2,35 €)
      Uno de los productos que más me han sorprendido. Nunca habíamos oído hablar de esta marca y cuando lo vi me hizo dudar un poco la presentación en un pack de dos latas. Al abrir el envase parece una especie de atún de un color más suave, e incluso su textura es bastante semejante, por lo que al principio choca un poco su sabor. Pero tanto solo como en ensalada está muy bueno. Y lo que más nos gustó es que fuera tan natural: pechuga de pollo, aceite de girasol y oliva y sal. Hoy en día parece raro, pero ¡no lleva más ingredientes!

      Fuet (1,65 €) y Mini-Sticks (1,29€) de pavo Campofrío
      Esto ha sido lo que menos nos ha gustado. Bueno, sinceramente, el fuet no nos gustó nada y los mini-sticks estaban algo más pasables, pero tampoco nos convencieron...¿La razón? Principalmente hubo dos. La primera fue el sabor. En el fuet notamos un sabor a grasa bastante fuerte que no nos convenció, y en los mini-sticks era más suave, pero se notaba.
      Y la segunda razón, y para nosotros la más importante, es que pese a anunciarse como fuet de pavo, lleva bastante cantidad de carne de cerdo. Estos son los ingredientes del fuet: Carne de pavo (43g para elaborar 100g de producto terminado), carne, panceta y grasa de cerdo, lactosa, sal proteína de leche, maltrodextrina, dextrosa, especias, aroma, fermentos, antioxidante E-301, conservadores E-252, E250, colorante E-120. En los mini-sticks no aparece en los ingredientes la panceta y la grasa de cerdo, quizá por eso el sabor es un poco más normal. Pero vamos, yo me sentí engañada. Si lo vendes como fuet de pavo ¿por qué tiene que llevar tanta cantidad de carne y, sobre todo, grasa de cerdo?

      Y ya me callo, que vaya charla os he dado hoy jajaja al menos espero que os haya parecido interesante :).

      Budín de pan y mantequilla con mermelada de moras - CWK

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      Whole Kitchen, en su Propuesta Dulce para el mes de febrero, nos invita a preparar un clásico de la cocina británica: Budín de pan y mantequilla (o bread and butter pudding). Y añado: con mermelada de moras :).
      Por que aunque parezca que se me ha ido la mano con el horno, os prometo que es mermelada de moras esparcida por todo el pan... Creo que tendría que haber escogido cualquier otra mermelada con un color más agradable, de echo estuve dudando entre ésta y otra de naranja amarga con miel, pero me gusta tanto la de moras que no pude resistirme...

      Pero es verdad... Pese al bonitismo que he intentado poner en las fotos, no va a evitar que penséis en que parece churruscaillo jajaja. Aún así, os aseguro que está delicioso.

      Parece que esta semana además de dulces va de flanes, por que la base de este budín, además del pan y la mantequilla, es una especie de flan, aunque este lleva huevo ;). Os voy a contar un poquito la historia de este postre.
      El budín de pan y mantequilla tiene sus orígenes en el siglo XVII derivado de otro postre inglés llamado bread pudding que se servia solamente en las grandes ocasiones, ya que era considerado de lujo. El original se prepara horneando una mezcla de pan con mantequilla y pasas u otro tipo de fruta deshidratada para posteriormente bañarlo en huevos, leche y un poco de vainilla.

      Era considerado un postre para gente sin recursos ya que para elaborarlo se utilizaba pan duro, pero se hizo más sofisticado a medida que la clase media comenzaba a tener acceso a ingredientes como los huevos, la leche, las pasas o el azúcar y evolucionó hasta la receta actual, en la que se usa tanto pan del día anterior, como bollería o pan de molde. Además, también hay variaciones con frutas frescas e incluso se añade licor o chocolate a la base de leche y huevos.

      Aunque a mediados del siglo XX este postre perdió popularidad, grandes chefs británicos han conseguido que vuelva a estar de moda e incluso que se sirva en los mejores restaurantes de cocina británica. .
      Así que con todos esos ingredientes ya os podéis imaginar lo rico que está ¿verdad? Para prepararlo me basé en esta receta de Jamie Oliver, que este hombre nunca me falla, y os aseguro que ni le sobra ni le falta nada. Como mucho no haber preparado más cantidad, pero eso ya es otra historia ;). 

      Tiene el punto justo de dulce y con la mermelada de moras le añadí un toque ácido que nos encantó. Además es un postre buenísimo para servir cuando vienen invitados a casa ya que es muy fácil de preparar y estará más rico si lo dejas reposar un día, lo que te permitirá prepararlo tranquilamente :).

       Ingredientes (6 raciones aproximadamente)
      • 5 rebanadas de pan de molde
      • 4 huevos grandes
      • 75 gr. de azúcar glass
      • 300 ml. de leche
      • 100 ml. de nata
      • 1 vaina de vainilla (o una cucharada de azúcar avainillado)
      • 3 cucharadas soperas de mermelada de moras
      • 40 gr. de mantequilla sin sal
      • Una pizca de nuez moscada
      • Una pizca de canela molida
      • 2 mandarinas (o una naranja)
       Preparación

      En un bol añade la mantequilla a temperatura ambiente, la canela y la nuez moscada. Lava y ralla la piel de dos mandarinas y mezcla todo.
      Usa un poco de esta mantequilla para engrasar la bandeja en la que prepararás el budín en el horno y reserva.
      Pon a precalentar el horno a 180ºC calor arriba y abajo.

      Unta las rebanadas de pan con la mantequilla especiada que preparaste y córtalas por la mitad en diagonal.
      Coloca el pan en la bandeja que engrasaste, intercalándolas y con la parte de la mantequilla hacia arriba. Reserva.
      En un bol añade los 4 huevos, el azúcar glass, la leche la nata y la vainilla. Remueve hasta que tengas una mezcla líquida, sin grumos y homogénea.
      Vierte esta mezcla sobre las rebanadas de pan, cubriendo todos los huecos.
      Coloca la bandeja con el pan dentro de otra más grande y rellénala de agua para que el flan se haga al baño maría.
      Mete las bandejas en el horno entre 30 - 40 minutos, hasta que veas que el flan está cuajado. En ese momento, saca las bandejas del horno, retira la bandeja del agua y reserva.

      Cambia el horno a la opción grill.

      En un cazo derrite la mermelada y, con la ayuda de un pincel, repártela por toda la superficie del pan.
      Vuelve a meter la bandeja en el horno unos 6 minutos y ya estará listo nuestro rico budín al estilo de Jamie Oliver ;).

      Tapa de patatas al ajillo con vinagre balsámico al Pedro Ximénez

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      La receta que os traemos hoy la hemos preparado un montón de veces en casa pero, no sabemos por que, nunca os la habíamos mostrado ¡con lo ricas que están estas patatas!
      Aunque he de deciros que la receta la hemos maqueado un poquito por que la presentamos a un concurso. Normalmente solemos preparar una versión más sencilla sin sal marina ni vinagre balsámico al Pedro Ximénez. Aunque esto último quizá sí que lo añadiremos a partir de ahora, que el toque dulce que le da nos ha gustado mucho.

      Y os preguntaréis a qué concurso nos presentamos ¿no? Pues a uno que ha organizado Frusangar patatas, con el simpático título de "Entierra San Valentín". Nos propusieron participar con alguna receta nuestra de patatas y al límite (el concurso termina hoy) se nos ocurrió preparar lo que os traemos aquí.
      En casa no somos de comer muchos fritos, así que las patatas fritas pocas veces aparecen... La parte buena es que cuando las preparamos, las disfrutamos el doble. No os vamos a negar que nos encantan y que están riquísimas jeje. Pero como de todo nos cansamos, al final buscamos nuevas maneras para disfrutarlas y en esa búsqueda el cocinillas dio con esta deliciosa receta. 
      Como ya os he dicho antes, la hemos preparado un montón de veces por que son fáciles y realmente adictivas, de las que empiezas con una y el saborcillo que te deja en la boca te pide una más y otra... Además, os sirven tanto de primero como de guarnición. Pero la mejor manera es disfrutarlas al estilo tapeo con los amigos. Así que ya sabéis, apuntad esta receta para el próximo mundial de fútbol si queréis ver todos los partidos con algún amigo a vuestro lado ;).

       Ingredientes (para 4 personas)
      • 5 patatas
      • 6 ajos
      • Crema de vinagre Balsámico al Pedro Ximénez
      • Sal marina con hierbas (tomillo, orégano, romero y mejorana)
      • Una ramita de romero
      • Aceite de oliva suave
      • Vinagre de vino
      • Pimienta
       Preparación

      Pela, lava y corta las patatas en trozos.
      Vierte un buen chorro de aceite de oliva en una sartén a fuego medio-alto y añade las patatas cuando esté bien caliente. Remueve de vez en cuando para que no se peguen.
      Mientras se fríen las patatas coloca los ajos en un mortero junto con la pimienta, la sal y un buen chorro de vinagre de vino.
      Y  machácalo todo hasta tener una pasta. Puedes añadir un poco de romero al final y machacarlo un poco para que se mezcle.
      Cuando las patatas estén doradas, añade la pasta de ajo machacado y hierbas por encima y remueve para que se mezcle. 
      Fríelas hasta que se dore el ajo y retíralas del aceite con la ayuda de una espumadera. Colócalas sobre unas servilletas de papel para que absorban el exceso de aceite.
      Coloca las patatas en la fuente donde lo vayas a servir, vierte un chorro de Pedro Ximénez por encima y a disfrutar :).

      Codillo en salmuera asado

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      La receta que os taremos hoy es para los auténticos carnívoros que disfrutan con una buena pieza de carne asada. Es que yo soy de la opinión de que el codillo no es para cualquiera.
      Esta pieza que sería como el codo de la pata del cerdo, tiene un sabor fuerte, peculiar, con abundante grasa que hace que acabe siendo una carne de lo más melosa una vez que la has cocinado durante algunas horas.

      Lo mejor, además de su sabor, es la facilidad para prepararlo. Según la versión que más te guste, lo puedes hacer hervido, asado o, como nosotros, un fifty-fifty y comenzar hirviéndolo para acabar asándolo. Mantiene todo su sabor pero reducimos unas cuantas horas de asado. Y es tan fácil que en la receta de hoy no vais a encontrar muchas fotos del paso a paso (se nos olvidó hacer alguna más... ejem...), pero tranquilos por que ya veréis que no tiene pérdida :).

      Parecen unas raciones enormes, pero si os fijáis bien en la siguiente foto veréis que gran parte de la pieza es hueso, así que no os dejéis engañar por el tamaño, no tienen tanta carne como parece ;).
      Al ser una carne asada podéis acompañarla prácticamente con cualquier cosa que os guste. Si queréis darle un toque más alemán podéis preparar un chucrut o un puré de guisantes. Y si queréis algo más tradicional podéis acompañarlo de unas patatas asadas o las ricas patatas al ajillo con vinagre balsámico al Pedro Ximénez que os mostramos la semana pasada. Os aseguramos que la combinación queda deliciosa ;).

       Ingredientes (para 2 personas)
      • 2 codillos en salmuera (uno por personas)
      • 1/2 cebolla grande
      • 1 zanahoria
      • 2 hojas de perejil
      • Aceite de oliva
      • Pimienta
       Preparación

      Pela la zanahoria y la media cebolla.

      Mete en una olla exprés rápida los dos codillos, la media cebolla, la zanahoria y las hojas de laurel. Sobre todo no añadas sal por que este codillo ya está salado.
      Cierra la olla y ponla a fuego medio-alto. Una vez que empiece a sacar vapor, déjalo cocer durante 40 minutos aproximadamente. Si tu olla no es de las rápidas, tendrás que calcular un poco más de tiempo para que la carne empiece a estar tierna.

      Pon a precalentar el horno a 220ºC calor arriba y abajo.

      Mientras la olla saca el resto de vapor antes de abrirla, prepara la bandeja del horno cubriéndola con papel de aluminio. Con cuidado, pasa los codillos a la bandeja y añade un poco de aceite y pimienta molida por encima. Si quieres acompañarlo de patatas asadas, las puedes colocar en la misma bandeja.

      Mételos en el horno durante una hora aproximadamente, hasta que veas que la piel ha adquirido un tono bien dorado y la carne está tierna.
      Sírvelos inmediatamente y ¡a disfrutar!

      Tarta Fraisier - CWK

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      Ya estamos de nuevo por aquí para mostraros el reto que las chicas de Whole Kitchen nos propusieron para este mes: una rica tarta Fraisier.
      Es tan entretenida como parece, pero nada difícil. Tiene muchos pasos pero, si los sigues bien, todos son sencillos. De echo, mientras preparábamos la tarta, nos pareció que estábamos haciendo una recopilación de nuestras recetas por que tuvimos que releer algunas que ya os habíamos mostrado: el bizcocho genovés de la Tarta Dobos, la crema pastelera de la Tarta de chocolate y crema de canela o el almíbar de los Savarins.

      Para no liaros con mira esta receta para este paso y mira esta otra para este otro paso, os hemos copiado de nuevo todo aquí, así que no os asustéis por la largura de la entrada.
      Vamos con un poquito de historia sobre la tarta Fraisier. Como muchas recetas, su origen se desconoce, aunque se cree que pudo ser creada allá por 1860, época en la que se crearon otras grandes tartas de la repostería francesa. El nombre lo adoptó de la palabra francesa fraise, que significa fresa (no se rompieron mucho la cabeza...).

      Hemos respetado la presentación típica de capas, aunque con nuestras modificaciones. La tarta está formada por un bizcocho genovés que debería ir bañado con licor de cerezas o Kirsch, pero como no teníamos, lo cambiamos por un almíbar con un ligero toque de ron jeje. La siguiente capa es una crema de muselina (la nuestra fue la versión rápida) y muuuuchas fresas y, para terminar la tarta, otra capa de bizcocho genovés bañado en licor.

      Debería llevar una última capa de mazapán, pero nosotros decidimos cambiarla por que no nos convencía mucho y por que recibimos otra cosa más rica...
      Por casualidad llegó hasta nuestras manos una deliciosa mermelada casera de fresas cuando estaba pensando cómo hacer la tarta. En cuanto la probé decidí que era el toque final que le faltaba. Si la Tarta Fraisier es de fresas, llevará fresas por todas partes ;).

      Y como hoy estoy habladora (o escritora, no sabría como decíroslo) no me voy a quedar sin explicaros quien es la artífice de esta rica mermelada. Me han contado que se llama Marisa y que vive en un pueblecito llamado Villameca, situado en la comarca de La Cepeda (León). En sus ratos libres prepara varios tipos de mermeladas, echas como las de siempre, recogiendo las fresas y frambuesas de su jardín o las moras que encuentra en los alrededores y haciendo ella misma las conservas. Ahora os podéis imaginar el sabor que tiene ¿verdad?

      Pero a lo que realmente se dedica Marisa es a cuidar de sus gallinas, ya que provee de huevos a todo el pueblo y a los visitantes que veranean por allí. ¡Y también hemos tenido la suerte de poder probarlos! Cuando los vi me recordaron a mi infancia por que ¡eran blancos! La de tiempo que hacía que no los veía así... (y no me preguntéis el por qué de esa relación, pero cuando veo huevos blancos me acuerdo de cuando era pequeña...).
      Así que antes de pasar a la receta quiero agradecer a Marcos por hacernos llegar estas delicias y a su madre, Marisa, por preparar una mermelada tan rica :).

      Es una tarta muy rica, de las que cuesta prepararlas pero luego disfrutas muchísimo comiéndolas y más ahora que estamos en época de fresas. Si te animas, acuérdate de que tienes que hacerla de un día para otro ya que debe reposar unas cuantas horas en el frigorífico. 

      Whole Kitchen, en su propuesta dulce para el mes de marzo, nos invita a preparar un clásico de la cocina francesa: Tarta Fraisier.

       Ingredientes para el bizcocho genovés
      • 5 huevos
      • 120 gr. de azúcar
      • 120 gr. de harina
      • 1/2 cucharada pequeña de extracto de vainilla
      • 1 pizca de sal 
       Ingredientes para la crema muselina
      • 1/2 litro de leche
      • 4 yemas de huevo
      • 120 gramos de azúcar
      • 50 gramos de maicena
      • 1/2 rama de canela
      • 1 vaina de vainilla
      • 250 gr. de mantequilla
       Ingredientes el relleno para la cobertura
      • 1 kg. de fresas
      • 200 gr. de mermelada de fresas
      • 60 ml. de agua
      • 4 cucharadas pequeñas de gelatina en polvo
       Ingredientes para el almíbar
      • 250 ml. de agua
      • 125 gr. de azúcar
      • 2 cucharadas soperas de ron
         Preparación del bizcocho

        Separa las yemas de las claras.

        Corta una hoja de papel vegetal para hornear con el tamaño de la bandeja del horno. Para que se quede pegado y no te cree arrugas puedes untar un poco de mantequilla en las esquinas y el centro de la bandeja y pegar el papel encima bien estirado. Reserva.

        Pon a precalentar el horno a 180ºC, calor arriba y abajo.

        Bate las yemas con el azúcar durante 5-10 minutos hasta que blanquee y se convierta en una masa uniforme. 
        Añade el extracto de vainilla y la harina poco a poco sin dejar de batir para que se mezcle bien. Tras unos minutos el color será más amarillento y la consistencia de la masa más espesa. Reserva.
        Ahora bate las claras a punto de nieve con una pizca de sal. Para que estén bien consistentes te recomiendo que las batas como mínimo unos 10 minutos, a velocidad alta si lo haces con una batidora eléctrica.
        Por último mezcla las claras a punto de nieve con la masa que preparaste antes con mucho cuidado, despacio y, sobre todo, usando movimientos envolventes para que las claras no se bajen. La masa pasará a tener una consistencia parecida a un mousse.

        Como haciendo una única plancha de bizcocho no me daba para las medidas de mi molde, dividí la masa en dos e hice un par de hornadas.

        Extiende la masa en la bandeja del horno, procurando que la masa te quede lisa y nivelada. Si vas a hacer una única plancha, extiende la masa cubriendo toda la bandeja como aparece en la foto.
        Métela en el horno entre 10-15 minutos, hasta que veas que tiene un tono dorado. No la dejes mucho tiempo más ya que, al ser un bizcocho tan fino, se quedará muy seco.

        Coloca otra hoja para hornear o un trapo limpio sobre una rejilla, coge la plancha de bizcocho y dale la vuelta para que el bizcocho quede sobre la nueva hoja de papel de hornear. Quita el papel sobre el que se había horneado y deja que se enfríe. 

        Una vez que se haya enfriado, corta dos círculos con el tamaño de tu molde para tener la base y la parte superior de la tarta ya preparadas. Yo usé uno de 21 cm. Reserva.

         Preparación de la crema
         
        Corta por la mitad la vaina de vainilla y raspa el interior con la ayuda de un cuchillo para retirar las semillas. 
         
        Reserva medio vaso de leche en el frigorífico y pon el resto en un cazo a fuego medio junto con las semillas de la vainilla y la canela.

        Antes de que empiece a hervir retira el cazo del fuego, tápalo con un plato y déjalo reposar una media hora para que se mezclen los ingredientes.

        Pasado este tiempo, vuelve a poner el cazo con la leche a fuego lento.

        En un bol bate las yemas y el azúcar y hasta que te quede una mezcla homogénea y reserva.

        Disuelve la maicena en el vaso que habías reservado en el frigorífico y añádela a la leche poco a poco y sin dejar de remover para que no se creen grumos. Sigue removiendo hasta que comience a hervir y retira el cazo del fuego.

        Añade la mezcla de huevos y azúcar poco a poco mientras remueves con rapidez para que el huevo no se cuaje. Vuelve a poner el cazo a fuego lento, sin dejar de remover, hasta que la crema se espese bien.

        Retira el cazo del fuego, añade 125 gr. de mantequilla y remueve hasta que se deshaga por completo. Tápalo para que no se cree costra y deja que se enfríe.
        Una vez frío, añade los otros 125 gr. de mantequilla restante y bátelo para que se deshaga y se mezcle bien.

        Si la muselina te queda muy líquida, puedes espesarla poniendo de nuevo el cazo a fuego lento y añadiéndole un poco más de maicena disuelta en leche fría. No dejes de remover en ningún momento para que no se pegue. Tendrás que volver a dejar que repose para que se enfríe.

         Preparación de la tarta

        Comenzamos preparando el almíbar con el que mojaremos los bizcochos. Solo tenemos que poner en un cazo a fuego medio-fuerte el agua, el azúcar y el ron y, una vez que comience a hervir, dejarlo unos 10 minutos. Retira del fuego y reserva para que se temple.

        Mientras se templa puedes ir lavando las fresas y quitándoles el pedúnculo y las hojas. Si quieres poner las fresas enteras en el centro, calcula más o menos cuantas necesitarás para rodear el borde de la tarta y parte solo esas por la mitad. Sécalas con una servilleta de papel para eliminar el exceso de agua y reserva.  
        Una vez templado el almíbar, coge el primer bizcocho y sobre el mismo papel de hornear píntalo bien con el almíbar. 
        Coloca este bizcocho sobre una fuente o plato y encima prepara el molde para añadir el resto de capas. Como yo no tenía un molde de emplatar tan grande, usé el aro de un molde de bizcocho desmontable sin la parte de abajo.

        Coloca las fresas que partiste por la mitad rodeando todo el aro por el interior, procurando que estén bien pegadas al bizcocho y no queden huecos entre ellas.
        Con la ayuda de una manga pastelera o una espátula cubre con parte de la crema muselina las separaciones entre las fresas y el bizcocho inferior.
        Coloca el resto de fresas en el centro procurando que no queden huecos grandes entre ellas y que no superen la altura de las fresas de los bordes. Apriétalas un poco hacia el fondo con la ayuda de una espátula.
        Cubre las fresas con el resto de la crema muselina y alisa la superficie con la ayuda de una espátula.
        Coloca el otro bizcocho encima, aprieta un poco con los dedos para asentarlo y píntalo con el almíbar.
        Mete la tarta en el frigorífico mientras preparamos la última parte ¡ya queda muy poco!

        Añade en un cazo a fuego medio los 200 gr. de mermelada, 60 ml. de agua y 4 cucharadas de gelatina en polvo y remueve para que se mezclen bien. En cuanto veas que va a comenzar a hervir retíralo del fuego y deja que se enfríe. 

        Una vez frío, saca la tarta del frigorífico, cubre el último bizcocho con la mermelada y vuelve a meter la tarta en el frigorífico durante 8 horas como mínimo.

        Para servir, quita el molde con mucho cuidado y adórnalo con un par de bonitas fresas.

        Revuelto de hojas de zanahoria, cebolleta y bacon

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        Cuando os he comentado que en casa nos encantan las recetas de aprovechamiento y que intentamos que no se tire nada, lo he dicho de verdad. De verdad de la buena. Y a veces lo llevamos a los extremos.


        Esta receta es obra del cocinillas, por que a mi en la vida se me habría ocurrido cocinar las hojas de las zanahorias, pese a ver que a nuestro querido Tas, un conejo belier que tuvimos hace unos años, los ojos le hacían chiribitas cada vez que le dábamos las zanahorias enteras. No dejaba ni una hojita.

        Aunque me vendió muy bien la idea y en la nevera no quedaba mucho más, le hice buscar por internet si esas hojas verdes eran comestibles para los humanos. No es que no me fiara, pero por si las moscas una quiere estar segura de lo que come jeje.

        Lo bueno es que acabamos descubriendo que, además de ser comestibles (que era el punto más importante) las hojas de zanahoria son muy nutritivas y ricas en proteínas, minerales y vitamina K. También contienen mucha clorofila que tiene propiedades depurativas de la sangre, los ganglios linfáticos y las glándulas suprarrenales, además de ser antisépticas y diuréticas. No está mal ¿verdad?


        Así que con otras cuatro cosas que teníamos en la nevera acabamos preparando este revuelto. Estaba bueno, aunque los tallos que quedaron un poquito menos hechos tenían un sabor bastante fuerte y espacial, como a zanahoria muy muy concentrada y acabamos cansándonos un poco. Por cierto, no nos peguéis por las patatas, no teníamos nada más para acompañar al revuelto :(.

        No ha entrado en nuestro listado de recetas favoritas, pero queríamos mostraros una buena opción para una cena rápida y para no desperdiciar una parte de la zanahoria tan rica en nutrientes. También descubrimos que lo usan en lugar del perejil o para hacer sopa de verduras, habrá que probarlo a ver qué tal :). 

         Ingredientes (para dos personas)
        • 1 cebolleta
        • Un ramillete de hojas de zanahoria
        • 100 gr. de bacon
        • 4 huevos
        • Aceite de oliva
        • Sal y pimienta
         Preparación

        Lava y trocea las hojas de zanahoria y la cebolleta, incluyendo gran parte de la zona verde del tallo. Reserva.

        Corta el bacon en pequeñas tiras y reserva. 

        Pon una sartén a fuego medio-fuerte y añade un buen chorro de aceite. Cuando esté caliente añade la cebolleta y el bacon. 


        Cuando el bacon empiece a estar dorado, añade las hojas de zanahoria y deja que se hagan hasta que estén bien blandas.  


        Bate los huevos en un bol y añádelos a la sartén. Salpimienta y remueve con la ayuda de una espátula para que el huevo  se mezcle con el resto de ingredientes. Una vez que esté cuajado, retira la sartén del fuego y sírvelo.

        Garbanzos con espinacas y crema de bacalao y nuestra 2º caja Degustabox

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        Hoy, siendo Viernes Santo, no nos hemos podido resistir y hemos querido traeros una de las recetas más típicas para este día: potaje de garbanzos con espinacas y bacalao.


        Bueno, después de haber visto la foto ya os habréis dado cuenta que nuestra versión es un poco distinta al potaje tradicional y casi casi podría deciros que la hemos hecho al más puro estilo de Falsarius Chef. Tardamos poco más de 15 minutos en preparar el plato que os mostramos, no os digo más...

        ¿Cómo? Pues usando uno de los productos que recibimos en nuestra segunda caja de Degustabox (luego os cuento qué tal fue): una lata de garbanzos con espinacas de la marca Litoral. Menos mal que tengo un cocinillas de lo más apañado y se le ocurre alguna solución deliciosa en unos segundos, por que nos habríamos quedado sin comer ese día...

        Yo no soy muy amiga de la comida precocinada en lata, de echo nunca las como y si tengo que comer rápido prefiero prepararme un sándwich a calentar el contenido de una lata. Pero había que probarlas, así que me armé de valor, abrimos la lata y cuando la probamos... ejem... deciros que estaban insípidos es poco y la salsa sabía a un tomate raro raro...

        Así que mi cocinillas se acordó de un bacalao desmigado que habíamos desalado, cogió una ajo, nata y queso y lo que salió de ahí me dejó sin palabras. A punto estuve de comer la crema de bacalao directamente del cazo jajaja.


        Os animo a que probéis esta crema de bacalao, no solo para acompañar a unos garbanzos, si no que la podéis untar sobre unas tostadas, como aperitivo o para mezclar con unas verduras, está exquisita y es otra manera muy rica de comer pescado.

         Ingredientes (para una persona / crema de bacalao para 3 personas)
        • 1 lata de garbanzos con espinacas Litoral 
        • 150 gr. de bacalao desmigado y desalado
        • 125 ml. de nata
        • 1 cucharada sopera de queso de untar 
        • 20 gr. de queso curado de oveja
        • 1 ajo
        • Aceite de oliva virgen extra
        • Una pizca de nuez moscada, pimienta y pimentón de la Vera dulce
         Preparación

        Si quieres ir por la vía rápida y no preparar un potaje, abre la lata, escurre bien el caldo de los garbanzos y las espinacas y reserva.
        Pon un cazo a fuego medio con un poco de aceite de oliva.

        Corta el ajo a rodajas y mételo en el cazo. Cuando empiece a dorarse, añade el bacalao desmigado.
        Deja que se haga unos minutos y cuando empiece a coger color, añade la nata, el queso de untar y el queso curado a tacos.

        Remueve y añade una pizca de nuez moscada y pimienta. Sigue removiendo hasta que el queso esté totalmente derretido.

        Retira el cazo del fuego y tritura todo con la ayuda de una batidora de brazo hasta que te quede una crema espesa.

        Para servir, calienta los garbanzos, añade la crema de bacalao y espolvorea un poco de pimentón por encima. Por último, vierte un chorro de aceite de oliva.

         Caja Degustabox

        Este mes recibimos la segunda caja de Degustabox, bastante completa con 13 productos en total, aunque no acertaron tanto con nuestros gustos como con la primera que recibimos.
        Si te animas y quieres probar una de sus cajas puedes utilizar este código promocial LKE0I cuando te registres en su página, y el precio final será de 9,99€ en vez de 14,99€(gastos de envío incluidos).

        Y si quieres conocerles un poquito más, descubrir qué recetas puedes preparar con algunos de los productos que han incluido en sus cajas o contactar con ellos, puedes pasarte por su página de Facebook o su Twitter.

        La caja llevaba todos estos productos:
        Y a continuación os explicamos un poquito qué nos ha parecido cada uno de ellos después de haberlo probado.

        Tortas de Aceite con harina integral y sin azúcar Inés Rosales (2€)
        Nos han encantado. Al principio nos hizo dudar por que ¿cómo van a estar ricas unas tortas de aceite con harina integral y sin azúcar? ¡Pues lo están! Tienen un sabor bastante parecido a las normales, son más ligeras y yo agradecí que no llevaran azúcar por que a veces se me hacían muy pesadas. Nos proponían hacer alguna receta con ellas pero no pude, las encontré deliciosas tal y como venían jajaja. Lástima que la mayoría nos llegaron rotas...

        Endulsana de Susarón (3,25€)
        Es un nuevo endulzante de la marca Susarón, realizado 100% con extracto de frutas (algarroba, manzana y uva). Tiene un sabor muy peculiar, una mezcla entre la miel y los caramelos de antes, aunque con una textura mucho más líquida. Según nos comentan, ayuda a mantener un nivel constante y moderado de glucosa en sangre ya que es un endulzante natural. Ya os diré que tal este punto, que con la subida de mi azúcar sigo en la búsqueda de un edulcorante sano y natural sin sabores raros y este me ha dado buena pinta... Todavía no lo he utilizado para realizar postres, pero tiene que dar un toque muy rico.

        Tampico Citrus Punch (1,59€)
        Esta bebida con sabor a naranja, mandarina y lima limón no nos convenció mucho. Contiene un 9% de zumo, sin gluten, sin azúcar y sin conservantes. La verdad es que parece muy sana, pero no nos gustó el sabor. A mi me recordó mucho a la bebida que te preparaban en casa cuando éramos peques, el famoso Tang...

        Té verde con Jengibre y naranja Pompadur (2,15€)
        No sé muy bien de donde ha salido mi afición por los "hierbajus varius" (como llama mi madre a todas las infusiones, etc.) por que en mi familia no es muy habitual, pero a mi me encantan y cuando vi la cajita de té verde me puse muy contenta ¡un nuevo té para probar! 

        Los ingredientes me dejaron alucinada: té verde, hojas dulces de zarzamora, jengibre, cáscaras de naranja, aroma de naranja y aroma de jengibre ¿curioso verdad? Pues el aroma que desprende nada más meter la bolsita en el agua caliente es alucinante y el sabor me encantó, el toque de la naranja con el suave picor del jengibre está muy rico y ni siquiera tuve que ponerle azúcar gracias a la zarzamora. Directo en mi lista de tés favoritos. 

        Mayonesa ligera y Mayonesa Ligeroliva Ybarra (1,49€ ud.)
        Mi cocinillas casi lo podríamos considerar un sibarita de la mayonesa por que le encanta la mayonesa casera, la de toda la vida, así que en cuanto vio que era mayonesa ligera frunció el ceño... y, como no, no le convencieron. 

        A mi la textura, un poco más líquida que la mayonesa normal, tampoco me acaba de convencer mucho, pero su sabor es bastante rico. De las dos, me gustó más la mayonesa ligera ya que era bastante suave en comparación con la de Ligeroliva. El toque a aceite de oliva que le han dado a ésta última para mi es exagerado y no pega mucho con este tipo de mayonesa. 

        Paté de Ibérico al pimentón con aceite de oliva virgen extra La Chinata (2,50€)
        La Chinata... cada vez que descubrimos un producto nuevo nos gusta más esta marca. Esta vez hemos podido probar uno de sus patés de ibérico al pimentón de la Vera con aceite de oliva virgen extra, casi nada ;). Es un paté con un sabor muy rico, aunque el toque de picante era bastante fuerte y marcado, lo que al final nos hacía comer poco más de un par de tostaditas. Cosa que puede ser buena si quieres que te dure jaja.

        Lentejas con verduras y Garbanzos con Espinacas Litoral (1,49€ ud.)
        Ya os conté en la receta que yo y la comida en lata no hacemos muy buenas migas, aunque mi cocinillas sí que las come de vez en cuando para salir del paso un día que no tiene tiempo. Así que ya imaginaríais que estos productos de la nueva gama de legumbres con verduras y arroz de Litoral a mi no me gustaron nada, pero mi cocinillas acabó opinando lo mismo que yo. Pese a que son productos naturales y 100% vegetales, tienen un sabor que no nos convence.

        Los garbanzos con espinacas los encontramos bastante insípidos, sin sabor y la salsa que los acompaña la acabamos tirando por que tenía un sabor raro a tomate con cebolla que no le pegaba nada. Con la crema de bacalao acabé comiéndomelos, pero no volveré a repetir.

        Mi cocinillas se decantó por las lentejas con verduras. Yo las probé y, aunque tenían un poco más de sabor que los garbanzos, no me convencieron. A él sí le gustaron y las encontró aceptables.

        Cañitas de Fuet y Chorizo Espuña (1,29€ ud.)
        El formato y la presentación es muy cómoda para comerlos como snack o picoteo, aunque son muy finas y te comes una barrita casi sin enterarte ¡un peligro para la operación bikini! jaja.

        El chorizo estaba muy rico, tenía buen sabor y la textura estaba bien. Lo comimos tanto solo como acompañando a una pasta y en las dos versiones estaba rico. En cambio las cañitas, supuestamente de fuet de Olot, no nos gustaron. Yo sería la sibarita del fuet jaja y estas cañas no sabían a fuet y mucho menos de Olot. Un sabor indefinido, con toque grasiento que tampoco convenció a mis padres.

        Excellence Flor de Sal y Excellence Naranja Lindt (1,89€ ud.)
        Lindt y sus chocolates... son una locura, todavía no he encontrado uno que no me guste. El Excellence de naranja ya lo conocíamos, es una combinación buenísima de chocolate negro con un mínimo de 47% de cacao, trocitos de naranja confitada y almendras laminadas, una delicia.

        Pero el Excellence Flor de Sal no lo habíamos visto nunca y nos ha encantado descubrirlo. Es un chocolate negro con un 47% de cacao y trocitos de sal marina que te vas encontrando de vez en cuando ¡qué delicia! Es una combinación de sabores espectacular, si os gustan los contrastes con el chocolate.

        Costillas al horno con sirope de arce y cerveza de abadía

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        Hoy os traemos una receta para disfrutarla durante un fin de semana o un día festivo, así que podéis aprovechar ahora que parece que sale un poquito el sol y prepararla durante las próximas semanas. Y más si sois de Madrid, por que no nos van a faltar oportunidades ¿verdad? La de fiestas que se nos vienen encima, ays ;).


        Y digo lo de un día de fiesta por que estas costillas son para disfrutarlas, para comerlas tranquilamente un día de solecito y pringarte todo lo que puedas y más con su salsa ¡que está deliciosa! Con el primer bocado puede que os parezca muy dulce, pero no lo es. Al principio nos asustamos pensando que habíamos hecho unas piruletas de carne jeje pero no, conseguimos darle el punto justo para que la carne no perdiera su sabor y te quedara un gustillo dulce al final, sin ser pesado ni empalagoso.


        Además, son de esas recetas que no cuesta nada prepararlas, colocas todo en la bandeja y solo te tienes que preocupar de ponerle un poco de salsita por encima y procurar que no se te queme jeje aunque veo difícil que se te quemen por que cuando te venga el olorcillo que desprenden mientras se hornean, te aseguro que te costará alejarte de su lado...


        Nosotros hemos acompañado este costillar con unas ricas verduras al horno por que nos encantan pero, como siempre, podéis adaptar las verduras a vuestro gusto o incluso acompañarlas de una ensaladas, unas patatas fritas, un puré, etc.

         Ingredientes (para dos personas)
        • Un costillar de cerdo
        • 1/4 de una lata de cerveza tostada de abadía
        • 50 ml. de sirope de arce
        • Tomillo y romero al gusto
        • Sal y pimienta
        • Aceite de oliva
        • Unas verduras para acompañar: pimiento rojo, pimiento verde, patata y cebolla morada
         Preparación

        Pon a precalentar el horno a 225ºC con calor arriba y abajo.

        Parte el costillar en dos piezas si no lo tienes ya cortado y colócalo sobre la bandeja del horno al revés, con la parte del hueso hacia arriba. Limpia muy bien las verduras y colócalas en trozos grandes para que se asen poco a poco sin quemarse. Si dejas las patatas con piel estarán mucho más ricas, además de aumentar la cantidad de nutrientes y fibra. 

        Salpimienta solo las verduras, ya que la carne la salaremos con la salsa y añade un buen chorro de aceite de oliva por todas las piezas, esta vez incluyendo a la carne. Mete la bandeja en el horno una media hora aproximadamente.


        Mientras, podemos preparar la salsa con la que untaremos las costillas.

        En un bol añade el sirope de arce, la cerveza tostada de abadía, tomillo y romero al gusto, la sal y la pimienta. 


        Bátelo todo para que se mezcle bien y emulsione hasta tener un aspecto parecido a este y reserva:


        A la media hora de horneado, saca la bandeja del horno y con la ayuda de un pincel da una capa generosa de salsa de sirope y cerveza por los dos lados de la carne.


        Cuando le des la vuelta al costillar para ponerle la salsa, ya no lo muevas más y deja que se hornee en esa posición con la parte con más carne hacia arriba. 

        Mete de nuevo la bandeja en el horno, baja la temperatura a 200ºC y mantenlo una hora más aproximadamente, hasta que la carne esté tierna y se desprenda fácilmente del hueso. Cada media hora añade un poco de salsa por encima de la carne hasta que se termine.

        Si ves que las verduras se están asando demasiado puedes retirarlas antes o añadirlas un poquito más tarde. 

        Servir inmediatamente y ¡disfrutar!

        Pizza casera con chorizo criollo y bacon

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        ¡Buenas noches y felicidades a todas las mamás! Y muy especialmente a la mía :). Espero que hayáis disfrutado muchísimo de este día tan bonito y especial.

        Hoy quería haberos traído una receta dulce y rica para celebrarlo, pero la receta no salió como esperaba... Así que aquí estoy con una pizza casera. No es una receta tan glamourosa como la de unos cupcakes, pero os aseguro que está igual de rica (de todas formas, prometo traeros algo dulce prontito, que ya va tocando...).

        Os aviso: no es una pizza light ni pensada para lucir tipo en verano, más bien todo lo contrario jeje pero creo que por eso mismo está tan rica. Chorizo criollo, bacon, mozarrella, aceitunas negras... ¿buena verdad? Además, el toque que le dimos a la masa con un poco de orégano acaba completando su sabor tan delicioso. Es de las que te comes de vez en cuando solo para darte un buen capricho sin remordimientos, con buena compañía y disfrutando del momento.

        Como es consistente, os recomiendo que la acompañéis de una ensalada, un gazpacho bien fresquito o incluso unas verduras a la brasa, ya que si la coméis sola quizá el sabor se os haga un poco pesado.

        ¿Os animáis a prepararla?

         Ingredientes (para 4 personas)
        • 250 gr. de preparado para pizza (harina con la levadura incorporada)
        • 125 ml. de agua templada
        • 3 cucharadas soperas de aceite de oliva suave
        • 1/2 cucharada pequeña de sal
        • 1 cucharada sopera de orégano
        • 1 tomate grande
        • 2 bolas de mozzarella fresca
        • 1 lata pequeña de aceitunas negras en rodajas
        • 2 chorizos criollos
        • 4 lonchas de bacon
        • Orégano
        • Aceite de oliva
         Preparación

        Si queréis hacer la masa a mano o no tenéis batidora eléctrica os dejo el enlace a esta receta para que veáis como la preparé yo, os aseguro que no se tarda nada.

        Si haces la masa con la batidora, mete en el bol la harina, la sal y el agua templada y bate durante un par de minutos. Pasado este tiempo, añade 3 cucharadas soperas de aceite y el orégano y sigue batiendo unos minutos más hasta que sea una masa homogénea y no esté pegajosa.
        Haz una bola con la masa, métela en un bol y deja que repose entre media y una hora para que leve en una zona templada. Tápala con un trapo para que la masa fermente mejor.

        Pasado este tiempo, pon a precalentar el horno a 240ºC calor arriba y abajo.
         
        Cubre la bandeja del horno con papel para hornear y extiende por toda la superficie un chorrito de aceite para evitar que la pizza se pegue. Coloca la bola de masa encima y con las manos untadas en aceite estírala hasta que tenga el grosor que más te guste.
        Corta el tomate a trozos y colócalo en un bol con un poco de orégano y aceite de oliva. Añade una bola de mozzarella a trozos, medio bote de aceitunas negras y remueve para que se mezcle todo bien. Extiéndelo sobre la masa. 

        Haz un corte sobre la tripa del chorizo criollo, retira toda la carne del interior y tira la tripa sobrante. Reparte la piel por la superficie, procurando que no quede ninguna zona sin carne.
        Corta el bacon a trozos y repártelo por toda la superficie. Por último, añade el resto de aceitunas negras y la otra bola de mozzarella troceada.
        Mételo en el horno durante 25-30 minutos, o hasta que veas que la masa tiene un tono dorado y el queso se ha derretido.
         
        ¡Ya tienes tu pizza lista!
         

        Bizcocho de plátano, nueces y especias

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        Tras unas cuantas recetas saladas seguidas, al fin me asomo con una dulce para traeros este rico bizcocho de plátano y nueces ¡ya era hora!


        Aunque debéis agradecérselo al cocinillas, que se plantó y me dijo que este fin de semana tocaba una receta dulce sí o sí. Así que tuve que ponerme las pilas, revisar mis libros de recetas chachis y después de disfrutar un buen rato con sus fotos (nunca me canso de ellas), encontré una que me gustó en el libro Home Sweet Home de The Hummingbird Bakery. Soy así, elijo las recetas por las fotos o los títulos y luego ya miro lo que llevan y lo adapto... así me va a veces jajaja.


        Me gustó por que es una receta sencilla y se sale un poco de los típicos bizcochos que solemos preparar en casa. Excepto en el bizcocho de zanahorias, pocas veces incluyo frutas a la masa, así que me pareció interesante añadirle plátanos a un bizcocho. Además, después de ver varios días el programa Guerra de cupcakes, en el que añaden cada dos por tres plátano a sus masas, se había creado en mi interior una necesidad imperiosa de probar el sabor de esa mezcla.


        Y he de deciros que sabe a plátano jaja. Y mucho. No sé si la variación que hice de la receta original cambiaría mucho su sabor, por que usaban nueces de brasil tostadas que yo sustituí por nueces normales y crudas... Está muy rico, queda un bizcocho muy suave y esponjoso, de los que apetece comer un trocito a cualquier hora del día, pero te tiene que gustar el plátano.


        La receta original marcaba que las cantidades eran para un molde de unos 900 gr. El mío no sé muy bien la capacidad que tiene, pero como no quería que se desbordara, no me fié y al final lo repartí en dos moldes por si acaso, uno alargado de 30x10 cm. y otro redondo de 14 cm.

        A nosotros nos ha gustado mucho y creo que lo repetiré más de una vez para aprovechar los plátanos cuando empiecen a estar un poco blandos ¡vaya descubrimiento he hecho!

         Ingredientes (para un molde de 900 gr.)
        • 3 plátanos medianos
        • 100 gr. de nueces
        • 200 gr. de mantequilla sin sal
        • 300 gr. de azúcar moreno
        • 4 huevos grandes
        • 300 gr. de harina
        • 1/2 cucharada pequeña de canela
        • 1/2 cucharada pequeña de jengibre en polvo
        • 1/4 cucharada pequeña de clavo en polvo
        • 2 cucharadas pequeñas de levadura en polvo
         Preparación

        Pon a precalentar el horno a 170ºC, calor arriba y abajo, y engrasa el molde.

        En un bol añade la harina, la levadura, las especias (jengibre, clavo y canela) y 60 gr. de nueces. Reserva.
        Con la ayuda de una batidora eléctrica, mezcla el azúcar y la mantequilla hasta que sea una mezcla suave y homogénea.
        Añade los huevos uno a uno, esperando a que se incorpore a la masa el primero para añadir el siguiente. Con la ayuda de una espátula despega de vez en cuando la masa pegada a los bordes del bol.

        Pon la batidora a velocidad media y añade poco a poco el contenido del bol con los ingredientes secos que tenías reservados. Cuando los ingredientes estén bien mezclados, tendrás una masa con una textura un poco más densa que un mousse.
        Pela los tres plátanos, tritúralos en un plato con la ayuda de un tenedor y añádelos a la masa.
        Una vez se estén mezclados todos los ingredientes, vierte la masa en el molde engrasado y pon el resto de nueces por encima.
        Mételo en el horno entre 1h. - 1h y cuarto, hasta que lo pinches con un palillo y éste salga limpio.

        Deja reposar unos 20 minutos el bizcocho para que se enfríe un poco el molde, delmóldalo y deja que se enfríe por completo sobre una rejilla ¡si puedes evitar la tentación! ;)

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